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Las mentiras del sanchismo: Aznar es un golpista y Puigdemont un demócrata



El gobierno nos trata como imbéciles y puede que tenga razón. La ministra portavoz del gobierno de Sánchez, siguiendo su estela corrupta de mentiras y engaños, acusa al ex presidente Aznar de ser un golpista por haber defendido que la gente se movilice para rechazar la amnistía que el sanchismo prepara en el silencio y la oscuridad, a pesar de que siete de cada diez españoles no la quiere, pero considera un demócrata progresista a un tipo tan deleznable como Puigdemont, que ha encabezado un golpe de Estado real contra España, pero cuyos votos ahora necesita Sánchez para continuar con su orgía de poder y su asesinato de España, desde la Moncloa.
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Son el peor cáncer de España y su mayor vergüenza. La hiena y el buitre, la piraña y el caimán, la cobra y la víbora.
La España de Sánchez ya es un país manipulado, sucio, injusto, desquiciado y convertido en un establo de ovejas gobernado por lobos dedicados a la opresión.

La lista de engaños y de mentiras del gobierno es tan larga como la de afrentas y daños a la nación: la democracia está siendo asesinada; las instituciones están siendo prostituidas; la sociedad civil ha sido acuchillada y ocupada por el gobierno; la economía está llena de cifras falsas y avanza hacia la pobreza; cada día son más los españoles que no llegan a fin de mes; el prestigio y el peso de España en el mundo están por los suelos; los dineros y recursos públicos se reparten con injusticia, beneficiando a los desleales nacionalistas y perjudicando a las autonomías adversarias; la libertad de prensa está agonizando por culpa de un gobierno que compra medios y periodistas para hacerlos portavoces de la mentira y la estafa política; las universidades retroceden en ciencia y calidad de enseñanza; la Monarquía está débil y pierde apoyos por culpa de una campaña soterrada del gobierno contra el Rey y su familia; las fuerzas armadas están siendo desarboladas controlando las promociones y entregando los puestos de responsabilidad y mando a los militares que se someten al poder socialista; los precios suben; el agua escasea; el aceite de oliva es ya un lujo; la transparencia ha muerto; la verdad ha sido incinerada; los valores arden en la hoguera; la tristeza es dueña de la sociedad; las ilusiones y las metas comunes no existen; la división entre españoles nunca fue tan intensa y amenazante; el enfrentamiento es apoyado desde el poder, a cuchillada limpia entre hombres y mujeres, ricos y pobres, hijos y padres, empresarios y empleados, catalanes y vascos contra españoles, progresistas contra fachas y un espeluznante elenco de rencores y odios telecomandados desde los poderes públicos; la salud en bancarrota, con listas de espera desesperantes y desesperadas; las libertades y derechos retroceden debilitados, y la corrupción es la dueña de España, junto con una clase política en el poder llena de oprobio y culpa.

A los que comandan ese deterioro terrible de España, a los asesinos de los valores y a los enterradores de España, atrincherados en el gobierno, les llaman progresistas y demócratas, cuando son en realidad rémoras dañinas, promotores del odio, la revancha y el retroceso, además de enemigos de la concordia y violadores de la Constitución, mientras que a los que se atreven a cuestionar la grandeza de un sanchismo cruel y desalmado les llaman fachas o golpistas.

Cuando un gobierno prefiere a un enemigo declarado de España y prófugo de la Justicia, como Puigdemont, a un ex presidente de la democracia, sólo porque es de otro partido, es que el país que padece a esa chusma gobernante está roto y envenenado.

Nunca en España se ha visto tanto descaro injusticia, inmoralidad y bajeza atrincheradas en el poder.

Nunca España estuvo tan enferma como bajo el socialista Sánchez, ni siquiera en tiempos de Fernando VII.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 13 de Septiembre 2023
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