En El Salvador encarcelan a miles de pandilleros y miembros de las maras asesinas y en España Sánchez abre las puertas a inmigrantes rechazados por Estados Unidos, que probablemente incluya a estos tipos terriblemente peligrosos.
La llegada a España de inmigrantes rechazados por Estados Unidos no es una concesión cualquiera sino un paso peligroso y de gran riesgo, que convierte a España en un depósito tercermundista de la "mercancía humana" que desprecia Washington.
Y lo peor de esa decisión, adoptada por Pedro Sánchez para congraciarse con Estados Unidos, es que en modo alguno beneficia a España, un país ya saturado de inmigrantes ilegales, la mayoría de los cuales llegan sin control, algunos violando las fronteras con violencia y otros decididos a no integrarse, no trabajar y vivir descaradamente de los subsidios que les otorga el sanchismo.
Eufórico porque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le recibe hoy, 12 de mayo, Sánchez se declarará ante el amo del mundo dispuesto a "defender la democracia" en todo el planeta, una promesa que causa risa cuando millones de españoles le acusan a Sánchez de ser tirano, de gobernar aliado con comunistas y de ignorar por completo los valores democráticos.
Cuando la situación en la frontera sur de Estados Unidos es insostenible y hay cientos de miles de inmigrantes empujando para entrar en el paraíso americano, Sánchez, para congraciarse con el imperio, decide recibir a los emigrantes que los USA rechacen, que serán los peores. Lo más probable es que nos envíen pandilleros violentos, miembros de las maras asesinas de Centroamérica y otra gente que los Estados Unidos rechazarán por peligrosa.
Para Estados Unidos, Sánchez es un tonto útil barato. Biden, que también ha logrado el compromiso de Sánchez para que España acoja dos destructores más en la base de Rota.
Los analistas y expertos más antisanchistas y demócratas temen que lo que Sánchez busca realmente con sus concesiones, regalos y sumisión a Estados Unidos es el permiso de los amos del mundo para seguir cuatro años más en el poder. Del resto se encargaría él.
La España del siglo XX fue un modelo de negociación y obtuvo muchas compensaciones de los USA a cambio de permitir la presencia norteamericana, pero los expertos temen que ahora todo sea entregado practicamente gratis por un presidente que lo que quiere es seguir en el poder.
Parece que los Estados Unidos, a cambio, cumplirá su promesa formal, hecha hace décadas, de limpiar la tierra de Almería que quedó contaminada por la caída de un avión con bombas atómicas durante la Guerra Fría.
La visita de Sánchez a la Casa Blanca tendrá un coste enorme para España, que Pedro Sánchez pagará con gusto, a cambio de hacerse una foto con el amo americano, que él cree que le reportará muchos votos. Todo le vale al sátrapa si consigue mantenerse en el poder.
El presidente español, al que muchos de sus compatriotas acusan de ser un sátrapa despilfarrador, antidemócrata y amigo del totalitarismo, ha dicho que defenderá ante el presidente de los Estados Unidos la necesidad de defender la democracia. Esa defensa de la democracia por el menos demócrata de los presidentes de gobierno de España en muchas décadas, será uno de los actos más cínicos e hipócritas del sanchismo, cuya esencia es ajena a la democracia real y a sus valores y tristemente próxima a la tiranía marxista.
Francisco Rubiales
Y lo peor de esa decisión, adoptada por Pedro Sánchez para congraciarse con Estados Unidos, es que en modo alguno beneficia a España, un país ya saturado de inmigrantes ilegales, la mayoría de los cuales llegan sin control, algunos violando las fronteras con violencia y otros decididos a no integrarse, no trabajar y vivir descaradamente de los subsidios que les otorga el sanchismo.
Eufórico porque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le recibe hoy, 12 de mayo, Sánchez se declarará ante el amo del mundo dispuesto a "defender la democracia" en todo el planeta, una promesa que causa risa cuando millones de españoles le acusan a Sánchez de ser tirano, de gobernar aliado con comunistas y de ignorar por completo los valores democráticos.
Cuando la situación en la frontera sur de Estados Unidos es insostenible y hay cientos de miles de inmigrantes empujando para entrar en el paraíso americano, Sánchez, para congraciarse con el imperio, decide recibir a los emigrantes que los USA rechacen, que serán los peores. Lo más probable es que nos envíen pandilleros violentos, miembros de las maras asesinas de Centroamérica y otra gente que los Estados Unidos rechazarán por peligrosa.
Para Estados Unidos, Sánchez es un tonto útil barato. Biden, que también ha logrado el compromiso de Sánchez para que España acoja dos destructores más en la base de Rota.
Los analistas y expertos más antisanchistas y demócratas temen que lo que Sánchez busca realmente con sus concesiones, regalos y sumisión a Estados Unidos es el permiso de los amos del mundo para seguir cuatro años más en el poder. Del resto se encargaría él.
La España del siglo XX fue un modelo de negociación y obtuvo muchas compensaciones de los USA a cambio de permitir la presencia norteamericana, pero los expertos temen que ahora todo sea entregado practicamente gratis por un presidente que lo que quiere es seguir en el poder.
Parece que los Estados Unidos, a cambio, cumplirá su promesa formal, hecha hace décadas, de limpiar la tierra de Almería que quedó contaminada por la caída de un avión con bombas atómicas durante la Guerra Fría.
La visita de Sánchez a la Casa Blanca tendrá un coste enorme para España, que Pedro Sánchez pagará con gusto, a cambio de hacerse una foto con el amo americano, que él cree que le reportará muchos votos. Todo le vale al sátrapa si consigue mantenerse en el poder.
El presidente español, al que muchos de sus compatriotas acusan de ser un sátrapa despilfarrador, antidemócrata y amigo del totalitarismo, ha dicho que defenderá ante el presidente de los Estados Unidos la necesidad de defender la democracia. Esa defensa de la democracia por el menos demócrata de los presidentes de gobierno de España en muchas décadas, será uno de los actos más cínicos e hipócritas del sanchismo, cuya esencia es ajena a la democracia real y a sus valores y tristemente próxima a la tiranía marxista.
Francisco Rubiales