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La envidia corroe y destruye España



La envidia ha existido siempre y ha sido una constante en la Historia, pero, sin la menor duda, la envidia se ha disparado en la España del presente con el marxismo y el dominio de las izquierdas.

La envidia es el pecado nacional, un pecado ya señalado hace siglos por los pensadores de cada época, pero es probable que nunca haya alcanzado los actuales niveles y que los niveles actuales, suciamente estimulados desde un poder corrupto y sin ética, jamás se hubieran alcanzado en el pasado.

El marxismo se basa en el odio, porque el odio es un poderoso sentimiento primario que mueve a las masas. Para odiar no es necesario pensar ni ser culto, sino todo al contrario, cuanto más inculto se es, más fácil es que el odio se instale en la persona. Por tanto, si queremos que el odio sea lo que nos mueva, lo primero es crear analfabetos, un lanar suficientemente numeroso que odie con todas sus fuerzas a todo y a todos los que el poder quiera odiar.

Publicamos hoy, día de Navidad y del amor por excelencia, un análisis del odio aplicado a la política, inspirado en un comentario de Vanlop, colaborador de Voto en Blanco, que he convertido en artículo, tras realizar cambios y agregado enfoques y argumentos.

El producto final ha mejorado y su lectura estremece porque refleja un poder político incrustado en el corazón de España que destila odio y bajeza, al que no le importa hacer trizas nuestra nación y que no duda en emplear los sentimientos mas rastreros para incrementar su poder y dominio.
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Marta Ortega, la nueva presidenta de Inditex, y su padre, Amancio Ortega, creador de esa gran empresa española, dos seres odiados por los mediocres envidiosos, hijos del comunismo
No es la primera vez que se ataca en España a Amancio Ortega, del que se critica prácticamente todo lo que hace. Es algo consustancial con los marxistas españoles. Recuerden que incluso cuando dona máquinas para el cáncer los podemitas saltan como fieras, a pesar de que se trata de donaciones altruistas que beneficia a la sociedad y especialmente a los que más sufren. Ese comportamiento indica que el sufrimiento les da igual, que todo lo hacen pensando en su beneficio y que admitir que un hombre, con sus propias fuerzas e inteligencia, puede crear un imperio económico empresarial es como admitir que el Estado sobra y que, en consecuencia, ellos, los comunistas, izquierdistas y progres adoradores del Estado, también sobran.

Los únicos ricos que su sistema permite son ellos mismos, los que se sirven del Estado. Todo aquel que se ha hecho rico con su esfuerzo es un mal ejemplo y hay que odiarlo porque demuestra que el Estado es prescindible y que la gran fuerza que mueve el mundo es la voluntad del individuo, toda una herejía para los marxistas, que piensan que todo se debe al Estado. En otros tiempos se eliminaba al disidente individualista y sus empresas eran nacionalizadas, es decir, robadas, pero ahora se limitan a odiarlo, confiando en que el odio los destruya. El método es eficaz porque si eliminan a los enemigos, se acaban los que tienen que ser odiados y entonces le lanar se podría fijar en ellos.

La derecha española suele compartir con la izquierda los errores y tragedias que han destrozado a España. Son parecidos en corrupción, codicia, abuso de poder, injusticias, ansia de control y de poder, etc., pero en la envidia y el odio la izquierda tiene mucha delantera sobre la derecha.

Sin duda, saben hacer la cosas bien. Han esparcido la semilla del odio para que se enfrenten los pobres y los ricos, las mujeres con los hombres, las izquierdas contra las derechas, los jóvenes con los viejos y hasta los hijos con los padres. El odio le da poder a la chusma y hace millonarios a sus líderes.

Todo el lanar critica a los ricos, a los que por herencia o por su esfuerzo, el dinero les ha llegado, pero no se fijan en sus dirigentes, que, por arte de magia, se hacen ricos con el dinero de los demás y se comportan como tales. Ninguno de ellos criticó al "macho alfa" por tener un chalé de lujo, ni siquiera se han preguntado de donde ha sacado el dinero para comprarlo. Ni les importa que el ex presidente Zapatero se comporte como un millonario y que se diga de él, con bastante solvencia, que ha recibido como regalo de los tiranos venezolanos una mina de oro. Ni se preocupan de que, como dicen los jueces, existan miles de ex políticos españoles que no pueden justificar sus patrimonios abultados.

El colmo de la indecencia es criticar que la hija del dueño del imperio Inditex, la empresa española más potente y próspera, porque se convierta en la presidenta de la empresa. La envidia les obliga a odiarla, pero ellos nunca protestan cuando nombran a un impresentable para un cargo público o directivo de una empresa del Estado.

Los Ortega son dueños de un empresa privada y pueden dirigirla como quieran. Algo tan simple no les entra en la cabeza y la causa es la envidia y el miedo a que la ente descubra que ni ellos ni el imponente Estado que ellos instalan son necesarios para nada.

El capitalismo es un sistema que se puede definir como el que te da la libertad de arruinarte, pero ellos detestan hasta que te arruines sin su intervención. Quieren que sigas vivo, aunque endeudado y en quiebra técnica, para seguir expoliándote con sus impuestos abusivos y confiscatorios que imponen desde el poder, en contra de la Constitución y de la misma ley natural.

Ante el éxito de las empresas privadas las izquierdas sienten terror por dos razones principales: porque demuestran que el Estado brutal que ellos adoran no es necesario sino dañino, y en segundo lugar porque el éxito de esas empresas y de las personas que las dirigen les deja en evidencia, demostrando de manera clara ante la sociedad que son más eficaces que el sector público que ellos suelen conducir con torpeza y fracaso.

En el caso de la triunfante Inditex, se ha llegado a decir que su anterior presidente, Pablo Isla, cuya gestión brillante hizo crecer a la empresa de manera espectacular, sería un magnífico presidente del gobierno de España, superior mil veces a la pandilla de ineptos, de izquierda y de derecha, que llevan décadas gobernando mal y arruinando a España y haciéndola perder en el mundo su anterior prestigio y peso específico.

Vanlop y Francisco Rubiales

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Sábado, 25 de Diciembre 2021
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