El ébola podría haber entrado en cualquier otro país del Occidente desarrollado, pero habría sido, considerado, probablemente, como un accidente, mientras que todo indica que la entrada del virus en España es interpretada como un fallo, una consecuencia del mal gobierno, del desconcierto generalizado en la sociedad y del malestar general.
Si el foco español creciera y llegara a extenderse por Europa, el desprestigio y la ruina económica de España serían terribles.
Muchas cosas se han hecho mal en España con respeto al ébola. Repasemos algunas y descubriremos que los españoles no estamos viviendo sobre un país avanzado sino sobre un polvorín, una especie de barco sin timón capitaneado por una banda de torpes e incapacitados.
Lo primero que sorprende en el caso del primer contagiado del ébola en el mundo avanzado es que nadie ha dimitido. La dimisión no soluciona nada pero es una medida terapéutica de gran eficacia porque si los políticos responsables fueran obligados a dimitir cuando son responsables de dramas como el del ébola, el próximo responsable pondría mas atención y celo en su labor y quedaría eliminado ese perverso sentimiento de impunidad que sienten nuestros políticos, famosos en todo el mundo porque jamas dimiten y porque nunca rinden cuenta a los ciudadanos de sus errores y de los daños que causan.
El segundo gran fallo ha sido el del inexplicable fallo en la seguridad del equipo que cuidó a los dos misioneros infectados, al parecer poco preparado y mal equipado para afrontar aquel desafío.
También sorprenden las mentiras y silencios culpables del gobierno, esa sucia costumbre de no informar y de eludir la verdad, ignorando que la democracia es verdad y transparencia y que la mentira es incompatible con la decencia y con la política honrada y civilizada. La ausencia de una información contundente se nota en una sociedad que se desliza fácilmente hacia la histeria y el terror a una epidemia generalizade de ébola en suelo español. Nadie dice que se están investigando mas casos de ébola en Madrid. Al ciudadano español no se le ha informado ni siquiera de la ruta que hizo la enfermera contagiada, ni de los fallos de seguridad en los cuidados a los dos sacerdotes infectados, ni del número de sospechosos de tener la enfermedad, ni del verdadero peligro de que la epidemia se extienda, ni de quienes son los responsables, etc.
Fallaron otras muchas cosas, como los trajes de protección utilizados por el personal sanitario, que fueron inadecuados, de nivel dos, cuando lo recomendado es que fueran del nivel cuatro, con respiración autónoma y permeabilidad garantizada.
Pero el fallo mayor quizás fue traer hasta España, un país que vive del turismo y que es visitado cada año por decenas de millones de extranjeros, a los dos sacerdotes infectados, una temeridad gratuita y una decisión torpe adoptada por el gobierno cuando el riesgo de traer el virus a Europa era grande, como lo ha demostrado la realidad. Tan solo el rumor de contagio en España nos hará perder cientos de millones de euros turísticos ¿Los pagará el torpe Rajoy o lo pagaremos entre todos con mas pobreza y desempleo?
¿No habría sido mas prudente instalar sobre el territorio infectado de África un hospital equipado con personal experto y capacitado para atender allí a los españoles infectados
Hay decenas de fallos mas, como el de no haber ingresado a la enfermera contagiada cuando ella misma acudió al hospital con los primeros síntomas del mal, o la falta de controles en los aeropuertos en vuelos procedentes de los países infectados, denunciado por viajeros que entraron en España sorprendidos de que ni siquiera les tomaran la temperatura.
España no solo es una gran cloaca corrupta sino que también es una inmensa chapuza, una nave de locos pilotada por ineptos impunes que, además, se comportan a veces coo torpeza insoportable.
Si cree que exageramos, piense en cualquier problema importante de España, desde el desempleo a la corrupción, el separatismo, el cierre de empresas, la burbuja inmobiliaria, la falta de créditos, el endeudamiento feroz, el despilfarro o la existencia de un Estado incosteable y plagado de enchufados innecesarios, y descubrirá inmediatamente que la culpa recae siempre en los políticos, que son su mala gestión e ineptitud han alimentado y disparado el indepedentismo, el desempleo, la crisis económica, el cierre de empresas, el desprestigio de España en el mundo, el endeudamiento, la desesperación, el rechazo masivo ciudadano a los políticos y hasta la infección por ébola y decenas de otros dramas.
La primera medida terapéutica que España debe adoptar para librarse del caos, de la catastrofe, de la ruina económica y hasta de la secesión y la desaparición de la nación es colocar en el poder a políticos de otra talla, mas inteligentes, comprometidos con los valores y capaces de servir al bien común antes que a sus propios partidos y a sus intereses particulares. La actual clase política, cada día mas rechazada masivamente por la ciudadanía, ha demostrado hasta la saciedad que no está a la altura y que merece un relevo urgente por ser una de las castas dirigentes mas deplorables del planeta.
