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La lucha contra el Impuesto de Sucesiones se acerca a la victoria final



Por mucho que Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Susana Díaz y la voraz María Jesús Montero se empeñen en imponer a los españoles el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, les va a resultar imposible mantenerlo, una vez que ese tributo, como reconoce la propia Susana Díaz, ha quedado deslegitimado por la protesta popular masiva y la opinión pública mayoríaria de los españoles. Mantenerlo en esas condiciones es pura tiranía indecente y corrupta, según establecen las reglas de la democracia, un sistema donde la soberanía popular y la voluntad del pueblo deben tener un peso determinante en las decisiones.

Las plataformas ciudadanas que luchan en España contra el Impuesto de Sucesiones deben sentirse eufóricas porque están ganando claramente la batalla a un gobierno que se siente rechazado y acosado por una opinión pública que apoya la supresión de ese impuesto brutal y acusa a los políticos que lo cobran de burlarse de los muertos y de ser "ladrones de herencias".
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Ellas se rien mientras el pueblo padece. Pura injusticia indecente.
La presentación ante la Comisión Europea de una denuncia contundente y formal contra el gobierno de España va a inclinar definitivamente la balanza de la lucha contra el impuesto de Sucesiones hacia la supresión de ese brutal, injusto y anticonstitucional tributo. El gobierno, los partidos que quieren imponerlo contra la voluntad popular (PSOE y Podemos) y esos partidos tibios (PP y Ciudadanos) que no se deciden a suprimirlo y hablan de armonizarlo o bonificarlo, a pesar de que el impuesto es perverso, deberían sentir vergüenza de que unos simples ciudadanos españoles, cansados de esgrimir sus razonables y bien fundados argumentos ante las autoridades, hayan tenido que denunciar a su propio país ante las autoridades europeas para lograr que dejen de cobrar un impuesto brutal, injusto, anticonstitucional y de una crueldad desmesurada.

La injusticia del sistema fiscal español ha quedado claramente expuesta ante la Comisión Europea y los ojos del mundo, colocando al gobierno español, empeñado en intensificar el cobro de ese tributo, contra las cuerdas y con la opinión pública internacional abrumadoramente en contra.

También están quedando claras ante el mundo otras verdades, como que el gobierno de España desprecia la democracia porque legisla y gobierna en contra de la voluntad popular y que la lucha ciudadana contra el impuesto de Sucesiones es uno de los episodios más positivos y brillantes de la lucha de los españoles por la democracia y por liberarse del abuso de poder y de las injusticias que emanan de una clase política española escasa de dignidad, decencia y democracia.

Es la primera vez en la Historia moderna de España en que el pueblo se rebela contra un impuesto injusto y consigue poner a la opinión pública de su lado, situando a los políticos en el bando opresor y miserable.

Para ellos, la defensa de ese impuesto, el más impopular y denostado de todos los vigentes en España, es cada día más insostenible y sólo lo mantienen por arrogancia, porque quieren evitar por todos los medios que el pueblo descubra que a ellos, los que mandan, se les puede doblegar.

Lo único inteligente que les queda por hacer es atender la demanda del pueblo y suprimir ese impuesto, como han hecho ya muchos países del mundo, renunciando a su viscosa e indecente tozudez antidemocrática.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 14 de Noviembre 2018
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