Ellas se rien mientras el pueblo padece. Pura injusticia indecente.
La presentación ante la Comisión Europea de una denuncia contundente y formal contra el gobierno de España va a inclinar definitivamente la balanza de la lucha contra el impuesto de Sucesiones hacia la supresión de ese brutal, injusto y anticonstitucional tributo. El gobierno, los partidos que quieren imponerlo contra la voluntad popular (PSOE y Podemos) y esos partidos tibios (PP y Ciudadanos) que no se deciden a suprimirlo y hablan de armonizarlo o bonificarlo, a pesar de que el impuesto es perverso, deberían sentir vergüenza de que unos simples ciudadanos españoles, cansados de esgrimir sus razonables y bien fundados argumentos ante las autoridades, hayan tenido que denunciar a su propio país ante las autoridades europeas para lograr que dejen de cobrar un impuesto brutal, injusto, anticonstitucional y de una crueldad desmesurada.
La injusticia del sistema fiscal español ha quedado claramente expuesta ante la Comisión Europea y los ojos del mundo, colocando al gobierno español, empeñado en intensificar el cobro de ese tributo, contra las cuerdas y con la opinión pública internacional abrumadoramente en contra.
También están quedando claras ante el mundo otras verdades, como que el gobierno de España desprecia la democracia porque legisla y gobierna en contra de la voluntad popular y que la lucha ciudadana contra el impuesto de Sucesiones es uno de los episodios más positivos y brillantes de la lucha de los españoles por la democracia y por liberarse del abuso de poder y de las injusticias que emanan de una clase política española escasa de dignidad, decencia y democracia.
Es la primera vez en la Historia moderna de España en que el pueblo se rebela contra un impuesto injusto y consigue poner a la opinión pública de su lado, situando a los políticos en el bando opresor y miserable.
Para ellos, la defensa de ese impuesto, el más impopular y denostado de todos los vigentes en España, es cada día más insostenible y sólo lo mantienen por arrogancia, porque quieren evitar por todos los medios que el pueblo descubra que a ellos, los que mandan, se les puede doblegar.
Lo único inteligente que les queda por hacer es atender la demanda del pueblo y suprimir ese impuesto, como han hecho ya muchos países del mundo, renunciando a su viscosa e indecente tozudez antidemocrática.
Francisco Rubiales
La injusticia del sistema fiscal español ha quedado claramente expuesta ante la Comisión Europea y los ojos del mundo, colocando al gobierno español, empeñado en intensificar el cobro de ese tributo, contra las cuerdas y con la opinión pública internacional abrumadoramente en contra.
También están quedando claras ante el mundo otras verdades, como que el gobierno de España desprecia la democracia porque legisla y gobierna en contra de la voluntad popular y que la lucha ciudadana contra el impuesto de Sucesiones es uno de los episodios más positivos y brillantes de la lucha de los españoles por la democracia y por liberarse del abuso de poder y de las injusticias que emanan de una clase política española escasa de dignidad, decencia y democracia.
Es la primera vez en la Historia moderna de España en que el pueblo se rebela contra un impuesto injusto y consigue poner a la opinión pública de su lado, situando a los políticos en el bando opresor y miserable.
Para ellos, la defensa de ese impuesto, el más impopular y denostado de todos los vigentes en España, es cada día más insostenible y sólo lo mantienen por arrogancia, porque quieren evitar por todos los medios que el pueblo descubra que a ellos, los que mandan, se les puede doblegar.
Lo único inteligente que les queda por hacer es atender la demanda del pueblo y suprimir ese impuesto, como han hecho ya muchos países del mundo, renunciando a su viscosa e indecente tozudez antidemocrática.
Francisco Rubiales
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