La batalla de Madrid está apenas comenzando, pero ya exhibe la crudeza y desvergüenza de una izquierda que quiere impedir, por cualquier medio, que la derecha, representada por la brava Isabel Díaz Ayuso y su política de libertad y prosperidad, gane las elecciones y vuelva a gobernar.
Métodos sucios, mafiosos y bolivarianos se están desplegando contra la derecha, impulsados por una izquierda desesperada porque Madrid pone en ridículo su nefasta gestión de España y demuestra que este país, bien gobernado, no tiene por que empobrecerse, humillarse y perder dignidad ni prestigio en el mundo.
¿Por qué es tan importante y decisiva la batalla de Madrid? La respuesta es evidente: Isabel Díaz Ayuso se esta convirtiendo en el símbolo de la resistencia al sanchismo en toda España y porque su forma de gobernar demuestra que España, si en lugar de estar gobernada por sátrapas despilfarradores y corruptos, lo estuviera por personas decentes que estimulan el empleo y la riqueza, sería un país más próspero, decente y respetado que la España actual de Pedro Sánchez, que se arrastra por Europa y el mundo sin prestigio y convertida en un problema.
La incorporación del líder sindical de los manteros a las listas de Podemos demuestra hasta que punto está desesperada la izquierda. Incorporar a sus filas al representante de los comerciantes piratas, que ni pagan impuestos ni respetan las leyes, es una locura manifiesta que empujará miles de votos hacia la derecha. Ningún comerciante cumplidor con la ley y en sus sano juicio, ni sus familiares y amigos, puede votar a la izquierda, después de la apuesta de Pablo Iglesias por los manteros.
La selección de Serigne Mbayé no es aleatoria, sino meditada y representa un paso más de la izquierda a favor del lumpen. Ese partido, consciente de que los españoles de bien jamás le votarán, apuesta ya abiertamente por la España lumperizada, desde los manteros a los okupas, desde los inmigrantes sin papeles hasta los vagos y maleantes adictos a las subvenciones y a la permisividad. Esa apuesta por los bajos fondos y las capas que viven al margen de la ley convierte a Podemos en el partido más extremista y peligroso del espectro político.
Pero el problema es más grave todavía porque la deriva de Podemos hacia la ilegalidad y el extremismo contamina a toda la izquierda, sobre todo a un partido socialista que antes de caer en manos del sanchismo parecía serio y decente, pero que ahora, tras gobernar codo con codo con Podemos, se llena también de suciedad, extremismo y peligro.
Francisco Rubiales
Métodos sucios, mafiosos y bolivarianos se están desplegando contra la derecha, impulsados por una izquierda desesperada porque Madrid pone en ridículo su nefasta gestión de España y demuestra que este país, bien gobernado, no tiene por que empobrecerse, humillarse y perder dignidad ni prestigio en el mundo.
¿Por qué es tan importante y decisiva la batalla de Madrid? La respuesta es evidente: Isabel Díaz Ayuso se esta convirtiendo en el símbolo de la resistencia al sanchismo en toda España y porque su forma de gobernar demuestra que España, si en lugar de estar gobernada por sátrapas despilfarradores y corruptos, lo estuviera por personas decentes que estimulan el empleo y la riqueza, sería un país más próspero, decente y respetado que la España actual de Pedro Sánchez, que se arrastra por Europa y el mundo sin prestigio y convertida en un problema.
La incorporación del líder sindical de los manteros a las listas de Podemos demuestra hasta que punto está desesperada la izquierda. Incorporar a sus filas al representante de los comerciantes piratas, que ni pagan impuestos ni respetan las leyes, es una locura manifiesta que empujará miles de votos hacia la derecha. Ningún comerciante cumplidor con la ley y en sus sano juicio, ni sus familiares y amigos, puede votar a la izquierda, después de la apuesta de Pablo Iglesias por los manteros.
La selección de Serigne Mbayé no es aleatoria, sino meditada y representa un paso más de la izquierda a favor del lumpen. Ese partido, consciente de que los españoles de bien jamás le votarán, apuesta ya abiertamente por la España lumperizada, desde los manteros a los okupas, desde los inmigrantes sin papeles hasta los vagos y maleantes adictos a las subvenciones y a la permisividad. Esa apuesta por los bajos fondos y las capas que viven al margen de la ley convierte a Podemos en el partido más extremista y peligroso del espectro político.
Pero el problema es más grave todavía porque la deriva de Podemos hacia la ilegalidad y el extremismo contamina a toda la izquierda, sobre todo a un partido socialista que antes de caer en manos del sanchismo parecía serio y decente, pero que ahora, tras gobernar codo con codo con Podemos, se llena también de suciedad, extremismo y peligro.
Francisco Rubiales