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El PP de Rajoy lleva tres meses en el poder y sigue cometiendo errores difíciles de explicar. Primero fueron aquellas inexplicables declaraciones de que el "traspaso de poder había sido ejemplar", para poco después acusar al PSOE de haberlos engañado con la cifra del déficit y haber dejado como herencia no el 6 por ciento prometido a Europa, sino un 8.51 por ciento. Después vino la sorprendente declaración de que el PP pasaría página y no pediría cuenta al anterior gobierno por sus abusos, corrupciones y desmanes. Después llegaron las condecoraciones a Zapatero y a su equipo y la impactante decisión de subir los impuestos cuando Rajoy había prometido bajarlos durante la campaña electoral. Ahora la opinión pública, ya asustada por los acontecimientos, debe soportar otro escándalo: los 600 asesores que tenía Zapatero a su servicio, aquellos tan criticados por el PP cuando estaba en la oposición como símbolos del despilfarro y la dilapidación de los fondos públicos, siguen todavía en sus puestos, cobrando sus nóminas del erario público.
Parece increíble, pero es cierto: la mayoría de los asesores contratados por Zapatero siguen en nómina, cobrando de un erario público esquilmado, pagados con los impuestos agobiantes que tienen que satisfacer los españoles, los más abusivos de toda Europa, sin que el PP haya hecho nada por enviarlos a sus casas. Según algunos medios, sólo una treintena han abandonado sus puestos, todos por iniciativa propia, mientras que el resto sigue cobrando sus nóminas y prestando servicios en autonomías, ministerios y empresas e instituciones públicas, sin que nadie los haya cesado.
El drama de España parece incurable porque a esos 600 asesores de Zapatero, todavía en nómina, hay que agregar los cientos de nuevos asesores contratados por el nuevo gobierno, con lo que el despilfarro actual supera al existente en tiempos del infausto ZP.
Ilustramos este artículo con un vídeo sobre los abusos de los políticos en Brasil. Es un documento imprescindible para apreciar como en otros países todavía subsiste un periodismo crítico y agresivo, prácticamente desaparecido en España, capaz de frenar las ansias de poder y de dominio abusivo de la casta política. El despilfarro y el abuso de poder es una plaga mundial, pero en pocos países del mundo ha alcanzado cuotas tan deleznables y abusivas como en España.
¿Que espera el PP para cumplir sus promesas electorales y acabar con el despilfarro, el abuso de poder y disminuir un Estado enfermo de obesidad mórbida, que necesita una urgente dieta de adelgazamiento?
Es difícil de entender, pero el avance de España hacia la austeridad y el sacrificio sólo parece afectar a los ciudadanos, que han visto disminuidas sus pensiones y sueldos, mientras son esquilmados a impuestos, sin que el gobierno realice los esfuerzos que todos esperamos, sin que los políticos renuncien a sus inmerecidos privilegios, sin que los partidos políticos, sindicatos y organizaciones patronales dejen de ser financiados con dinero público, sin que cierren o se privaticen esas costosas e inútiles televisiones públicas autonómicas y locales, que tanto dinero cuestan y que no aportan nada al bien común.
Parece increíble, pero es cierto: la mayoría de los asesores contratados por Zapatero siguen en nómina, cobrando de un erario público esquilmado, pagados con los impuestos agobiantes que tienen que satisfacer los españoles, los más abusivos de toda Europa, sin que el PP haya hecho nada por enviarlos a sus casas. Según algunos medios, sólo una treintena han abandonado sus puestos, todos por iniciativa propia, mientras que el resto sigue cobrando sus nóminas y prestando servicios en autonomías, ministerios y empresas e instituciones públicas, sin que nadie los haya cesado.
El drama de España parece incurable porque a esos 600 asesores de Zapatero, todavía en nómina, hay que agregar los cientos de nuevos asesores contratados por el nuevo gobierno, con lo que el despilfarro actual supera al existente en tiempos del infausto ZP.
Ilustramos este artículo con un vídeo sobre los abusos de los políticos en Brasil. Es un documento imprescindible para apreciar como en otros países todavía subsiste un periodismo crítico y agresivo, prácticamente desaparecido en España, capaz de frenar las ansias de poder y de dominio abusivo de la casta política. El despilfarro y el abuso de poder es una plaga mundial, pero en pocos países del mundo ha alcanzado cuotas tan deleznables y abusivas como en España.
¿Que espera el PP para cumplir sus promesas electorales y acabar con el despilfarro, el abuso de poder y disminuir un Estado enfermo de obesidad mórbida, que necesita una urgente dieta de adelgazamiento?
Es difícil de entender, pero el avance de España hacia la austeridad y el sacrificio sólo parece afectar a los ciudadanos, que han visto disminuidas sus pensiones y sueldos, mientras son esquilmados a impuestos, sin que el gobierno realice los esfuerzos que todos esperamos, sin que los políticos renuncien a sus inmerecidos privilegios, sin que los partidos políticos, sindicatos y organizaciones patronales dejen de ser financiados con dinero público, sin que cierren o se privaticen esas costosas e inútiles televisiones públicas autonómicas y locales, que tanto dinero cuestan y que no aportan nada al bien común.