Cuando no éramos cobardes
Es cierto que el tiempo no ayuda y que ayer lunes, día 15 de febrero, segundo lunes desde que se lanzó la iniciativa, llovía en casi todo el territorio de España, pero la lluvía no debería impedir la protesta democrática si existiera un auténtico deseo de salir a la calle y manifestarse.
En Sevilla fuimos dos y los informes recibidos de otras ciudadades han sido igualmente pesimistas.
Para mí, acudir los lunes a las puertas de mi ayuntamiento es una decisión personal y libre, que mantendré algunas semanas más, pero no tengo la más mínima esperanza en que la iniciativa cuaje.
La hipotesis pesimista contemplada parece imponerse y demuestra que muchos de los que protestan en la blogosfera contra el mal gobierno y claman por la regeneración lo hacen amparados en el anonimato y no están dispuestos a dar la cara. Como gran parte de la sociedad que critican, están dominados por el miedo.
En Sevilla fuimos dos y los informes recibidos de otras ciudadades han sido igualmente pesimistas.
Para mí, acudir los lunes a las puertas de mi ayuntamiento es una decisión personal y libre, que mantendré algunas semanas más, pero no tengo la más mínima esperanza en que la iniciativa cuaje.
La hipotesis pesimista contemplada parece imponerse y demuestra que muchos de los que protestan en la blogosfera contra el mal gobierno y claman por la regeneración lo hacen amparados en el anonimato y no están dispuestos a dar la cara. Como gran parte de la sociedad que critican, están dominados por el miedo.
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