Zapatero dice con orgullo que el sistema bancario español es sólido y ejemplar, pero, como es usual, no dice toda la verdad. Oculta que la mitad de ese sistema, el que corresponde a las cajas de ahorros, está en crisis porque algunas cajas están en quiebra y sostenidas únicamente con inyecciones del Banco de España. Tampoco dice que la podredumbre de esas cajas se debe a que los políticos las controlan. Esas manzanas podridas, al actuar con su enfermedad en el corazón del sistema financiero español, están conteminando, cada día más, al resto de la estructura.
La reciente fusión acordada entre la Caja de Castilla la Mancha y la andaluza UNICAJA revela con una especial crudeza lo que está ocurriendo en España por culpa de la mala administración de unos políticos voraces, insaciables y tan ineptos que están llevando a España hasta la ruina. Quien quiera conocer el drama que esconde esa fusión, que analice el siguiente párrafo: “Lo que es un elemento de alarma, es que Caja Castilla la Mancha, tenga un agujero de más de 4000 millones, pero sobre todo que no disponga ya de liquidez para cubrir la retirada de depósitos y que el Banco de España le tenga que inyectar diariamente, desde hace semanas, la cantidad necesaria para evitar, no la quiebra, porque está quebrado, sino el cierre de las oficinas porque ya no pueden devolver el dinero de los depositantes”.
Si quiere saber más sobre este asunto, lea el artículo Un robo de 1000 millones (para empezar), de Roberto Centeno, pero le ruego que lo haga agarrado a la silla, por si sufre vértigo tras la lectura.
Algunos políticos españoles aprovechan la crisis para incrementar todavía más su poder sobre la sociedad civil y, concretamente, sobre entidades financieras como las cajas de ahorro, a muchas de las cuales están llevando hasta la ruina. Con esa política no sólo violan las reglas de la democracia, que exige una sociedad civil fuerte e independiente que sirva de contrapeso al gobierno, sino que, con la impericia y politización que han llevado hasta las cajas, están causando un daño irreparable al sistema financiero español.
Algunos políticos, desde la izquierda más retrógrada y desfasada, sueñan con una "nacionalización" de la banca, a cuyos dirigentes acusan de corruptos y avariciosos, pero antes quieren ampliar todavía más el control que ejercen sobre las cajas de ahorro, a muchas de las cuales han llevado ya hasta el borde de la ruina.
La lucha barriobajera entre Gallardón y Esperanza Aguirre por el control de Caja Madrid es otro ejemplo de la insensata voracidad de los políticos en su lucha por el dinero de las cajas.
Muchos pensadores y analistas están sorprendidos ante el descaro de los políticos, que a pesar de ser los verdaderos fracasados y culpables de la crisis, quieren ahora descargar las culpas sobre otros y aprovechar el miedo colectivo para aumentar sus ya peligrosas dosis de poder.
Dentro de la "escalada" que están protagonizando hacia el dominio, ocupa un lugar importante las fusiones de las cajas de ahorros españolas, ya intervenidas por la política y con sus consejos de administración plagados de representantes de partidos, sindicatos y ayuntamientos.
El PNV dio un ultimatun al gobierno condicionando su apoyo a los Presupuestos 2009 a la fusión de las tres cajas vascas. Mientras tanto, el Ejecutivo y del Banco de España aprueban una batería de medidas anticajas: fusiones forzadas, venta de participaciones industriales y compra de cuotas por el Gobierno. La propia Moncloa alimenta los rumores sobre fusiones inter-regionales en Castilla-León, Castilla-La Mancha, Cataluña y Valencia. Tanto Caja Madrid como Caixa se niegan a entrar en el juego de las fusiones. En Andalucía donde ya hubo absorciones disfrazadas de “fusiones”, Chaves y sus adláteres siguen empecinados en fabricar una "caja única". Simultáneamente, el Banco de España presiona para que las cajas vendan su cartera industrial y reduzcan su obra benefico social, lo que las desnaturalizaría, pero también liberaría más fondos para prestamos y para el negocio bancario, que es lo que a los políticos le interesa.
La última tendencia en materia de cajas consiste en querer fusionar 4 o 5 cajas sin crear una sóla entidad, asociándolas en una especie de federación. El objetivo no es otro que mantener todas las Cajas existentes con sus respectivos Consejos llenos de políticos. Una sola Caja con un solo consejo supondría perder un montón de ociosos y multimillonarios puestos para los políticos. Un nuevo paso atrás en eficacia, un avance más hacia la ruina y un nuevo abuso de poder sin más motivo que la avaricia de los políticos profesionales.
Ante el renovado interés de los políticos por las cajas, he preguntado a un viejo amigo jubilado, antiguo alto cargo directivo en varias cajas españolas, que me ha dicho:
"Las cajas son hoy el gran botín de los políticos sin escrúpulos"
Y explica que "Los políticos, que son los que mandan en las cajas, son un desastre como gestores. Ya casi han arruinado a las cajas pequeñas y están viendo que no pueden seguir exprimiéndolas porque la leche terminará por acabarse y el Banco de España les frena abiertamente. Entonces han ideado las fusiones, de las que saldrán cajas mayores, con más capacidad de endeudamiento, lo que les permitirá seguir ordeñándolas durante algunos años más, hasta que también las arruinen".
