Por fin, después del ejemplo de Madrid, los españoles parecen dispuestos a expulsar del poder a la tiranía sanchista
En el bloque de las personas, el primer derrotado es Pedro Sánchez, contra quien los madrileños han votado. El segundo es su brujo personal, Iván Redondo, mago negro y tipo maniobrero y sin ética. El tercero es Pablo Iglesias, al que los demócratas y la gente decente han expulsado de una política que él ensució y prostituyó. El cuarto ha sido el PSOE, cobarde y suicida por haber permitido que el sanchismo lo avasallara y la emputeciera. El quinto y el sexto son Inés Arrimadas y Edmundo Bal, dirigentes de un partido que se hunde por cobarde, veleta y traidor, que se ha equivocado practicando la equidistancia entre la izquierda y la derecha, olvidando que la izquierda de Sánchez es cien veces más peligrosa y esclavizante que cualquier otra opción política. Inés Arrimadas conspiró con el sanchismo para arrebatar a la derecha Murcia y Castilla León y el pueblo se ha vengado de ella enviándola al olvido por inepta e inmoral, por haber olvidado que no se puede pactar con las serpientes y los escorpiones.
Pero las víctimas de la rebelión de los madrileños contra la tiranía sanchista son muchas más: El séptimo puesto está ocupado por los tres ministros que se han convertido en símbolos de la maldad sanchista, seres implacables y mal encarados que ha provocado al pueblo y han cosechado toneladas de deseos de revancha: Ábalos, Marlaska y María Jesús Montero, la "triada infernal" del sanchismo, junto con el propio Sánchez y el ya erradicado Pablo Iglesias, provocadores de mas rechazo entre los demócratas y personas decentes que la lepra. En el puesto octavo están todos los sanchistas destacados, incluidos aquellos que esperaban ser promocionados al amparo de la victoria, como los que quieren sustituir a Susana Díaz en Andalucía y los muchos que en toda España integran las huestes de un sanchismo que quieren desalojar por completo y sustituir a los viejos socialistas del poder en el partido. En el puesto noveno están los periodistas que el sanchismo ha convertido en mercenarios al servicio no de la "verdad" sino de la "causa", auténticos profanadores de una profesión periodística cuyo primer deber siempre fue defender y propagar la verdad, no la verdad del poder, sino la verdad verdadera. En el puesto diez están, por último, los que han apoyado con su voto ese sanchismo demoledor y manirroto, que sube impuestos para gastar más, que incumple sus promesas, miente, oculta verdades, manipula, prostituye la Justicia, destruye el prestigio de España, nos esclaviza, nos empobrece, debilita nuestros derechos y libertades y empuja a España hacia el abismo totalitario.
Entre las políticas derrotadas por la explosión de libertad del 4 de mayo están la subida indiscriminada y abusiva de impuestos, ese atraco sin sentido a la prosperidad que ha convertido a la España sanchista en la única nación de Europa que sube los tributos mientras el resto los baja. Pero también han quedado desprestigiados y derrotados el abuso de poder, la ideología de género que aplasta al varón para beneficiar a la mujer, la Fiscalía sometida vergonzosamente al poder, la corrupción en todas sus facetas, la mentira, la arbitrariedad, la compra de voluntades y votos con dinero público, el apoyo mendaz y arbitrario al feminismo, a los grupos LGTBI, a los chiringuitos progres subvencionados, al clientelismo, al Estado insostenible, ese creado por la izquierda que tiene más políticos cobrando que los que hay en Francia, Inglaterra y Alemania juntas, el uso de las subvenciones para ganar votos, los pactos inconfesables con los catalanes y vascos que odian a España y a los que el sanchismo llena los bolsillos de concesiones y dinero.
Pero, por encima de todo, el gran derrotado ha sido el mismo gobierno y el sanchismo como concepción depravada, corrupta y bastarda del socialismo.
También han sufrido la derrota los "socios" del gobierno de Sánchez, los golpistas catalanes, los hipócritas del PNV, los amigos de ETA, los comunistas y todas las tribus degradadas que se han unido al sanchismo con la esperanza de repartirse el botín de España.
Los estragos del 4 de mayo se irán viendo cada día con más claridad, a partir de hoy, hasta que el edificio del abuso y la maldad que han construido los sanchistas se desmorone por completo y las libertades, derechos, esperanzas e ilusiones de España se restablezcan y en una España sin mentiras ni depredadores tiranos, reine la luz, la convivencia pacífica, el perdón, la concordia, el amor a la nación y el deseo de resurgir.
A partir de hoy, una vez que el pueblo ha perdido en Madrid el miedo a golpear a la hiena, el sanchismo no volverá a ganar unas elecciones en España y será expulsado del poder por un pueblo indignado que por fin ha recordado que es soberano en democracia.
