Contra "Podemos", partido al que sus dirigentes conducen ahora hacia el fracaso, se ha cometido un triste y lamentable atentado político, que corta y frustra una poderosa y esperanzadora fuerza de regeneración y nueva democracia en España, un país necesitado como pocos en el mundo de un resurgir de su podrida y decepcionante vida política.
Podemos nació como una imponente fuerza de protesta y reivindicación de una política distinta y una sociedad mas justa, bajo el ideario del 15 M, pero Pablo Iglesias y los suyos han desterrado aquellas ideas y las han sustituido por el mismo vulgar centralismo piramidal que rige en los demás partidos políticos españoles.
Podemos era un partido pujante y casi invencible cuando el impulso surgía de abajo, de las asociaciones de vecinos, asambleas ciudadanas, círculos, movimientos populares, etc., pero los aires de victoria se debilitaron cuando Pablo Iglesias y los suyos tomaron el poder e impusieron el modelo vertical de élite al mando.
Los "politólogos" tenían demasiada prisa por alcanzar el poder y cambiar la situación. Cogieron el poder del partido desde arriba, dotándolo de una estructura piramidal cuya cabeza era Pablo Iglesias, justificando esa medida en que así el partido era más "operativo", pero en realidad lo que hicieron es mermar la fuerza del partido, que surgía imparable desde las bases, convirtiéndolo en un partido mas de esa "casta" que tanto decían aborrecer.
La ciudadanía, que no es tonta y que se sumó a Podemos, como hizo con el movimiento del 15 M, atraída por su pureza y horizontalidad democrática, ha decidido ahora abandonarlos, rompiendo aquella magia que hizo posible el fulgurante ascenso de la democracia popular en la España corrupta, férreamente controlada hasta entonces por un bipartidismo que Podemos logró poner contra las cuerdas, antes de que se consumara la "traición de los politólogos".
Podemos nació como una imponente fuerza de protesta y reivindicación de una política distinta y una sociedad mas justa, bajo el ideario del 15 M, pero Pablo Iglesias y los suyos han desterrado aquellas ideas y las han sustituido por el mismo vulgar centralismo piramidal que rige en los demás partidos políticos españoles.
Podemos era un partido pujante y casi invencible cuando el impulso surgía de abajo, de las asociaciones de vecinos, asambleas ciudadanas, círculos, movimientos populares, etc., pero los aires de victoria se debilitaron cuando Pablo Iglesias y los suyos tomaron el poder e impusieron el modelo vertical de élite al mando.
Los "politólogos" tenían demasiada prisa por alcanzar el poder y cambiar la situación. Cogieron el poder del partido desde arriba, dotándolo de una estructura piramidal cuya cabeza era Pablo Iglesias, justificando esa medida en que así el partido era más "operativo", pero en realidad lo que hicieron es mermar la fuerza del partido, que surgía imparable desde las bases, convirtiéndolo en un partido mas de esa "casta" que tanto decían aborrecer.
La ciudadanía, que no es tonta y que se sumó a Podemos, como hizo con el movimiento del 15 M, atraída por su pureza y horizontalidad democrática, ha decidido ahora abandonarlos, rompiendo aquella magia que hizo posible el fulgurante ascenso de la democracia popular en la España corrupta, férreamente controlada hasta entonces por un bipartidismo que Podemos logró poner contra las cuerdas, antes de que se consumara la "traición de los politólogos".