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Las mentiras de la delincuencia independentista catalana se desmoronan



La Historia está demostrando que los independentistas catalanes constituyen una fuerza radicalizada y sin escrúpulos, capaz de utilizar la mentira y el engaño como armas, un comportamiento incompatible con la democracia, un sistema que se basa en la verdad.

Las mentiras y engaños del independentismo catalán, que fueron magistralmente explotados el 1 de octubre, día del referéndum ilegal, por la propaganda golpista y creídas en el resto del mundo, indignado ante las acusaciones falsas de represión policial desproporcionada, se desmoronan y queda claro que fueron una conspiración de delincuentes bien organizados, que lograron derrotar en el plano de la comunicación nacional e internacional, al torpe y acobardado gobierno español de Mariano Rajoy.
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La conferencia de Puigdemont en la Universidad de Copenhague sirvió para que el mundo empezara a sospechar de las mentiras del político catalán y a que su enorme montaje de falsedades y engaños comience a derrumbarse. El mensaje dominante, tras esa conferencia, es que los independentistas hablan de una democracia sospechosa porque no puede existir democracia sin respeto a las leyes y a la Constitución.

Por otra parte, el detallado y sólido informe del juzgado 7 de Barcelona desmonta las mentiras del independentismo y deja claro lo sucedido el día 1 de octubre, la jornada del referéndum ilegal organizado por el independentismo catalán. Los heridos reales no fueron los casi mil proclamados por el gobierno de Puigdemont, sino sólo 4 manifestantes y 30 policías, en toda Barcelona.

En el informe judicial se recoge detalladamente que la situación no fue pacífica, como afirmaron los independentistas, sino de auténtica de guerrilla urbana. El peligro no estaba en las masas de ciudadanos, sino en los activistas independentistas, encuadrados en los Comités de Defensa (CDR), infiltrados en la masa, que empujaban al enfrentamiento directo, poniendo siempre en primera fila a los ancianos y niños.

Se cita como ejemplo lo ocurrido en el Ramón Llull, donde se llegaron a concentrar más de 500 personas, incitados por grupos activistas contra la policía y utilizando tácticas de kale borroka o de ese terrorismo callejero típico de ETA, de okupas y de grupos anarquistas, que rodearon a los agentes, cortaron todas las salidas y lanzaron contra los agentes objetos contundentes de todo tipo, incluidos piedras que llevaban en bolsas, adoquines y vallas. El grupo de agentes, en formación defensiva, intentó retroceder y volver a la furgoneta, pero les resultó imposible porque estaba tomada por los agitadores. No tuvieron otra opción que abrirse paso hacia la furgoneta, mientras les llovía todo tipo de objetos. Un agente resulto herido de gravedad.

El informe deja claro que los mossos, siguiendo las órdenes del mayor Trapero, que a pesar de haber anunciado que obedecerían las órdenes judiciales, se mantuvieron al margen y no impidieron los enfrentamientos, como podrían haber hecho si hubieran sido leales y cumplido con su deber.

También queda claro que los policías y guardias civiles tenían ordenes de no emplear la violencia contra las masas y de hacer uso de porras si se veían en peligro físico directo.

Hay cosas que no se hicieron del todo bien, pero la verdad es que la violencia policial fue escasa y la actuación general resultó contenida y prudente.

La verdad se está abriendo pasos poco a poco y las mentiras propagandísticas del independentismo pierden credibilidad ante una opinión pública mundial que en un principio dio crédito, de manera vergonzosa, a los delincuentes que mentían.

La verdad se abre paso siempre, tarde o temprano, como quedó demostrado en la conferencia pronunciada por Puigdemont en Copenhague, donde el lunes mantuvo un intercambio de opiniones sobre el procés con la profesora Marlene Wind, que lo acorraló con preguntas como "¿Le gustaría que en Europa hubiese 200 o 300 naciones con solo una identidad? ¿Cree que esa es la solución en el siglo XXI?". Y mas adelante: "Cataluña es la región más rica de España y España es un país más descentralizado, incluso, que Alemania. ¿De dónde viene este ansia separatista?".

Cuando la profesora le preguntó si la democracia es sólo votar o también es cumplir la ley y la Constitución, Puigdemont, agobiado por el peso de las verdades y la debilidad ramplona de sus mentiras y consignas propagandísticas, se salió por la tangente afirmando que en España sigue presente el Franquismo.

Francisco Rubiales

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Jueves, 25 de Enero 2018
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