Los zurdos están llorando en todo el planeta porque, poco a poco, se les acaba el gran castillo de privilegios, poder y riqueza que habían construido sobre el engaño y la estafa. La gente, por fin, está descubriendo que mienten por vicio, engañan, incumplen sus promesas, no redistribuyen la riqueza, están obsesionados con el poder y sólo saben hacer bien dos cosas: la propaganda engañosa y disfrutar del botín del poder y del dinero público.
Valga como ejemplo lo que está ocurriendo en España, donde el gobierno "zurdo" de Pedro Sánchez, aliado con la escoria de la nación (comunistas, partidos llenos de odio a España y herederos del terrorismo) ha mentido más de 600 veces en los últimos seis años, ha comprado medios de prensa para silenciarlos y hacerlos mentir, no ha construido ni una de las cientos de miles de viviendas que prometió, ha hecho todo lo que dijo que no haría en las campañas electorales y ha llenado el país de corrupción y delincuencia.
El líder de la izquierda española, Pedro Sánchez, tiene imputados por la Justicia a su esposa Begoña, a su hermano y a varios de sus colaboradores más cercanos, pero se niega a dimitir, exhibiendo de ese modo toda la bajeza de una izquierda socialista española que cada día está más desprestigiada en el mundo y a la que sus ciudadanos rechazan, abuchean y pitan en las calles.
Los fabricantes argentinos del espumoso "Lágrimas del zurdo" están sorprendidos por la cantidad de peticiones de botellas que están recibiendo de España, donde cientos de miles de españoles sueñan con descorchar una botella esta Navidad para celebrar la desaparición de Pedro Sánchez y de sus tribus corruptas.
Los últimos dramas miserables de los zurdos españoles: ninguna representación en la reapertura de la catedral de Note Dame de París, donde estuvo reunida la élite mundial, mientras el acosado y fracasado gobierno de España también está ausente del gran funeral por las víctimas de la DANA de Valencia, en la que Pedro Sánchez fue humillado y apedreado por el pueblo cuando visitó la zona devastada por las riadas.
El hundimiento de las izquierdas en el mundo es un motivo de esperanza, no porque las derechas sean perfectas, ni mucho menos, sino porque la desaparición de los zurdos, como ha ocurrido en Argentina, trae consigo el despegue de los pueblos, el incremento de las libertades y derechos y el fin de la mentira y del engaño que han emputecido la vida política y la gobernanza en el mundo.
Francisco Rubiales
Valga como ejemplo lo que está ocurriendo en España, donde el gobierno "zurdo" de Pedro Sánchez, aliado con la escoria de la nación (comunistas, partidos llenos de odio a España y herederos del terrorismo) ha mentido más de 600 veces en los últimos seis años, ha comprado medios de prensa para silenciarlos y hacerlos mentir, no ha construido ni una de las cientos de miles de viviendas que prometió, ha hecho todo lo que dijo que no haría en las campañas electorales y ha llenado el país de corrupción y delincuencia.
El líder de la izquierda española, Pedro Sánchez, tiene imputados por la Justicia a su esposa Begoña, a su hermano y a varios de sus colaboradores más cercanos, pero se niega a dimitir, exhibiendo de ese modo toda la bajeza de una izquierda socialista española que cada día está más desprestigiada en el mundo y a la que sus ciudadanos rechazan, abuchean y pitan en las calles.
Los fabricantes argentinos del espumoso "Lágrimas del zurdo" están sorprendidos por la cantidad de peticiones de botellas que están recibiendo de España, donde cientos de miles de españoles sueñan con descorchar una botella esta Navidad para celebrar la desaparición de Pedro Sánchez y de sus tribus corruptas.
Los últimos dramas miserables de los zurdos españoles: ninguna representación en la reapertura de la catedral de Note Dame de París, donde estuvo reunida la élite mundial, mientras el acosado y fracasado gobierno de España también está ausente del gran funeral por las víctimas de la DANA de Valencia, en la que Pedro Sánchez fue humillado y apedreado por el pueblo cuando visitó la zona devastada por las riadas.
El hundimiento de las izquierdas en el mundo es un motivo de esperanza, no porque las derechas sean perfectas, ni mucho menos, sino porque la desaparición de los zurdos, como ha ocurrido en Argentina, trae consigo el despegue de los pueblos, el incremento de las libertades y derechos y el fin de la mentira y del engaño que han emputecido la vida política y la gobernanza en el mundo.
Francisco Rubiales