Y finaliza: "Las cajas padecen presiones constantes para que otorguen créditos y ayudas a los amigos del poder y al poder mismo, que muchas veces se presenta en las ventanillas disfrazado. Esos préstamos, impuestos desde la política, tienen un índice de morosidad espeluznante porque casi nunca se devuelven, y son la principal causa de la crisis continua de esas instituciones, que nacieron como obras de interés social y hoy son ya baluartes del poder político".
La reciente fusión acordada entre la Caja de Castilla la Mancha y la andaluza UNICAJA revela con una especial crudeza lo que está ocurriendo en España por culpa de la mala administración de unos políticos voraces, insaciables y tan ineptos que están llevando a España hasta la ruina. Quien quiera conocer el drama que esconde esa fusión, que analice el siguiente párrafo: “Lo que es un elemento de alarma, es que Caja Castilla la Mancha, tenga un agujero de más de 4000 millones, pero sobre todo que no disponga ya de liquidez para cubrir la retirada de depósitos y que el Banco de España le tenga que inyectar diariamente, desde hace semanas, la cantidad necesaria para evitar, no la quiebra, porque está quebrado, sino el cierre de las oficinas porque ya no pueden devolver el dinero de los depositantes”.
Si quiere saber más sobre este asunto, lea el artículo Un robo de 1000 millones (para empezar), de Roberto Centeno, pero le ruego que lo haga agarrado a la silla, por si sufre vértigo tras la lectura.
Algunos políticos españoles aprovechan la crisis para incrementar todavía más su poder sobre la sociedad civil y, concretamente, sobre entidades financieras como las cajas de ahorro, a muchas de las cuales están llevando hasta la ruina. Con esa política no sólo violan las reglas de la democracia, que exige una sociedad civil fuerte e independiente que sirva de contrapeso al gobierno, sino que, con la impericia y politización que han llevado hasta las cajas, están causando un daño irreparable al sistema financiero español.
Algunos políticos, desde la izquierda más retrógrada y desfasada, sueñan con una "nacionalización" de la banca, a cuyos dirigentes acusan de corruptos y avariciosos, pero antes quieren ampliar todavía más el control que ejercen sobre las cajas de ahorro, a muchas de las cuales han llevado ya hasta el borde de la ruina.
La lucha barriobajera entre Gallardón y Esperanza Aguirre por el control de Caja Madrid es otro ejemplo de la insensata voracidad de los políticos en su lucha por el dinero de las cajas.
Muchos pensadores y analistas están sorprendidos ante el descaro de los políticos, que a pesar de ser los verdaderos fracasados y culpables de la crisis, quieren ahora descargar las culpas sobre otros y aprovechar el miedo colectivo para aumentar sus ya peligrosas dosis de poder.
Dentro de la "escalada" que están protagonizando hacia el dominio, ocupa un lugar importante las fusiones de las cajas de ahorros españolas, ya intervenidas por la política y con sus consejos de administración plagados de representantes de partidos, sindicatos y ayuntamientos.
El PNV dio un ultimatun al gobierno condicionando su apoyo a los Presupuestos 2009 a la fusión de las tres cajas vascas. Mientras tanto, el Ejecutivo y del Banco de España aprueban una batería de medidas anticajas: fusiones forzadas, venta de participaciones industriales y compra de cuotas por el Gobierno. La propia Moncloa alimenta los rumores sobre fusiones inter-regionales en Castilla-León, Castilla-La Mancha, Cataluña y Valencia. Tanto Caja Madrid como Caixa se niegan a entrar en el juego de las fusiones. En Andalucía donde ya hubo absorciones disfrazadas de “fusiones”, Chaves y sus adláteres siguen empecinados en fabricar una "caja única". Simultáneamente, el Banco de España presiona para que las cajas vendan su cartera industrial y reduzcan su obra benefico social, lo que las desnaturalizaría, pero también liberaría más fondos para prestamos y para el negocio bancario, que es lo que a los políticos le interesa.
La última tendencia en materia de cajas consiste en querer fusionar 4 o 5 cajas sin crear una sóla entidad, asociándolas en una especie de federación. El objetivo no es otro que mantener todas las Cajas existentes con sus respectivos Consejos llenos de políticos. Una sola Caja con un solo consejo supondría perder un montón de ociosos y multimillonarios puestos para los políticos. Un nuevo paso atrás en eficacia, un avance más hacia la ruina y un nuevo abuso de poder sin más motivo que la avaricia de los políticos profesionales.
Ante el renovado interés de los políticos por las cajas, he preguntado a un viejo amigo jubilado, antiguo alto cargo directivo en varias cajas españolas, que me ha dicho:
"Las cajas son hoy el gran botín de los políticos sin escrúpulos"
Y explica que "Los políticos, que son los que mandan en las cajas, son un desastre como gestores. Ya casi han arruinado a las cajas pequeñas y están viendo que no pueden seguir exprimiéndolas porque la leche terminará por acabarse y el Banco de España les frena abiertamente. Entonces han ideado las fusiones, de las que saldrán cajas mayores, con más capacidad de endeudamiento, lo que les permitirá seguir ordeñándolas durante algunos años más, hasta que también las arruinen".
Y finaliza: "Las cajas padecen presiones constantes para que otorguen créditos y ayudas a los amigos del poder y al poder mismo, que muchas veces se presenta en las ventanillas disfrazado. Esos préstamos, impuestos desde la política, tienen un índice de morosidad espeluznante porque casi nunca se devuelven, y son la principal causa de la crisis continua de esas instituciones, que nacieron como obras de interés social y hoy son ya baluartes del poder político".
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