" Más que un nuevo Estatuto, lo que Andalucía necesita es una perestroika ". Me lo ha dicho un amigo de Madrid, experto en marketing político, antiguo dirigente socialista, hoy convertido a la ideología del libre mercado, seguro de que lo más importante es crear prosperidad, porque --dice-- "es el único camino hacia el progreso y la ruta más segura para que la sociedad sea más justa".
Afirma que para entender Andalucía hay que ser forastero y observarla desde lejos porque los que vivimos en tierras andaluzas hemos perdido la capacidad de sorprendernos ante la abrumadora presencia del gobierno en la sociedad.
"Andalucía -dice- es la región de la Unión Europea europea donde existe un mayor peso del gobierno".
"El vuestro es un gobierno único en Europa, pasado de moda, inmune a la perestroika", afirma.
Y continua: " Lo mejor de Andalucía es la sociedad, los andaluces, pero estais lastrados por un poder político que ha aprendido a dominar con una maestría digna de ser estudiada en las grandes universidades del planeta. Todo está controlado o poderasamente influído en Andalucía por el poder político, desde la patronal a los sindictos, desde las empresas a las universidades, sin olvidar a cajas de ahorro, colegios profesionales e instituciones que deberían funcionar en la independencia de una sociedad civil que en Andalucía prácticamente no existe ".
" La sociedad andaluza siente miedo de no contar con el apoyo del gobierno. He visto con mis propios ojos cómo un empresario poderoso de la construcción, inmensamente rico, se preocupaba porque un consejero no le había saludado en un cóctel y a otro, todavía más millonario, asustado porque Chaves no le había mirado en un acto público ".
" Andalucía es una tierra cargada de futuro, la más prometedora y con mayor recorrido de España, pero paralizada por el peso y la dependencia gubernamental, lastrada porque nunca tuvo una perestroika, en la que el gobierno pesa sobre la sociedad como una losa de plomo ".
"Estoy convencido de que el gobierno andaluz lucha honestamente por el progreso, pero es incapaz de admitir que tiene que ponerse a dieta y adelgazar, si quiere facilitar ese progreso".
Y se atrevió a poner sobre la mesa un ejemplo:
"Manda tanto el gobierno andaluz que se ha atrevido a imponer un nuevo estatuto a los andaluces sin que ningún ciudadano lo demandase, sin que los andaluces se sintieran incómodos en el anterior, un Estatuto que sólo necesitaba el gobierno andaluz para incrementar sus competencias y acumular todavía más poder. Y, además, en ese Estatuto se habla de realidad nacional andaluza, un sentimiento ajeno por completo al ciudadano de Andalucía, introducido en el texto sólo por interés político".
¡Andalucía, sin duda, necesita una perestroika!
Afirma que para entender Andalucía hay que ser forastero y observarla desde lejos porque los que vivimos en tierras andaluzas hemos perdido la capacidad de sorprendernos ante la abrumadora presencia del gobierno en la sociedad.
"Andalucía -dice- es la región de la Unión Europea europea donde existe un mayor peso del gobierno".
"El vuestro es un gobierno único en Europa, pasado de moda, inmune a la perestroika", afirma.
Y continua: " Lo mejor de Andalucía es la sociedad, los andaluces, pero estais lastrados por un poder político que ha aprendido a dominar con una maestría digna de ser estudiada en las grandes universidades del planeta. Todo está controlado o poderasamente influído en Andalucía por el poder político, desde la patronal a los sindictos, desde las empresas a las universidades, sin olvidar a cajas de ahorro, colegios profesionales e instituciones que deberían funcionar en la independencia de una sociedad civil que en Andalucía prácticamente no existe ".
" La sociedad andaluza siente miedo de no contar con el apoyo del gobierno. He visto con mis propios ojos cómo un empresario poderoso de la construcción, inmensamente rico, se preocupaba porque un consejero no le había saludado en un cóctel y a otro, todavía más millonario, asustado porque Chaves no le había mirado en un acto público ".
" Andalucía es una tierra cargada de futuro, la más prometedora y con mayor recorrido de España, pero paralizada por el peso y la dependencia gubernamental, lastrada porque nunca tuvo una perestroika, en la que el gobierno pesa sobre la sociedad como una losa de plomo ".
"Estoy convencido de que el gobierno andaluz lucha honestamente por el progreso, pero es incapaz de admitir que tiene que ponerse a dieta y adelgazar, si quiere facilitar ese progreso".
Y se atrevió a poner sobre la mesa un ejemplo:
"Manda tanto el gobierno andaluz que se ha atrevido a imponer un nuevo estatuto a los andaluces sin que ningún ciudadano lo demandase, sin que los andaluces se sintieran incómodos en el anterior, un Estatuto que sólo necesitaba el gobierno andaluz para incrementar sus competencias y acumular todavía más poder. Y, además, en ese Estatuto se habla de realidad nacional andaluza, un sentimiento ajeno por completo al ciudadano de Andalucía, introducido en el texto sólo por interés político".
¡Andalucía, sin duda, necesita una perestroika!