Información y Opinión

La izquierda española y el independentismo meditan si les conviene ilegalizar a VOX



Las fuerzas que integran y apoyan el gobierno de Pedro Sánchez están meditando si le conviene o no ilegalizar a VOX. Los socios más radicales del gobierno, como Podemos, los independentistas y BILDU, se inclinan cada día más por la ilegalización, pero otra parte de la coalición, por ahora mayoritaria, junto con la Corona, el Poder Judicial y el empresariado, se oponen porque temen que esa decisión, claramente anticonstitucional, provoque graves disturbios y destape la caja de los truenos, abriendo el camino para ilegalizar también a otros partidos totalitarios e independentistas.

La excusa para borrar del mapa político español a VOX sería que es un peligroso partido de "extrema derecha", pero la tolerancia que esos partidos tienen en la Europa comunitaria y la moderación y el constitucionalismo del partido de Abascal, defensor de la legalidad vigente, de la monarquía y del orden, desarma a sus enemigos.

Pero la verdadera razón que impulsa a los defensores de "liquidar" a VOX es el miedo a que crezca demasiado y pueda ganar un día las elecciones o convertirse en la fuerza dominante y decisiva en la derecha y en la política nacional.

Una importante y creciente facción del PSOE y, aunque parezca increíble, también en ámbitos minoritarios del PP y Ciudadanos, se teme cada día más a VOX y se cree que es el único partido que puede cambiar la situación actual y el mismo sistema, en el que los viejos partidos, tanto de derecha como de izquierda, aunque a veces digan lo contrario, se sienten a gusto y disfrutando de poderes descontrolados, ventajas y privilegios insólitos e indefendibles en democracia.

Pedro Sánchez, cuyo poder sobre el PSOE es incuestionado, a pesar de que lo está cambiando como un calcetín y que el partido ya no se parece en nada al partido de Felipe González, carece de escrúpulos y orienta todo a mantenerse en el poder. Lo único que parece impedirle ilegalizar a VOX es el miedo a que la conmoción que esa medida provoque le haga perder el poder al PSOE.

En lo que se refiere a Pablo Iglesias y a su conglomerado de Podemos, pesan muchos las palabras de Fidel Castro al coronel Chaves, cuando le dijo que "quien pierde el poder una vez que lo ha conquistado es porque es un huevón", lo que le llevaría a dar el paso de la ilegalización de VOX si algún día se convirtiera en una amenaza real para el dominio de la izquierda.

El actual gobierno y las fuerzas que lo sostienen, integradas por socialistas radicalizados por el sanchismo, comunistas e independentistas, se sienten cómodos en la situación actual, donde la derecha heredera de Rajoy y sus socios de Ciudadanos padecen una debilidad acentuada, que les impide ser una alternativa real al poder sanchista. Sólo VOX, con fuerza creciente, representa para ellos un peligro real, frente al que, llegado el momento, quizás no dudarían en dar el paso incierto, bastardo y anticonstitucional de la ilegalización.
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La idea de ilegalizar a VOX por miedo a que crezca demasiado no ha sido abandonada por la izquierda española
Si el gobierno de Pedro Sánchez se sintiera acosado y en peligro de perder el poder, muchos analistas y observadores creen que no dudaría en seguir al pie de la letra la hoja de ruta del comunismo del siglo XXI, que consiste en mantener el poder como sea, incluso ilegalizando al enemigo, cambiando las leyes y hasta suprimiendo las elecciones libres o practicando el fraude electoral, como ya han hecho Nicolás Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega y otros neo comunistas.

La actual fiscal general, Dolores Delgado, cuando era ministra de Justicia del gobierno de Sánchez, ya se planteaba públicamente la posibilidad de ilegalizar a VOX.

Sin embargo, la verdad es terca y se impone: hay otras fuerzas en la izquierda española y el independentismo, muchas de ellas gobernando o influyendo poderosamente en Pedro Sánchez, que merecen muchos más la ilegalización que VOX, tanto por sus ataques a la legalidad vigente, como por ejemplo a la Monarquía, como por sus actitudes de violencia y acoso en las calles frente a las ideas y personas adversarias.

Contrariamente a lo que muchos inconscientes piensan, nada es gratis en la vida y tener comunistas en el gobierno de un país de Europa Occidental, en el año 2020, no puede salir gratis. Ese capricho insólito lo tiene que pagar alguien y, como ocurre siempre, será el pueblo quien lo haga, empobreciéndose, aislándose del mundo, perdiendo prestigio y convirtiendo a España en un molesto problema para Europa y para sus aliados tradicionales demócratas.

Aunque con disimulo y prudencia, la España de Pedro Sánchez avanza hacia una dictadura chavista. Nadie sabe si esa ruta llegará al final, tras cambiar las leyes y conseguir un poder eterno para los que hoy tienen el poder, ya sea suprimiendo las elecciones o introduciendo el fraude en los escrutinios, pero el camino hacia ese inmenso y desolador drama está abierto.

Este gobierno está perdiendo cada día más el decoro y la vergüenza y le da lo mismo mentir que arruinar. Por eso mismo, que a nadie le extrañe que un día de éstos, con cualquier excusa, ya sea medioambiental, feminista o en una falsa defensa de la Constitución, ilegalice a VOX, que es el único obstáculo serio que les cierra el paso hacia la tiranía comunista, dada la debilidad e impotencia de los otros partidos de oposición (PP y Ciudadanos).

Millones de españoles creen con ingenuidad que Europa no va a permitir que el comunismo se instale en España, pero se equivocan porque a Europa cada día le interesará menos mantener en la Unión a un país podrido y problemático, como España, a la que ya considera como un Estado próximo a ser "fallido" y duda que sea capaz de gastar con inteligencia, eficacia y justicia los millones de ayuda europea que va a recibir para que se rehaga del desastre de la pandemia.

Europa se lavará las manos si España cae en el atroz chavismo y se limitará a expulsarla de la Unión y del euro, abandonándola al desastre y la pobreza, en manos de tiranos que ya no tendrían que disimular para imponer su mundo totalitario y feroz.

La gente se ríe cuando se le habla de ese riesgo, pero conviene recordar que los venezolanos también decían "¿Venezuela como Cuba?, no, hombre, no". Y ahí los tienes: en la ruina y la sangre.

Francisco Rubiales



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Miércoles, 14 de Octubre 2020
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