La Iglesia española debería pedir perdón cada día en sus púlpitos y repetir la verdad sólida de que "el cristianismo y el socialismo son incompatibles" y que un cristiano no debe votar nunca a una candidatura marxista, enemiga de la libertad, de la vida y de la familia, que miente a diario, destruye la democracia y combate los valores fundamentales.
Pero en lugar de eso, guarda silencio ante los abusos del poder, las mentiras, el expolio ciudadano y la inmensa corrupción que infecta al gobierno de Sánchez, defendido y alabado por miles de curas y religiosos impregnados de marxismo.
La Iglesia española tiene un pasado lleno de errores y perversiones. Sin entrar en sus abusos brutales, cuando podía torturar y asesinar, en tiempos inquisitoriales, en nuestros días muchos de sus obispos y sacerdotes han alimentado el totalitarismo marxista en las iglesias y conventos y han apoyado el aborto, el terrorismo de ETA y el golpismo catalán, entre otras muchas aberraciones.
En la actualidad, su gran pecado es el silencio cobarde ante los abusos del poder socialista y sobre el deterioro profundo de los valores en una sociedad cada día más manipulada, engañada y maltratada.
La Iglesia española es campeona en cobardía y se muestra incapaz de cumplir con su deber de impulsar el reino de Dios en la Tierra y oponerse a los abusos, iniquidades y suciedades de los gobernantes.
Además, está ausente de los grandes debates que afectan a los ciudadanos, a los que deja sólos ante el engaño y la manipulación: mentiras, acoso a la verdad, distribución falsa de la riqueza, asesinato de la democracia, acoso a las libertades, violaciones de las leyes, impuestos abusivos, apoyo del poder a las violaciones de la Constitución, aborto, destrucción de los grandes valores y un largo etcétera de silencios y cobardías, mantenidos por la Jerarquía quizás porque no son capaces de renunciar a los dineros y otras ventajas que recibe del poder político.
La Navidad celebra el nacimiento de Dios hecho hombre y es el momento adecuado para que aquellos cristianos con poder y rango pidan perdón y renazcan limpios y sin las ataduras cobardes y viciosas que degradan a la decadente Iglesia española.
El verdadero cristianismo es una forja de luchadores por el bien y adversarios del mal. Sólo los falsos cristianos pueden ser cobardes. Los primeros cristianos cambiaron el mundo de entonces gracias a su ejemplo. Todos los que los veían decían: "miradlos como reparten todo lo que tienen y lo dan a los pobres" y "aman a sus enemigos" o "mueren en el circo cantando". Ese ejemplo era irresistible y tremendamente convincente, como lo sería hoy si existieran cristianos de verdad. Pero hay muy pocos y menos dentro de la Jerarquía, cobarde y sin capacidad de dar ejemplo.
Todos hemos visto a cristianos que tiemblan ante la muerte, otro signo de debilidad y traición a la fe. Si eres cristiano no puedes temer a la muerte porque, según tu doctrina, es sólo una puerta que se abre a una vida mejor. Pero eso parece que no se lo cree ni el Papa.
Francisco Rubiales
Pero en lugar de eso, guarda silencio ante los abusos del poder, las mentiras, el expolio ciudadano y la inmensa corrupción que infecta al gobierno de Sánchez, defendido y alabado por miles de curas y religiosos impregnados de marxismo.
La Iglesia española tiene un pasado lleno de errores y perversiones. Sin entrar en sus abusos brutales, cuando podía torturar y asesinar, en tiempos inquisitoriales, en nuestros días muchos de sus obispos y sacerdotes han alimentado el totalitarismo marxista en las iglesias y conventos y han apoyado el aborto, el terrorismo de ETA y el golpismo catalán, entre otras muchas aberraciones.
En la actualidad, su gran pecado es el silencio cobarde ante los abusos del poder socialista y sobre el deterioro profundo de los valores en una sociedad cada día más manipulada, engañada y maltratada.
La Iglesia española es campeona en cobardía y se muestra incapaz de cumplir con su deber de impulsar el reino de Dios en la Tierra y oponerse a los abusos, iniquidades y suciedades de los gobernantes.
Además, está ausente de los grandes debates que afectan a los ciudadanos, a los que deja sólos ante el engaño y la manipulación: mentiras, acoso a la verdad, distribución falsa de la riqueza, asesinato de la democracia, acoso a las libertades, violaciones de las leyes, impuestos abusivos, apoyo del poder a las violaciones de la Constitución, aborto, destrucción de los grandes valores y un largo etcétera de silencios y cobardías, mantenidos por la Jerarquía quizás porque no son capaces de renunciar a los dineros y otras ventajas que recibe del poder político.
La Navidad celebra el nacimiento de Dios hecho hombre y es el momento adecuado para que aquellos cristianos con poder y rango pidan perdón y renazcan limpios y sin las ataduras cobardes y viciosas que degradan a la decadente Iglesia española.
El verdadero cristianismo es una forja de luchadores por el bien y adversarios del mal. Sólo los falsos cristianos pueden ser cobardes. Los primeros cristianos cambiaron el mundo de entonces gracias a su ejemplo. Todos los que los veían decían: "miradlos como reparten todo lo que tienen y lo dan a los pobres" y "aman a sus enemigos" o "mueren en el circo cantando". Ese ejemplo era irresistible y tremendamente convincente, como lo sería hoy si existieran cristianos de verdad. Pero hay muy pocos y menos dentro de la Jerarquía, cobarde y sin capacidad de dar ejemplo.
Todos hemos visto a cristianos que tiemblan ante la muerte, otro signo de debilidad y traición a la fe. Si eres cristiano no puedes temer a la muerte porque, según tu doctrina, es sólo una puerta que se abre a una vida mejor. Pero eso parece que no se lo cree ni el Papa.
Francisco Rubiales