Las navajas ya sustituyen a los besos en la batalla por dominar el socialismo andaluz
Suceder a Susana Díaz se está convirtiendo en un calvario para el sanchismo, que no encuentra un líder con atractivo suficiente para derrotarla, a pesar de que Susana está más que amortizada y atraviesa el peor momento de su carrera. Pero muchos militantes y cuadros la sostienen porque temen que el sanchismo se apodere del socialismo andaluz y lo fagocite, como ha hecho en el resto de las regiones de España.
La batalla por suceder a Susana se ha convertido en una resistencia silenciosa y solapada, pero muy fuerte, a la invasión del sanchismo, al que muchos socialistas andaluces consideran un cáncer para el PSOE por su alianza "contra natura y sin ética" con comunistas, independentistas y herederos del terrorismo asesino vasco.
La Fiscalía Anticorrupción apunta contra dos miembros del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, los ministros María Jesús Montero y Luis Planas, por su implicación en el caso de la empresa andaluza Isofotón, por el que se investiga el paradero de hasta 80 millones de euros. La Fiscalía está dirigiendo su acusación hacia Montero y Planas. Esa intervención judicial debilita profundamente la candidatura de María Jesús, que es la favorita de Pedro Sánchez para controlar a los socialistas andaluces.
El Supremo deberá dirimir si María Jesús Montero y Luis Planas tienen responsabilidad en la concesión de una ayuda de 8,3 millones para la empresa Isofotón, en 2012. Y es que, al ser aforados por formar parte del Ejecutivo, su responsabilidad criminal es responsabilidad de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, según el Artículo 102 de la Constitución Española.
El Juzgado de Instrucción 3 de Sevilla dirige esta investigación para examinar las ayudas públicas del Ejecutivo autonómico socialista por un total 80 millones, concedidas a la firma de energía fotovoltaica entre 2005 y 2012. Sin embargo, será el Supremo quien analice si se aprobaron con mala fe, a sabiendas de la mala situación económica de la empresa.
Pero ese no es el único lastre de la ministra Montero en Andalucía, donde acumula rechazos, incluso en su mismo partido. En primer lugar, al ser enviada del "sanchismo", es recibida con reservas dentro del PSOE andaluz, que aunque entiende que Susana puede estar amortizada, no quiere que la sustituya un sanchista obediente al líder, temeroso de que el socialismo andaluz, en manos de Sánchez, pierda toda su independencia y parte de su peso en el socialismo español. En su contra pesa también su pasado en la Junta y sus labores, muy criticadas, al frente de la Sanidad pública y la Hacienda pública. Por ultimo, tampoco le ayuda el hecho de que ella no es "pata negra" del socialismo y que su militancia proceda de grupos cristianos progresistas incorporados al socialismo.
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, espera agazapado a que el sanchismo le apoye abiertamente como sustituto de Susana, pero Sánchez duda porque es un candidato débil, por dos razones: es poco brillante y, al ser alcalde sevillano, despierta rechazo en las restantes provincias.
El "sanchismo" se juega mucho en la batalla de Andalucía porque nadie puede dominar por completo el socialismo español si tiene al socialismo andaluz en contra o en actitud de frialdad. De hecho, a Pedro Sánchez sólo le falta hacerse con el socialismo andaluz para convertirse en el secretario general con más poder, superior incluso al que tuvo el mítico Felipe González.
Francisco Rubiales
La batalla por suceder a Susana se ha convertido en una resistencia silenciosa y solapada, pero muy fuerte, a la invasión del sanchismo, al que muchos socialistas andaluces consideran un cáncer para el PSOE por su alianza "contra natura y sin ética" con comunistas, independentistas y herederos del terrorismo asesino vasco.
La Fiscalía Anticorrupción apunta contra dos miembros del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, los ministros María Jesús Montero y Luis Planas, por su implicación en el caso de la empresa andaluza Isofotón, por el que se investiga el paradero de hasta 80 millones de euros. La Fiscalía está dirigiendo su acusación hacia Montero y Planas. Esa intervención judicial debilita profundamente la candidatura de María Jesús, que es la favorita de Pedro Sánchez para controlar a los socialistas andaluces.
El Supremo deberá dirimir si María Jesús Montero y Luis Planas tienen responsabilidad en la concesión de una ayuda de 8,3 millones para la empresa Isofotón, en 2012. Y es que, al ser aforados por formar parte del Ejecutivo, su responsabilidad criminal es responsabilidad de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, según el Artículo 102 de la Constitución Española.
El Juzgado de Instrucción 3 de Sevilla dirige esta investigación para examinar las ayudas públicas del Ejecutivo autonómico socialista por un total 80 millones, concedidas a la firma de energía fotovoltaica entre 2005 y 2012. Sin embargo, será el Supremo quien analice si se aprobaron con mala fe, a sabiendas de la mala situación económica de la empresa.
Pero ese no es el único lastre de la ministra Montero en Andalucía, donde acumula rechazos, incluso en su mismo partido. En primer lugar, al ser enviada del "sanchismo", es recibida con reservas dentro del PSOE andaluz, que aunque entiende que Susana puede estar amortizada, no quiere que la sustituya un sanchista obediente al líder, temeroso de que el socialismo andaluz, en manos de Sánchez, pierda toda su independencia y parte de su peso en el socialismo español. En su contra pesa también su pasado en la Junta y sus labores, muy criticadas, al frente de la Sanidad pública y la Hacienda pública. Por ultimo, tampoco le ayuda el hecho de que ella no es "pata negra" del socialismo y que su militancia proceda de grupos cristianos progresistas incorporados al socialismo.
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, espera agazapado a que el sanchismo le apoye abiertamente como sustituto de Susana, pero Sánchez duda porque es un candidato débil, por dos razones: es poco brillante y, al ser alcalde sevillano, despierta rechazo en las restantes provincias.
El "sanchismo" se juega mucho en la batalla de Andalucía porque nadie puede dominar por completo el socialismo español si tiene al socialismo andaluz en contra o en actitud de frialdad. De hecho, a Pedro Sánchez sólo le falta hacerse con el socialismo andaluz para convertirse en el secretario general con más poder, superior incluso al que tuvo el mítico Felipe González.
Francisco Rubiales