Información y Opinión

La renta básica universal terminará imponiéndose en todo el mundo



Más temprano que tarde, la renta básica universal, de la que habla Podemos, será un hecho y representará un cambio sustancial en la economía y la estructura laboral del mundo.
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Hay varias razones que impulsan la renta universal básica, pero la más sólida es que el trabajo masivo desaparecerá y que la mayoría de los trabajos que hoy realiza el hombre pronto serán ejecutados por robots e inmigrantes dispuestos a trabajar por muy poco dinero.

En los Estados Unidos calculan que dentro de tres décadas, la mitad de los puestos de trabajo hoy existentes estarán desempeñados por robots y por maquinaria altamente eficiente, con inteligencia artificial. Las enormes masas de desempleados tendrán que recibir una renta básica que les permita sobrevivir alternando el desempleo con trabajos esporádicos, cada vez mas escasos. Otra de las razones que sustentan la renta básica es acabar con los subsidios, cada vez mas complejos y engorrosos.

En Occidente son varios los gobiernos que ya se están planteando introducir sistemas que se asemejan a la renta básica de supervivencia, como es el caso de Nueva Zelanda, Holanda, Finlandia o el estado de Ontario, en Canadá. De todos ellos, Nueva Zelanda es el que parece llamado a instaurarla antes.

El dinero necesario para abonar la renta básica saldrá de las plusvalías, que se incrementarán notablemente con la entrada en escena masiva de los robots.

El mundo quedará dividido claramente en dos grupos: uno, integrado por las personas menos formadas y preparadas, que vivirán sin lujos, sobreviviendo con el poco dinero que obtengan del Estado y de los trabajos disponibles, y otro, integrado por emprendedores capaces de crear empresas rentables y personas de elevada preparación y con títulos universitarios de élite, que serán retribuidas generosamente y empleadas para ejecutar tareas creativas y emocionales, de alta dirección y de organización, inalcanzables para los robots.

Con un mundo de ese tipo, claramente dividido entre parias y privilegiados, la renta básica no es una opción sino una necesidad, imprescindible para evitar una marea imparable de motines y revueltas.

La imagen que se percibe del mundo futuro es sobrecogedora y peligrosa: profundas e hirientes diferencias entre las élites ricas y las masas de pobres, desaparición de la democracia y sustitución por un gobierno universal altamente autoritario y legiones de policías y jueces encargados de mantener el orden a toda costa.

Francisco Rubiales


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Viernes, 27 de Mayo 2016
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