Si el foco español creciera y llegara a extenderse por Europa, el desprestigio y la ruina económica de España serían terribles.
Muchas cosas se han hecho mal en España con respeto al ébola. Repasemos algunas y descubriremos que los españoles no estamos viviendo sobre un país avanzado sino sobre un polvorín, una especie de barco sin timón capitaneado por una banda de torpes e incapacitados.
Lo primero que sorprende en el caso del primer contagiado del ébola en el mundo avanzado es que nadie ha dimitido. La dimisión no soluciona nada pero es una medida terapéutica de gran eficacia porque si los políticos responsables fueran obligados a dimitir cuando son responsables de dramas como el del ébola, el próximo responsable pondría mas atención y celo en su labor y quedaría eliminado ese perverso sentimiento de impunidad que sienten nuestros políticos, famosos en todo el mundo porque jamas dimiten y porque nunca rinden cuenta a los ciudadanos de sus errores y de los daños que causan.
El segundo gran fallo ha sido el del inexplicable fallo en la seguridad del equipo que cuidó a los dos misioneros infectados, al parecer poco preparado y mal equipado para afrontar aquel desafío.
También sorprenden las mentiras y silencios culpables del gobierno, esa sucia costumbre de no informar y de eludir la verdad, ignorando que la democracia es verdad y transparencia y que la mentira es incompatible con la decencia y con la política honrada y civilizada. La ausencia de una información contundente se nota en una sociedad que se desliza fácilmente hacia la histeria y el terror a una epidemia generalizade de ébola en suelo español. Nadie dice que se están investigando mas casos de ébola en Madrid. Al ciudadano español no se le ha informado ni siquiera de la ruta que hizo la enfermera contagiada, ni de los fallos de seguridad en los cuidados a los dos sacerdotes infectados, ni del número de sospechosos de tener la enfermedad, ni del verdadero peligro de que la epidemia se extienda, ni de quienes son los responsables, etc.
Fallaron otras muchas cosas, como los trajes de protección utilizados por el personal sanitario, que fueron inadecuados, de nivel dos, cuando lo recomendado es que fueran del nivel cuatro, con respiración autónoma y permeabilidad garantizada.
Pero el fallo mayor quizás fue traer hasta España, un país que vive del turismo y que es visitado cada año por decenas de millones de extranjeros, a los dos sacerdotes infectados, una temeridad gratuita y una decisión torpe adoptada por el gobierno cuando el riesgo de traer el virus a Europa era grande, como lo ha demostrado la realidad. Tan solo el rumor de contagio en España nos hará perder cientos de millones de euros turísticos ¿Los pagará el torpe Rajoy o lo pagaremos entre todos con mas pobreza y desempleo?
¿No habría sido mas prudente instalar sobre el territorio infectado de África un hospital equipado con personal experto y capacitado para atender allí a los españoles infectados
Hay decenas de fallos mas, como el de no haber ingresado a la enfermera contagiada cuando ella misma acudió al hospital con los primeros síntomas del mal, o la falta de controles en los aeropuertos en vuelos procedentes de los países infectados, denunciado por viajeros que entraron en España sorprendidos de que ni siquiera les tomaran la temperatura.
España no solo es una gran cloaca corrupta sino que también es una inmensa chapuza, una nave de locos pilotada por ineptos impunes que, además, se comportan a veces coo torpeza insoportable.
Si cree que exageramos, piense en cualquier problema importante de España, desde el desempleo a la corrupción, el separatismo, el cierre de empresas, la burbuja inmobiliaria, la falta de créditos, el endeudamiento feroz, el despilfarro o la existencia de un Estado incosteable y plagado de enchufados innecesarios, y descubrirá inmediatamente que la culpa recae siempre en los políticos, que son su mala gestión e ineptitud han alimentado y disparado el indepedentismo, el desempleo, la crisis económica, el cierre de empresas, el desprestigio de España en el mundo, el endeudamiento, la desesperación, el rechazo masivo ciudadano a los políticos y hasta la infección por ébola y decenas de otros dramas.
La primera medida terapéutica que España debe adoptar para librarse del caos, de la catastrofe, de la ruina económica y hasta de la secesión y la desaparición de la nación es colocar en el poder a políticos de otra talla, mas inteligentes, comprometidos con los valores y capaces de servir al bien común antes que a sus propios partidos y a sus intereses particulares. La actual clase política, cada día mas rechazada masivamente por la ciudadanía, ha demostrado hasta la saciedad que no está a la altura y que merece un relevo urgente por ser una de las castas dirigentes mas deplorables del planeta.