Las recetas impuestas por la popular María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla la Mancha, una mezcla dura de austeridad y ética política, es un giro que conduce no sólo a la recuperación de la economía, sino también a la dignidad de la política, a la recuperación del prestigio del liderazgo y a la decencia de una sociedad castellanomanchega que, conducida por sátrapas insensatos como Bono y Barreda, había deambulado durante demasiados años por las rutas de la decadencia, el abuso de poder, el despilfarro y la ruina económica y ética.
Nada menos que 500 liberados sindicales, parásitos innecesarios, van a perder sus privilegios, una medida que se une a la liquidación de la televisión oficial, la venta de inmuebles y la supresión de cargos públicos parásitos y de coches oficiales innecesarios. El plan de ajuste pretende además eliminar administraciones paralelas en la comunidad autónoma, lo que conlleva la supresión de la Oficina de la Junta en Bruselas y el Defensor del Pueblo, entre otras instituciones y cargos. De momento, su presupuesto tendrá un recorte del 20%, pero el objetivo es alcanzar el 50%.
Las medidas de Cospedal, que, según la presidente, no incluye reducción alguna en las prestaciones sociales, marcan el camino que debe seguir el PP para salvar a España de la ruina creada por los socialistas y para sustituir la desesperación, la insolvencia y la tristeza actuales por una sólida esperanza de recuperación y regeneración.
Esas medidas, posibles y necesarias en un país arruinado y sin esperanza, demuestran que la política desplegada durante años por las administraciones socialistas conducían al país hacia el fracaso y la insolvencia. El socialismo incrementó los privilegios y ventajas de los suyos e hizo pagar la receta de la crisis a las clases medias, a los trabajadores y al sector empresarial. La política socialista en Castilla la Mancha sólo funcionaba gastando dinero a manos llenas, ocultando las verdaderas cuentas ruinosas, endeudándose hasta la locura y convirtiendo el sector público en un refugio para enchufados, familiares y amigos.
Nada menos que 500 liberados sindicales, parásitos innecesarios, van a perder sus privilegios, una medida que se une a la liquidación de la televisión oficial, la venta de inmuebles y la supresión de cargos públicos parásitos y de coches oficiales innecesarios. El plan de ajuste pretende además eliminar administraciones paralelas en la comunidad autónoma, lo que conlleva la supresión de la Oficina de la Junta en Bruselas y el Defensor del Pueblo, entre otras instituciones y cargos. De momento, su presupuesto tendrá un recorte del 20%, pero el objetivo es alcanzar el 50%.
Las medidas de Cospedal, que, según la presidente, no incluye reducción alguna en las prestaciones sociales, marcan el camino que debe seguir el PP para salvar a España de la ruina creada por los socialistas y para sustituir la desesperación, la insolvencia y la tristeza actuales por una sólida esperanza de recuperación y regeneración.
Esas medidas, posibles y necesarias en un país arruinado y sin esperanza, demuestran que la política desplegada durante años por las administraciones socialistas conducían al país hacia el fracaso y la insolvencia. El socialismo incrementó los privilegios y ventajas de los suyos e hizo pagar la receta de la crisis a las clases medias, a los trabajadores y al sector empresarial. La política socialista en Castilla la Mancha sólo funcionaba gastando dinero a manos llenas, ocultando las verdaderas cuentas ruinosas, endeudándose hasta la locura y convirtiendo el sector público en un refugio para enchufados, familiares y amigos.