Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Los socialistas provocaron la guerra civil con su ambición y violencia, saquearon el oro del Banco de España y lo enviaron a la URSS de Stalin. Con Felipe González abrieron las puertas a la corrupción, traicionaron a España permitiendo los desmanes del nacionalismo catalán, entonces comandado por el pérfido Pujol, engañaron a los ciudadanos con el referéndum sobre la OTAN, en el que tal vez hubo pucherazo, desindustrializaron el país, cuando era la novena potencia industrial del mundo, y lo reconfiguraron al gusto de Alemania, Francia y Gran Bretaña, aceptando un papel secundario en la Unión Europea, sometieron y politizaron la Justicia, prostituyeron la enseñanza, desarticularon la sociedad civil, pervirtieron la política y la democracia, acabando con el protagonismo de los ciudadanos, dieron todo tipo de facilidades a Gibraltar, causaron la primera gran ruina de España y traspasaron la línea rojo del “terrorismo de Estado”. Después, con Zapatero en el poder, el socialismo nos llevó a la segunda gran ruina, prostituyó todavía más la enseñanza, profundizó en la corrupción, sometió aún más a la Justicia, agrandó el Estado, llenándolo de socialistas enchufados, dio alas al separatismo y al odio de los catalanes y, con la ley de Memoria Histórica, desenterró todos los fantasmas del pasado, resucitando el odio y acabando con el espíritu de reconciliación generado en la Transición. Zapatero fue considerado por numerosos analistas y observadores como el político español más nefasto y dañino desde el felón rey Fernando VII. Ahora, con Pedro Sánchez en la Moncloa, el socialismo está superando todas sus marcas y miserias y causando estragos que, para muchos, serán irreversibles. Su gobierno, conquistador del poder sin los votos del pueblo, con solo 84 diputados y sostenido por golpistas catalanes, nacionalistas vascos, amigos del terrorismo etarra y totalitarios de la extrema izquierda comunista, es un modelo de ignominia, torpeza y desvergüenza, con dos ministros dimitidos y con otros sospechosos de fraude fiscal y otras irregularidades, entre ellas las del propio presidente, que copió su tesis doctoral y alcanzó el doctorado con la ayuda de un tribunal de amigos.
La política de Sánchez está siendo terrible para los intereses de España, causando daños en la relación con Cataluña, a cuyos golpistas hace todo tipo de concesiones como pago al apoyo que prestan a su gobierno. En el caso del Brexit, donde existía una oportunidad de oro para recuperar la soberanía de Gibraltar, la negociación de Sanchez en Europa nos condujo a la derrota y a la consolidación de la colonia, todo ello sazonado con mentiras y engaños que en cualquier país decente habrían provocado cien veces la dimisión.
Ese socialismo terrible y depredador, causante de grandes males a España, está a punto de volver a ganar las elecciones en Andalucía, donde, además de generar atraso, corrupción y los impuestos más elevados de España, que nunca se traducen en mejoras y servicios de calidad, ha empleado grandes masas de dinero público en crear una red clientelar y de subsidios que prácticamente les garantiza la victoria eterna en las elecciones, una vergüenza más antidemocrática que añadir a su espantoso balance.
El escándalo de los EREs en Andalucía tiene el sucio mérito de ser la mayor corrupción en la Historia moderna de España, con dos ex presidente (Chaves y Griñán) implicados, justo a decenas de altos funcionarios del gobierno, un escándalo acompañado por otros en los que el dinero público desapareció, empleado en prostitutas, drogas y otras vilezas.
Con todo ese elenco de barbaridades a la espalda, nadie se explica como el socialismo puede subsistir en España y, además, seguir ganando elecciones y gobernando. Todo un misterio o quizás el resultado del constante envilecimiento desde el poder del pueblo español actual, muy diferente al que en el pasado estuvo adornado de valores como el honor, la honradez y la valentía.
Francisco Rubiales
La política de Sánchez está siendo terrible para los intereses de España, causando daños en la relación con Cataluña, a cuyos golpistas hace todo tipo de concesiones como pago al apoyo que prestan a su gobierno. En el caso del Brexit, donde existía una oportunidad de oro para recuperar la soberanía de Gibraltar, la negociación de Sanchez en Europa nos condujo a la derrota y a la consolidación de la colonia, todo ello sazonado con mentiras y engaños que en cualquier país decente habrían provocado cien veces la dimisión.
Ese socialismo terrible y depredador, causante de grandes males a España, está a punto de volver a ganar las elecciones en Andalucía, donde, además de generar atraso, corrupción y los impuestos más elevados de España, que nunca se traducen en mejoras y servicios de calidad, ha empleado grandes masas de dinero público en crear una red clientelar y de subsidios que prácticamente les garantiza la victoria eterna en las elecciones, una vergüenza más antidemocrática que añadir a su espantoso balance.
El escándalo de los EREs en Andalucía tiene el sucio mérito de ser la mayor corrupción en la Historia moderna de España, con dos ex presidente (Chaves y Griñán) implicados, justo a decenas de altos funcionarios del gobierno, un escándalo acompañado por otros en los que el dinero público desapareció, empleado en prostitutas, drogas y otras vilezas.
Con todo ese elenco de barbaridades a la espalda, nadie se explica como el socialismo puede subsistir en España y, además, seguir ganando elecciones y gobernando. Todo un misterio o quizás el resultado del constante envilecimiento desde el poder del pueblo español actual, muy diferente al que en el pasado estuvo adornado de valores como el honor, la honradez y la valentía.
Francisco Rubiales