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La oscura maniobra socialista de convertir a Franco en un gran héroe



Remover la tumba de Franco formaba parte de la campaña electoral socialista y su malvado objetivo era dividir más a los españoles. Para acentuar la división, el PSOE no ha dudado en convertir a Franco en un héroe y en un español ilustre. Aparentemente, la profanación de su tumba parece una imbecilidad porque nadie promociona a un enemigo, pero los socialistas españoles no dan puntada sin hilo y la maniobra de profanar la tumba del general tenía un fin concreto y muy estudiado: dividir a los españoles en dos bandos, si es posible llenos de odio, como ocurrió durante la guerra civil. Con España dividida en dos bandos irreconciliables, el PSOE ha roto el espíritu de la transición y pulveriza aquel noble proyecto del perdón colectivo y el olvido de la guerra civil para construir juntos una nación moderna, justa y próspera, pero ha preferido destrozar la concordia porque cree que así garantiza su futuro como partido dominante, con muchas probabilidades de gobernar.

Algunos miserables verán en esa maniobra algo astuto y brillante, pero sólo es una bajeza corrupta, una operación para restaurar el bipartidismo y una muestra más de que la izquierda antepone sus propios intereses al bien común y que no le importa poner a España en riesgo de enfrentamiento con tal de potenciar su hegemonía.
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El objetivo de los socialistas es dividirnos y llenarnos de odio
Millones de españoles están descubriendo a Franco gracias a la aparente imbecilidad de las izquierdas. He tenido una conversación este fin de semana con un joven de poco más de treinta años sobre este asunto, que me ha hecho reflexionar. Dijo: "Ni yo ni mis amigos teníamos conciencia hasta ahora de lo que significó el Franquismo y de las cosas que hizo. Creíamos que era sólo un dictador asesino, pero ahora sabemos que hizo muchas cosas bien hechas en España, como construir casas para los obreros, crear la seguridad social, las pagas extraordinarias y muchas obras públicas, todo eso sin cobrar impuestos". Y agregó, "los socialistas parecen tontos porque están promocionando el Franquismo y echándose piedras sobre su propio tejado. Nosotros tampoco sabíamos lo del saqueo socialista de las reservas en oro del Banco de España, las matanzas de Paracuellos y otras, la quema de iglesias y las violaciones y asesinatos de miles de cristianos, religiosos y monjas por parte de los socialistas".

Lo que la izquierda está haciendo, realmente, es promocionar el Franquismo, que estaba en el olvido. La intención de remover sus restos y profanar la tumba no puede ser más miserable y bajuna porque el objetivo es convertir a Franco en el gran icono y símbolo de las derechas españolas, mientras que el PSOE se muestra ante los españoles, con todo el cinismo del mundo, como el defensor de la democracia. Se trata, nada menos, que de una apuesta intensa por dividirnos y enfrentarnos, desde el convencimiento de que ese enfrentamiento dará al PSOE mucho poder en España. Pura ingeniería social y política fabricada en las oscuras fraguas de Pedro Sánchez y sus brujos y brujas.

Franco estaba olvidado y sólo era admirado por un puñado insignificante de nostálgicos. La inmensa mayoría de los españoles estamos convencidos de que el pasado cruento y poco ejemplar que protagonizamos con la Guerra Civil hay que olvidarlo y que debemos construir el futuro sobre el perdón y la concordia, pero al PSOE eso le parece un error que no le conviene y ha decidido dinamitar la reconciliación.

La sucia jugada de Sánches ha sido posible sólo porque el socialismo democrático ha muerto. La socialdemocracia era un producto ideado para la Guerra Fría, cuyo objetivo era derrotar al comunismo demostrando que se puede ser socialista en una democracia capitalista y próspera. Pero, tras el derribo del Muro de Berlín, el comunismo cruel y vengativo se instaló en esos partidos y se disfrazó de falso socialismo para conquistar de ese modo el mundo.

Hemos tardado en descubrirlo pero es evidente que el objetivo del socalismo corrompido de Sánchez es dividir España en dos bandos que se odien, única manera que tienen los socialistas de no perecer y de garantizarse el futuro como partido político. Con una España dividida en dos bandos, ellos controlarán al bando de la izquierda, que ellos creen que en España, sociológica y culturalmente, es el dominante, y, en consecuencia, recibirán sus votos cada vez que se abran las urnas. Eso es lo único que les interesa porque creen que la jugada le convertirá en el partido dominante.

Es indignante tanta bajeza y miseria ética. Deberían pagar por lo que están haciendo.

Francisco Rubiales

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Viernes, 8 de Noviembre 2019
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