La izquierda mundial ha debido caer muy bajo para tratar al fanático presidente iraní Ahmadinejad como uno de sus iconos predilectos. La prensa mundial de izquierdas y sus intelectuales y periodistas lo alaban y lo cuidan como un valor mundial, olvidando sus crímenes, mentiras y su reconocido y reciente fraude electoral frente a su adversario Mir Hossein Mussavi.
La locura de convertir en héroe a un peligroso antidemócrata solo puede explicarse si se admite que la izquierda, antaño defensora de los derechos humanos y las libertades, se ha deteriorado tanto que se ha olvidado de la democracia y adora a cualquier asesino con tal de que sea antiyanki, anticapitalista y antidemócrata.
La izquierda se lo perdona todo: el que mutile a los ladrones, ahorque a las mujeres infieles, ejecute a los gays y extermine a sus adversarios con métodos que superan en crueldad y saña a los empleados por el KGB y la Gestapo. Lo verdaderamente importante para radicales camuflados de izquierda, como Zapatero, es que el loco Ahmadinejad sea antijudío y antiamericano.
La locura de convertir en héroe a un peligroso antidemócrata solo puede explicarse si se admite que la izquierda, antaño defensora de los derechos humanos y las libertades, se ha deteriorado tanto que se ha olvidado de la democracia y adora a cualquier asesino con tal de que sea antiyanki, anticapitalista y antidemócrata.
La izquierda se lo perdona todo: el que mutile a los ladrones, ahorque a las mujeres infieles, ejecute a los gays y extermine a sus adversarios con métodos que superan en crueldad y saña a los empleados por el KGB y la Gestapo. Lo verdaderamente importante para radicales camuflados de izquierda, como Zapatero, es que el loco Ahmadinejad sea antijudío y antiamericano.
Ahmadinejad ha conseguido fascinar a la izquierda mundial con sus mentiras atrevidas: ha dicho que está a punto de llegar un nuevo mesias que pondrá las cosas en su sitio y que liquidará el Estado sionista de Israel de la faz de la tierra. Ha dicho también que el Holocausto es un mito y una estafa porque nunca ocurrió. Ha asegurado que en Irán no existen los gays, pero ha ocultado que su régimen los ahorca en masa. Por último, ha asegurado que su país no quiere poseer la bomba atómica, mientras la fabrica a todo gas para emplearla contra sus adversarios.
El fraude electoral en las últimas elecciones de Irán ha sido minimizado en los países donde domina la izquierda, donde ni siquiera ha sido valorado el hecho de que millones de iraníes se hayan lanzado a las calles para protestar por el totalitarismo del régimen de los ayatollas. En esos mismos países se acosa a Honduras por haberse sacudido a un presidente como Zelaya, anticonstitucional y arbitrario, aunque aliado del izquierdismo mafioso y sanguinario que encabezan los hermanos Castro, amparados por el dinero del venezolano Hugo Chávez.
El radicalismo antidemocrático del fanático Ahmadinejad sigue fascinando a la descerebrada izquierda mundial, cuyo desprecio por las libertades individuales y la sociedad civil ya es indisimulable. En esa izquierda "amiga" del radical iraní milita, para vergüenza de los demócratas españoles, el español Zapatero, que mantine con Ahmadinejad una especie de idilio que incluye una colaboración estrecha en torno a la Alainza de las Civilizaciones.
El fraude electoral en las últimas elecciones de Irán ha sido minimizado en los países donde domina la izquierda, donde ni siquiera ha sido valorado el hecho de que millones de iraníes se hayan lanzado a las calles para protestar por el totalitarismo del régimen de los ayatollas. En esos mismos países se acosa a Honduras por haberse sacudido a un presidente como Zelaya, anticonstitucional y arbitrario, aunque aliado del izquierdismo mafioso y sanguinario que encabezan los hermanos Castro, amparados por el dinero del venezolano Hugo Chávez.
El radicalismo antidemocrático del fanático Ahmadinejad sigue fascinando a la descerebrada izquierda mundial, cuyo desprecio por las libertades individuales y la sociedad civil ya es indisimulable. En esa izquierda "amiga" del radical iraní milita, para vergüenza de los demócratas españoles, el español Zapatero, que mantine con Ahmadinejad una especie de idilio que incluye una colaboración estrecha en torno a la Alainza de las Civilizaciones.
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