Los dos principales líderes políticos de Andalucía, la socialista y presidenta de la Junta, Susana Díaz, y el nuevo candidato a presidie el PP y la Junta, Juan Manuel Moreno, son las dos demostraciones mas elocuentes de uno de los fenómenos que mejor demuestra la degradación de la política española y el incuestionable hecho de que la política ha dejado de ser un "servicio" en España para convertirse en una "carrera", probablemente la mas rentable y prometedora del panorama económico y social español.
Ni la socialista Susana ni Juanma, flamante presidente del PP, han conocido en sus vidas otra ocupación que la política. Carecen de expedientes académicos brillantes y no se les conoce mérito alguno en la vida, salvo los de haber sido disciplinados y sumisos políticos, siempre apegados a los líderes y apoyados en el "aparato" de sus respectivos partidos. Susana tardó una eternidad en terminar su carrera universitaria, mientras que el líder del PP, al que se le acusa de haber falsificado su curriculum, hinchando títulos y haciendo pasar por masteres universitarios cursillos muy livianos, ni siquiera posee un verdadero título universitario superior.
Uno y otro son hijos de la corrompida, degradada e inepta clase política española, uno de los ejemplos mundiales de lo que significa el fracaso de una "casta" que no solo se ha alejado de su pueblo sino que ha concitado desprecio, rechazo y hasta odio de millones de españoles, precisamente los mas cultos y demócratas, manteniéndose en el poder gracias al apoyo electoral de masas mas incultas, aborregadas y fanatizadas, además de los muchos que viven de los partidos y de las administraciones públicas, ordeñando a diario el Estado, sin mas mérito que poseer un "carné" de partido.
El fenómeno de la ineptitud y de la profesionalización de la política española es general y afecta a casi todos los partidos políticos, sean del color que sean. En una país que padece como pocos el flagelo del paro y el avance de la pobreza, los político tienen no solo la subsistencia garantizada, sino que disfrutan también de altos sueldos, privilegios, todo tipo de ventajas y, en muchos casos, de suplementos salariales provenientes de la corrupción y el envilecimiento de lo público.
La nueva clase política española ha perdido todo atisbo de amateurismo, generosidad y espíritu de servicio a la comunidad, transformando la política en una forma lucrativa y segura de vida al margen de la crisis, con dinero público garantizado y con ventajas y privilegios de todo tipo, muchos de ellos, a juzgar por lo que cada día se descubre en los juzgados, inconfesables y delictivos.
Hay un factor que ayuda a deteriorar todavía mas a la clase política y que la convierte en rehén de su propio aíslamiento y fracaso: las clases medias acentúan cada día mas su divorcio con la clase política, de la que se separa y a la que combate intelectual y políticamente, utilizando los medios de comunicación tradicionales, a los que muchos elementos de esa clase tienen acceso, los blogs y las redes sociales, aportando argumentos para la rebeldía y razones que justifican un cambio profundo en la política. Como reacción a ese enfrentamiento con las clases medias, que le hace daño, la clase política, a la que no le importa estar lejos de las clases bajas, se aisla todavía mas y genera un dañino y demencial "sprit de corps" que, mezclado con su pobreza intelectual, su sentido de culpa por violar la democracia y su corporativismo mafioso, le llevarán al desconcierto y hacia una pronta derrota.
Ni la socialista Susana ni Juanma, flamante presidente del PP, han conocido en sus vidas otra ocupación que la política. Carecen de expedientes académicos brillantes y no se les conoce mérito alguno en la vida, salvo los de haber sido disciplinados y sumisos políticos, siempre apegados a los líderes y apoyados en el "aparato" de sus respectivos partidos. Susana tardó una eternidad en terminar su carrera universitaria, mientras que el líder del PP, al que se le acusa de haber falsificado su curriculum, hinchando títulos y haciendo pasar por masteres universitarios cursillos muy livianos, ni siquiera posee un verdadero título universitario superior.
Uno y otro son hijos de la corrompida, degradada e inepta clase política española, uno de los ejemplos mundiales de lo que significa el fracaso de una "casta" que no solo se ha alejado de su pueblo sino que ha concitado desprecio, rechazo y hasta odio de millones de españoles, precisamente los mas cultos y demócratas, manteniéndose en el poder gracias al apoyo electoral de masas mas incultas, aborregadas y fanatizadas, además de los muchos que viven de los partidos y de las administraciones públicas, ordeñando a diario el Estado, sin mas mérito que poseer un "carné" de partido.
El fenómeno de la ineptitud y de la profesionalización de la política española es general y afecta a casi todos los partidos políticos, sean del color que sean. En una país que padece como pocos el flagelo del paro y el avance de la pobreza, los político tienen no solo la subsistencia garantizada, sino que disfrutan también de altos sueldos, privilegios, todo tipo de ventajas y, en muchos casos, de suplementos salariales provenientes de la corrupción y el envilecimiento de lo público.
La nueva clase política española ha perdido todo atisbo de amateurismo, generosidad y espíritu de servicio a la comunidad, transformando la política en una forma lucrativa y segura de vida al margen de la crisis, con dinero público garantizado y con ventajas y privilegios de todo tipo, muchos de ellos, a juzgar por lo que cada día se descubre en los juzgados, inconfesables y delictivos.
Hay un factor que ayuda a deteriorar todavía mas a la clase política y que la convierte en rehén de su propio aíslamiento y fracaso: las clases medias acentúan cada día mas su divorcio con la clase política, de la que se separa y a la que combate intelectual y políticamente, utilizando los medios de comunicación tradicionales, a los que muchos elementos de esa clase tienen acceso, los blogs y las redes sociales, aportando argumentos para la rebeldía y razones que justifican un cambio profundo en la política. Como reacción a ese enfrentamiento con las clases medias, que le hace daño, la clase política, a la que no le importa estar lejos de las clases bajas, se aisla todavía mas y genera un dañino y demencial "sprit de corps" que, mezclado con su pobreza intelectual, su sentido de culpa por violar la democracia y su corporativismo mafioso, le llevarán al desconcierto y hacia una pronta derrota.