Información y Opinión

La miserable y castradora izquierda mediática española



Los comunicadores de la izquierda mediática española, siempre sometidos a sus señoritos, sumisos, mamporreros y al servicio de la mentira y el engaño, son un verdadero drama para España y un ejemplo mundial de bajeza, miseria y traición profesional.

La izquierda mediática española es una tragedia para el país y un castigo inmerecido para sus ciudadanos. Se coloca siempre al lado de los suyos, incluso defendiendo la ignominia y la bajeza, sin ética, sin respeto a la verdad, con sectarismo, mintiendo y fabricando argumentos de mamporreros.

Ahora está empeñada en dos batallas difíciles: defender a Otegui y a sus asesinos y ocultar que la reciente visita a Washington de Sánchez ha sido un fracaso humillante.
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Este libro, publicado por Almuzara en 2009, ya describía con acierto y profundidad el envilecimiento del periodismo y su actual proceso de sometimiento corrupto y mafioso al poder político y empresarial.
Son, casi siempre, periodistas frustrados, intelectuales mediocres, personas sin principios, esclavos voluntarios bien pagados, resentidos, llenos de odio y bien entrenados como mentirosos profesionales. Cuando sus amos tocan las trompetas del peligro, salen en la prensa, la radio y la televisión para salvarlos, difundiendo mentiras y argumentos elaborados para justificar el error y la maldad. Son mamporreros del diablo y enemigos del verdadero periodismo democrático, el que está vinculado a la verdad y el que se siente obligado a informar verazmente al ciudadano para que sepa donde vive, como vive, que le rodea y que están haciendo con su patria.

La izquierda mediática española sigue afirmando hoy la mentira de que BILDU ha retirado a sus candidatos asesinos, una mentira llena de suciedad e intención porque los sicarios siguen en las listas y sólo han afirmado que si salen elegidos renunciarán a sus actas, algo que muchos españoles no se creen.

Todo lo hacen para salvar a su señorito Pedro Sánchez, el que les da de comer y les abre las puertas de las grandes tribunas en la prensa, la radio y la televisión para que desde ellas escupan su veneno bien remunerado, mentiroso y confuso.

Responden como un sólo hombre al grito de SOCORRO que el corrupto PSOE ha lanzado porque su campaña se hundía, manchada por la sangre de los asesinos de ETA. Han acudido con rapidez para apagar la ola de indignación y repulsa desatada en la España decente y digna para decir que ETA no existe, que fue derrotada por los socialistas, que Otegui es un hombre de paz, que los criminales tienen derecho a presentarse a las elecciones y que los que vertieron la sangre son ahora ciudadanos ejemplares.

Salen para mentir siempre. Esos comunicadores mamporreros de la izquierda son los que dicen que la democracia existe en España, que la ley es igual para todos, que la Justicia es independiente, que Pedro Sánchez es una bendición para España, que la derecha es indecente y que VOX es la extrema derecha violenta y anticonstitucional. Son los mismos que silencian el despilfarro y el abuso de poder que emanan de la Moncloa, los que ocultan que la izquierda española es la que ejerce la violencia, revienta mítines, apalea a los candidatos de VOX y derrocha odio y violencia por las calles y plazas. Son los que han justificado indecencias como el indulto de los golpistas, los privilegios de Griñán, que sigue sin entrar en prisión, el destino y el contenido de las maletas venezolanas que llegaron a Barajas y que recibió el oscuro ministro Ábalos y son también los que ocultan que la inseguridad en España se ha disparado y que la mayoría de los delitos los comenten los inmigrantes.

Los mamporreros de la izquierda están ahora desesperados porque no saben como ocultar que la reciente visita de Sánchez a Biden, en Washington, ha sido un fracaso y que Sánchez ha sido minusvalorado y humillado en la Casa Blanca.

La izquierda mediática es una desgracia para España, como lo es también la derecha mediática, igualmente mentirosa y mamporrera, pero, por fortuna, más escasa y menos fanática, sectaria y cruel.

El periodismo en España necesita una perestroika, una regeneración, casi tanto como la clase política, sobre todo la que milita en los dos grandes partidos y en los partidos nacionalistas mercenarios, los que venden sus apoyos y votos a cambio de dinero, privilegios y poder.

Los políticos corrompidos destrozan el país y maltratan al ciudadano, pero los periodistas sometidos se comportan como perros del poder y son los asesinos de la verdad y del inalienable derecho a ser verazmente informados que poseen los ciudadanos en democracia.

Todos ellos son una desgracia, peor que un plaga.

Francisco Rubiales


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Miércoles, 17 de Mayo 2023
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