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La izquierda española, por envidia, quiere asesinar la prosperidad de Madrid



La izquierda española, siempre ávida de dinero, quiere acabar con lo que llaman "el paraíso fiscal de Madrid", que gracias a sus impuestos moderados se ha convertido en la región más próspera y emprendedora de esta España depauperada que nos construye Pedro Sánchez.

Los paraísos fiscales existen porque también existen los infiernos fiscales. Si los impuestos fueran justos y no abusivos y depredadores, esos paraísos, destinados a contrarrestar el robo institucionalizado que practican los políticos, serían innecesarios.

El robo institucional es, junto con la mentira, el más oscuro y degenerado capítulo de la corrupción en España. Los políticos y sus partidos nos roban legalmente, sobre todo a través del cobro de impuestos y tasas injustas y desproporcionadas, que no siempre de emplean en mejorar servicios y que demasiadas veces terminan en el bolsillo de miserables delincuentes con alto poder público, que en lugar de estar encarcelados salen en los telediarios.

La mayoría de los impuestos que los políticos nos cobran son abusivos. Trabajamos para el gobierno entre cinco y nueve meses del año, según las rentas que se cobren. La suma de todos los impuestos y tasas vigentes en España hacen de este país un infierno fiscal digno de repudio, contra el que la ciudadanía debería rebelarse. No serian necesarios ni la mitad de los impuestos existentes si los políticos no hubieran creado un Estado monstruoso que mantiene a cientos de miles de políticos innecesarios y parásitos, que sufraga el despilfarro más brutal y que subvenciona a inmigrantes, a los que otorga más ayudas y beneficios que a los propios españoles.
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La política fiscal de Madrid no es el enemigo a batir, sino el ejemplo a imitar, pero la izquierda española, envidiosa y codiciosa, quiere eliminarla porque se siente herida ante la evidencia de que los pueblos, con impuestos moderados, avanzan en prosperidad y bienestar. La desastrosa y mezquina izquierda española que representan Sánchez e Iglesias no sólo gobierna mal, sino que impide que nadie gobierne bien.

La gente se equivoca cuando cree que el robo de dinero público es el núcleo de la corrupción. Hay muchas formas de ejercer la corrupción que son más graves y dañinas que la apropiación del dinero de todos, aunque el robo del dinero de nuestros impuestos sea la más visible y despreciable. En España se roba, pero también se empuja a los enemigos hacia el suicidio, se margina y aplasta al adversario, se arruinan a los contrarios, se difama, se trucan los concursos y se aprueban leyes que no buscan el bien común sino el beneficio de los poderosos.

Solo por su política fiscal, la vieja clase política española, tanto de derecha como de izquierda, merece el desprecio, el rechazo y la hostilidad de la ciudadanía, a la que los políticos maltratan y saquean sin piedad demostrando su bajeza y ausencia de valores.

Ignorando la inmensa injusticia fiscal que oprime a los españoles y sus nefastas consecuencias sobre la economía, el gobierno de izquierdas que quiere imponer Pedro Sánchez se propone incrementar todavía más los impuestos, una medida suicida que espantara a las empresas, destruirá puestos de trabajo y generará pobreza y atraso.

Mientras los impuestos bajan en todo el mundo para reactivar la economía, el insensato Pedro Sánchez quiere subirlos. Si no lo hace con más intensidad es porque el país está económicamente al borde de la ruina y porque Europa vigila de cerca los excesos y abusos del sanchismo.

La última muestra de la voracidad fiscal del gobierno de Sánchez, combinada con su vicio de mentir y engañar, ha sido lo ocurrido con el IVA de las mascarillas. Lo han tenido que reducir porque otros países europeos mas decentes y sensatos lo han hecho y porque el pueblo lo exigía, pero en lugar de bajar el IVA de las mascarillas, como proclamaron a bombo y platillo, sólo lo han hecho con las mascarillas quirurgicas, dejando intacto el de las demás, que son las más eficaces y recomendables.

Hay cientos de ejemplos que ponen en evidencia la codicia y la avaricia incontrolada del gobierno, pero la mayoría quedan ocultos porque gran parte de los medios de comunicación, comprados con dinero público abundante, colaboran con las mentiras del gobierno, la manipulación y la desinformación.

Dice que falta dinero para pagar las pensiones, pero podría obtenerlo solo con prescindir de más de 300.000 políticos que sobran, reduciendo lujos, privilegios y despilfarros en la clase política y cerrando cientos de instituciones y chiringuitos públicos inútiles, creados únicamente para colocar a los amigos del poder.

La España que Sánchez quiere imponernos es un infierno de injusticia y abuso donde todo está al servicio de los políticos, atiborrados de dinero y privilegios, donde el pueblo padece acoso fiscal, servicios de baja calidad, desamparo, injusticia, corrupción en la vida política y falta de democracia.

Contra ese “infierno español” hay que luchar. Es cuestión de dignidad humana y decencia.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 25 de Noviembre 2020
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