El miedo a Podemos es el gran protagonista de la campaña electoral, seguido de cerca por el asco y la desilusión, que se traducirá en abstención y votos de castigo. Estamos viviendo la campaña electoral mas triste y decepcionante desde la muerte del dictador. La inmensa mayoría de los ciudadanos milita en la decepción y el rechazo. Unos votarán al PP o al PSOE con asco, por miedo a Unidos Podemos, otros votarán con la nariz tapada a esos nacionalistas portadores de odio que están arruinando a sus regiones. Gran parte de los votantes de Unidos Podemos votarán a Pablo Iglesias y a Alberto Garzón a pesar de su decepcionante comportamiento, movidos sólo por el deseo de cambio y asqueados de la injusticia y el abuso que han impuesto los viejos partidos en esta España martirizada, injusta y medio arruinada. Muchos millones darán la espalda a las urnas o depositarán votos en blancos o nulos porque sienten el deber cívico de boicotear ese festival de obtusos, mediocres y cretinos con ansias de poder.
Muchos millones de españoles van a votar al PP y al PSOE conscientes de que esos dos partidos son los culpables de casi todos los males actuales de España, desde la injusticia al desempleo, sin olvidar la desigualdad, la corrupción, el abuso de poder y el avance de la pobreza. Irán a las urnas sin ilusión y con la nariz tapada, casi todos por miedo a que lleguen al poder otros todavía peores. Las elecciones del 26 de junio son las mas tristes y desencantadas desde la muerte de Franco y las que más voto asqueado recibirán en las urnas.
Si el PSOE, víctima de sus propios errores y traiciones, se convirtiera en un partido colonizado por Unidos Podemos, muchos españoles van a taparse la nariz y votarán con asco al PP, por miedo a que los populistas, cargados de odio y revancha, conquisten el poder. Ese "voto al verdugo" para evitar que gobierne un verdugo peor es una tragedia de la política española que, desgraciadamente, se ha repetido muchas veces en la Historia.
Los demócratas españoles se sienten acosados por la duda y sin opciones para emitir un voto con ilusión. No hay partidos que agraden a la gente decente. La oferta electoral es tan pobre y decepcionante que millones de españoles votarán con asco y la nariz tapada a partidos que han sido culpables del actual drama e España, sobre todo al PP, un partido embadurnado de corrupción.
Las próximas serán las elecciones de la tristeza y la desilusión, un desfile de líderes mediocres y sin capacidad de convencer, que sólo saben hablar de ganar y aplastar al contrario, sin otro argumento convincente de que son peores. Ni una sola idea ilusionante, ni un solo proyecto común, nadie que enaltezca con sus planteamientos, ni un político capaz de generar entusiasmo o admiración.
La España que acudirá a las urnas el 26 de junio se parece mucho al gallinero obligado a elegir al zorro como líder. Todas las gallinas saben que eligen al depredador, pero piensan que es mejor ser devoradas por un zorro que por el lobo feroz. Y por eso votan a su verdugo.
Francisco Rubiales
Muchos millones de españoles van a votar al PP y al PSOE conscientes de que esos dos partidos son los culpables de casi todos los males actuales de España, desde la injusticia al desempleo, sin olvidar la desigualdad, la corrupción, el abuso de poder y el avance de la pobreza. Irán a las urnas sin ilusión y con la nariz tapada, casi todos por miedo a que lleguen al poder otros todavía peores. Las elecciones del 26 de junio son las mas tristes y desencantadas desde la muerte de Franco y las que más voto asqueado recibirán en las urnas.
Si el PSOE, víctima de sus propios errores y traiciones, se convirtiera en un partido colonizado por Unidos Podemos, muchos españoles van a taparse la nariz y votarán con asco al PP, por miedo a que los populistas, cargados de odio y revancha, conquisten el poder. Ese "voto al verdugo" para evitar que gobierne un verdugo peor es una tragedia de la política española que, desgraciadamente, se ha repetido muchas veces en la Historia.
Los demócratas españoles se sienten acosados por la duda y sin opciones para emitir un voto con ilusión. No hay partidos que agraden a la gente decente. La oferta electoral es tan pobre y decepcionante que millones de españoles votarán con asco y la nariz tapada a partidos que han sido culpables del actual drama e España, sobre todo al PP, un partido embadurnado de corrupción.
Las próximas serán las elecciones de la tristeza y la desilusión, un desfile de líderes mediocres y sin capacidad de convencer, que sólo saben hablar de ganar y aplastar al contrario, sin otro argumento convincente de que son peores. Ni una sola idea ilusionante, ni un solo proyecto común, nadie que enaltezca con sus planteamientos, ni un político capaz de generar entusiasmo o admiración.
La España que acudirá a las urnas el 26 de junio se parece mucho al gallinero obligado a elegir al zorro como líder. Todas las gallinas saben que eligen al depredador, pero piensan que es mejor ser devoradas por un zorro que por el lobo feroz. Y por eso votan a su verdugo.
Francisco Rubiales