Información y Opinión

La resurrección del periodismo libre (artículo recomendado)



Si los periodistas hiubieran hecho sus deberes, las democracias no estarían podridas, la corrupción no habría infectado tan peligrosamente el tejido social y los ciudadanos no habrían sido expulsados de la democracia por partidos y gobiernos que, con una prensa libre y crítica, estarían sometidos a controles y nunca habrían podido alcanzar los escandalosos niveles de corrupción y arrogancia actuales.
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Los periodistas no son los principales responsables del desastre mundial actual, pero sí son los principales cómplices de los dirigentes políticos mundiales, que son los grandes culpables. La agonía de la prensa libre y crítica permite que muchos dirigentes políticos del mundo, inmersos en la ineficacia y la corrupción, estén llavando a sus pueblos hacia el desastre.

El deterioro de las democracias y el poder excesivo de los partidos políticos y de las castas políticas profesionales están provocando la reacción de la sociedad y el auge de un movimiento que reivindica la libertad de prensa y el periodismo crítico como recetas contra la corrupción, el abuso del poder, la arrogancia y otros males actuales de la política.

En muchos países que se autoproclaman "democracias", sin serlo, los analistas y expertos señalan a la prensa y a los periodistas como grandes cómplices del poder político y como responsables, junto con los políticos y los jueces, del deterioro de la democracia y de la degeneración de los poderes públicos.

Surgen artículos y libros por todas partes en los que se reivindica la libertad de prensa y la necesidad de que el periodista fiscalice al poder. En esa linea se sitúan decenas de obras, entre las cuales pueden citarse "La Casta", escrito en Italia por los periodistas Antonio G. Stella y Sergio Rizzo, "Basta de Mentiras", de John Pilger, "Periodistas Sometidos, los perros del poder", de Francisco Rubiales, "El negocio del poder", Federico Quevedo y Daniel Forcada, y, sobre todas las demás, la trilogía "Milennium", del sueco Stieg Larsson, best seller mundial cuyo protagonista es un periodista ético y libre, dedicado a iluminar y destapar el mundo oscuro, totalitario y sucio que se oculta detrás de las fachadas de democracias tan avanzadas y reputadas como la de Suecia.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, definió recientemente la trilogía de Larsson como "un canto a la libertad de prensa".

Muchos gobiernos de las falsas democracias actuales olvidan que la libertad de información, además de garantizar la libertad de los periodistas a decir la verdad sobre cualquier asunto, por muy peliagudo que sea, garantiza sobre todo el derecho de los ciudadanos a ser informados con veracidad e independencia sobre todos los asuntos que le conciernen, para que puedan decidir correctamente.

Esa libertad de prensa, casi en extención porque los poderosos no quieren testigos incómodos ni investigadores libres que descubran sus fracasos y les impidan sus abusos y delitos, está siendo reivindicada en todo el mundo como la única terapia de eficacia probada para luchar contra la corrupción, el deterioro de las democracias, el abuso del poder y otros muchos males generados por una clase política que no está a la altura de las circunstancias y que, en muchos casos, está llevando a sus pueblos directamente hacia la pobreza, la derrota y el fracaso.

La mejor manera de expresar la importancia que tiene el periodismo libre y no sometido en las democracias quizás sea recordar algunos párrafos del libro "Periodistas sometidos, los perros del poder":

"Si los periodistas españoles hubieran hecho sus deberes, España no sería hoy una cloaca. Ante el miedo a que los ciudadanos conozcan sus fechorías, las ratas, asustadas, se habrían escondido en sus madrigueras. Pero sin auténticos periodistas que digan la verdad y denuncien los abusos y corrupciones del poder, los miserables se tornan impunes y tienen todo el campo libre para cazar."

"Si los periodistas hubieran hecho bien su trabajo en España, la democracia no habría sido asesinada por los partidos políticos y transformada en una oligocracia sin dignidad ni respeto."

“No hay un solo caso de periodista esclavo que sea recordado por la Historia, del mismo modo que tampoco merecen el recuerdo los militares cobardes o los médicos al servicio de la muerte. Que quede claro que los periodistas sometidos al poder sólo pueden esperar poder y dinero, pero nunca reconocimiento, honor o respeto.”

“La democracia es el único sistema que ha conseguido encerrar a los grandes poderes, sobre todo al insaciable poder del Estado, en una jaula con siete cerrojos. La prensa libre es el séptimo sello que cierra esa jaula.”





   
Domingo, 5 de Julio 2009
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