"Los españoles son ratas de laboratorio: a ver cuánto castigo toleran sin rebelarse" (Susan George)
Hace ocho años, la filósofa y activista norteamericana Susan George ya advertía que los españoles estaban siendo usados como ratas de laboratorio para ver cuánta opresión es capaz de aguantar un pueblo sin estallar y rebelarse. Hoy, ocho años después, bajo el gobierno de Pedro Sánchez y con el comunismo sentado en el Consejo de Ministros, los españoles estamos diez veces más oprimidos que entonces, encerrados en los hogares, con muchos de nuestros derechos fundamentales suprimidos y gobernados por un tipejo que reúne casi todos los tics y atributos naturales del tirano clásico, pero disimulados y envueltos en los ropajes falsos de una democracia aparente, que en realidad está hueca, castrada y prostituida.
El avance de España hacia el totalitarismo continúa inexorable bajo el gobierno socialcomunista que preside Pedro Sánchez, que se encuentra en estado de euforia por disponer de los poderes especiales que le otorga el Estado de Alarma, gracias a los cuales evita controles parlamentarios y gobierna a golpe de decretos, aprovechando la lucha contra el coronavirus para socavar la democracia y lograr que España avance hacia una dictadura legal que la ciudadanía no ha votado ni quiere.
La preocupación creciente en ambientes jurídicos españoles y la cantidad de denuncias contra el gobierno que se preparan y se presentan ante los tribunales, algunas ya aceptadas a trámite, reflejan la por ahora débil resistencia española ante el embate obsceno de la tiranía.
El Estado de Alarma está siendo utilizado por el dúo Sánchez-Iglesias para pasar por alto el Estado del Derecho y está provocando que en numerosos despachos de abogados, cátedras de Derecho, ambientes judiciales y asociaciones jurídicas se comience a hablar de miedo a una dictadura constitucional, en la que es difícil distinguir la separación de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.
Como reflejo del ambiente de preocupación en los ámbitos del derecho español cabe citar a José Manuel Vera, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Rey Juan Carlos, el cual explica que "determinados comportamientos del Ejecutivo parecen avanzar en ese peligroso camino de generar una dictadura dentro de la Constitución por la suspensión de derechos fundamentales, tales como la libertad de circulación, reunión o manifestación) sin la correspondiente declaración del estado de excepción; limitaciones a las libertades de prensa y de expresión..."
Y añade que "todo ello, ejemplifica unos tics autoritarios de difícil justificación. Insisto en la falsedad del enfrentamiento teórico y práctico entre libertad y seguridad-sanidad solo planteada como excusa indigna para cercenar derechos civiles".
Y finaliza: "No estamos bajo una dictadura, de momento, pero lo estaremos en breve si los ciudadanos no reaccionamos y las instituciones democráticas obvian su papel de freno y contrapeso, que diría Montesquieu, de un Ejecutivo que se ha autofabricado un estado de excepción sin control del Parlamento".
La situación es muy grave y alarmante, advierten sin cesar muchos abogados en ejercicio desde sus despachos, angustiados por el panorama que observan de deslizamiento hacia posiciones totalitarias.
En este contexto, la advertencia realizada hace ocho años por Susan George, según la cual los españoles estaban siendo usados como ratas de laboratorio para averiguar cuanta opresión y abuso de poder puede aguantar un pueblo sin rebelarse, adquiere actualidad y relevancia porque nunca antes, desde los años duros de la Guerra Civil y la dictadura franquista, los derechos y libertades fundamentales se vieron tan amenazados en España.
Francisco Rubiales
El avance de España hacia el totalitarismo continúa inexorable bajo el gobierno socialcomunista que preside Pedro Sánchez, que se encuentra en estado de euforia por disponer de los poderes especiales que le otorga el Estado de Alarma, gracias a los cuales evita controles parlamentarios y gobierna a golpe de decretos, aprovechando la lucha contra el coronavirus para socavar la democracia y lograr que España avance hacia una dictadura legal que la ciudadanía no ha votado ni quiere.
La preocupación creciente en ambientes jurídicos españoles y la cantidad de denuncias contra el gobierno que se preparan y se presentan ante los tribunales, algunas ya aceptadas a trámite, reflejan la por ahora débil resistencia española ante el embate obsceno de la tiranía.
El Estado de Alarma está siendo utilizado por el dúo Sánchez-Iglesias para pasar por alto el Estado del Derecho y está provocando que en numerosos despachos de abogados, cátedras de Derecho, ambientes judiciales y asociaciones jurídicas se comience a hablar de miedo a una dictadura constitucional, en la que es difícil distinguir la separación de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.
Como reflejo del ambiente de preocupación en los ámbitos del derecho español cabe citar a José Manuel Vera, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Rey Juan Carlos, el cual explica que "determinados comportamientos del Ejecutivo parecen avanzar en ese peligroso camino de generar una dictadura dentro de la Constitución por la suspensión de derechos fundamentales, tales como la libertad de circulación, reunión o manifestación) sin la correspondiente declaración del estado de excepción; limitaciones a las libertades de prensa y de expresión..."
Y añade que "todo ello, ejemplifica unos tics autoritarios de difícil justificación. Insisto en la falsedad del enfrentamiento teórico y práctico entre libertad y seguridad-sanidad solo planteada como excusa indigna para cercenar derechos civiles".
Y finaliza: "No estamos bajo una dictadura, de momento, pero lo estaremos en breve si los ciudadanos no reaccionamos y las instituciones democráticas obvian su papel de freno y contrapeso, que diría Montesquieu, de un Ejecutivo que se ha autofabricado un estado de excepción sin control del Parlamento".
La situación es muy grave y alarmante, advierten sin cesar muchos abogados en ejercicio desde sus despachos, angustiados por el panorama que observan de deslizamiento hacia posiciones totalitarias.
En este contexto, la advertencia realizada hace ocho años por Susan George, según la cual los españoles estaban siendo usados como ratas de laboratorio para averiguar cuanta opresión y abuso de poder puede aguantar un pueblo sin rebelarse, adquiere actualidad y relevancia porque nunca antes, desde los años duros de la Guerra Civil y la dictadura franquista, los derechos y libertades fundamentales se vieron tan amenazados en España.
Francisco Rubiales