La última encuesta, recién publicada, en la que aparece que los socialistas ganarían las próximas elecciones, está claramente amañada porque ignora la enorme ola de rechazo a Pedro Sánchez por haber llegado a la presidencia del gobierno sostenido por un manojo de partidos desleales y llenos de odio a España. Ese estigma, unido a sus despilfarros y a su intención de subir los impuestos, acabará con su carrera política y, probablemente, también hundirá al PSOE, como también ocurrió cuando otro impresentable inepto y sin tacto llamado Zapatero destrozó el país y se puso a la ciudadanía en contra.
La verdadera encuesta está en las calles y en ellas se percibe una profunda hostilidad hacia el conglomerado bastardo que sostiene al gobierno.
La situación alcanza niveles de rechazo tan altos que la subida de los impuestos, contra el que ya se han posicionado las empresas, la banca, las asociaciones empresariales y numerosas asociaciones ciudadanas, puede prender la mecha de la rebelión contra el contubernio de indeseables que sostiene a Sánchez en la Moncloa.
Los políticos se sienten invulnerables en España, donde sus abusos y estragos son soportados estoicamente por los ciudadanos, probablemente acobardados, pero la presión, cuando crece desmesuradamente frente a los abusos del poder, termina por hacer que la caldera estalle.
Andalucía, donde Susana Díaz, más por culpa de su política de impuestos elevados que por la corrupción de los socialistas, está sufriendo un profundo rechazo, debería servirle de ejemplo a Pedro Sánchez. Impuestos con tan mala imagen como el de Sucesiones, que el gobierno de Sánchez pretende elevar en todo el territorio, homogeneiznádolo, lo que significa instaurarlo en regiones como Madrid, Canarias, Murcia y otras, donde había quedado prácticamente suprimido, pueden provocar una autentica rebelión contra el abuso fiscal y la codicia desenfrenada de los políticos.
Con la imagen de un depredador fiscal a cuestas, ni Sánchez ni su partido tendrán futuro y serán devorados por la rabia y la furia de los ciudadanos esquilmados.
Francisco Rubiales
La verdadera encuesta está en las calles y en ellas se percibe una profunda hostilidad hacia el conglomerado bastardo que sostiene al gobierno.
La situación alcanza niveles de rechazo tan altos que la subida de los impuestos, contra el que ya se han posicionado las empresas, la banca, las asociaciones empresariales y numerosas asociaciones ciudadanas, puede prender la mecha de la rebelión contra el contubernio de indeseables que sostiene a Sánchez en la Moncloa.
Los políticos se sienten invulnerables en España, donde sus abusos y estragos son soportados estoicamente por los ciudadanos, probablemente acobardados, pero la presión, cuando crece desmesuradamente frente a los abusos del poder, termina por hacer que la caldera estalle.
Andalucía, donde Susana Díaz, más por culpa de su política de impuestos elevados que por la corrupción de los socialistas, está sufriendo un profundo rechazo, debería servirle de ejemplo a Pedro Sánchez. Impuestos con tan mala imagen como el de Sucesiones, que el gobierno de Sánchez pretende elevar en todo el territorio, homogeneiznádolo, lo que significa instaurarlo en regiones como Madrid, Canarias, Murcia y otras, donde había quedado prácticamente suprimido, pueden provocar una autentica rebelión contra el abuso fiscal y la codicia desenfrenada de los políticos.
Con la imagen de un depredador fiscal a cuestas, ni Sánchez ni su partido tendrán futuro y serán devorados por la rabia y la furia de los ciudadanos esquilmados.
Francisco Rubiales