Fue Ayuso y no el PP la que descubrió que la mayor debilidad del sanchismo era el propio Pedro Sánchez, un tipo mentiroso, arrogante y tirano que provoca en los españoles libres y demócratas más rechazó que la lepra. Los madrileños votaron más contra Sánchez que a favor del PP.
Por fortuna, ya sabemos que el castigo de los españoles a Sánchez en toda urna que se abra es el camino para erradicar el sanchismo y recuperar la libertad y la dignidad en España.
Sojuzgar a un pueblo libre y rebelde e intentar imponerle en sus vidas el comunismo que no desea tiene un alto precio que el pueblo siempre termina cobrándose en democacia.
Francisco Rubiales
Pero las víctimas de la rebelión de los madrileños contra la tiranía sanchista son muchas más: El séptimo puesto está ocupado por los tres ministros que se han convertido en símbolos de la maldad sanchista, seres implacables y mal encarados que ha provocado al pueblo y han cosechado toneladas de deseos de revancha: Ábalos, Marlaska y María Jesús Montero, la "triada infernal" del sanchismo, junto con el propio Sánchez y el ya erradicado Pablo Iglesias, provocadores de mas rechazo entre los demócratas y personas decentes que la lepra. En el puesto octavo están todos los sanchistas destacados, incluidos aquellos que esperaban ser promocionados al amparo de la victoria, como los que quieren sustituir a Susana Díaz en Andalucía y los muchos que en toda España integran las huestes de un sanchismo que quieren desalojar por completo y sustituir a los viejos socialistas del poder en el partido. En el puesto noveno están los periodistas que el sanchismo ha convertido en mercenarios al servicio no de la "verdad" sino de la "causa", auténticos profanadores de una profesión periodística cuyo primer deber siempre fue defender y propagar la verdad, no la verdad del poder, sino la verdad verdadera. En el puesto diez están, por último, los que han apoyado con su voto ese sanchismo demoledor y manirroto, que sube impuestos para gastar más, que incumple sus promesas, miente, oculta verdades, manipula, prostituye la Justicia, destruye el prestigio de España, nos esclaviza, nos empobrece, debilita nuestros derechos y libertades y empuja a España hacia el abismo totalitario.
Entre las políticas derrotadas por la explosión de libertad del 4 de mayo están la subida indiscriminada y abusiva de impuestos, ese atraco sin sentido a la prosperidad que ha convertido a la España sanchista en la única nación de Europa que sube los tributos mientras el resto los baja. Pero también han quedado desprestigiados y derrotados el abuso de poder, la ideología de género que aplasta al varón para beneficiar a la mujer, la Fiscalía sometida vergonzosamente al poder, la corrupción en todas sus facetas, la mentira, la arbitrariedad, la compra de voluntades y votos con dinero público, el apoyo mendaz y arbitrario al feminismo, a los grupos LGTBI, a los chiringuitos progres subvencionados, al clientelismo, al Estado insostenible, ese creado por la izquierda que tiene más políticos cobrando que los que hay en Francia, Inglaterra y Alemania juntas, el uso de las subvenciones para ganar votos, los pactos inconfesables con los catalanes y vascos que odian a España y a los que el sanchismo llena los bolsillos de concesiones y dinero.
Pero, por encima de todo, el gran derrotado ha sido el mismo gobierno y el sanchismo como concepción depravada, corrupta y bastarda del socialismo.
También han sufrido la derrota los "socios" del gobierno de Sánchez, los golpistas catalanes, los hipócritas del PNV, los amigos de ETA, los comunistas y todas las tribus degradadas que se han unido al sanchismo con la esperanza de repartirse el botín de España.
Los estragos del 4 de mayo se irán viendo cada día con más claridad, a partir de hoy, hasta que el edificio del abuso y la maldad que han construido los sanchistas se desmorone por completo y las libertades, derechos, esperanzas e ilusiones de España se restablezcan y en una España sin mentiras ni depredadores tiranos, reine la luz, la convivencia pacífica, el perdón, la concordia, el amor a la nación y el deseo de resurgir.
A partir de hoy, una vez que el pueblo ha perdido en Madrid el miedo a golpear a la hiena, el sanchismo no volverá a ganar unas elecciones en España y será expulsado del poder por un pueblo indignado que por fin ha recordado que es soberano en democracia.
Fue Ayuso y no el PP la que descubrió que la mayor debilidad del sanchismo era el propio Pedro Sánchez, un tipo mentiroso, arrogante y tirano que provoca en los españoles libres y demócratas más rechazó que la lepra. Los madrileños votaron más contra Sánchez que a favor del PP.
Por fortuna, ya sabemos que el castigo de los españoles a Sánchez en toda urna que se abra es el camino para erradicar el sanchismo y recuperar la libertad y la dignidad en España.
Sojuzgar a un pueblo libre y rebelde e intentar imponerle en sus vidas el comunismo que no desea tiene un alto precio que el pueblo siempre termina cobrándose en democacia.
Francisco Rubiales