La muerte reciente de un policía a porque un inmigrante al que quiso identificar lo arrastró a la vía del tren ha situado en plena actualidad el problema de la abundante delincuencia de los inmigrantes que llegan a España, un asunto que cada día preocupa mas a los ciudadanos y que genera rechazo y hasta xenofobia en la población.
Las cárceles españolas están plagadas de inmigrantes, lo que refleja el alto nivel de delincuencia en ese ambiente. El porcentaje de inmigrantes encarcelados se eleva al 31,76%, con un total de 19.164 reclusos en las prisiones dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que son todas salvo Cataluña, según datos de julio de 2012. Pero si se agregan las cárceles catalanas, el porcentaje supera el 32 por ciento.
El mayor número de delincuentes corresponde a los marroquíes, seguidos de colombianos y rumanos. Los mas violentos son los marroquíes y los centroeuropeos, sobre todo rumanos, seguidos de cerca por argelinos y ecuatorianos. La delincuencia extranjera es intensa en todos los ámbitos del delito, pero lo es de manera especial en la violencia de género, en los robos con violencia y en los asesinatos.
Nadie sabe por qué razón los gobiernos han presionado a los medios para que no difundan noticias sobre delincuentes extranjeros. Lo mismo ocurre con los suicidios, cuyo número no para de crecer, sobre los que los medios informan poco o casi nada. Probablemente lo hacen para no alarmar a la población y no provocar brotes de xenofobia entre una ciudadanía que tiene derecho a sentirse ultrajada e indignada por la política de inmigración del gobierno, incapaz de integrar a los nuevos vecinos y de filtrar a los canallas y delincuentes brutales que llegan a España para delinquir.
Muchos observadores están alarmados ante los altos índices de delincuencia entre la población inmigrante, síntoma no solo de la baja calidad humana y ética de los que llegan, sino también del fracaso de las políticas de integración. Esos mismos observadores y muchos expertos sospechan que hasta las estadísticas oficiales ocultan el fenómeno de la delincuencia extranjera en España.
Las cárceles españolas están plagadas de inmigrantes, lo que refleja el alto nivel de delincuencia en ese ambiente. El porcentaje de inmigrantes encarcelados se eleva al 31,76%, con un total de 19.164 reclusos en las prisiones dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que son todas salvo Cataluña, según datos de julio de 2012. Pero si se agregan las cárceles catalanas, el porcentaje supera el 32 por ciento.
El mayor número de delincuentes corresponde a los marroquíes, seguidos de colombianos y rumanos. Los mas violentos son los marroquíes y los centroeuropeos, sobre todo rumanos, seguidos de cerca por argelinos y ecuatorianos. La delincuencia extranjera es intensa en todos los ámbitos del delito, pero lo es de manera especial en la violencia de género, en los robos con violencia y en los asesinatos.
Nadie sabe por qué razón los gobiernos han presionado a los medios para que no difundan noticias sobre delincuentes extranjeros. Lo mismo ocurre con los suicidios, cuyo número no para de crecer, sobre los que los medios informan poco o casi nada. Probablemente lo hacen para no alarmar a la población y no provocar brotes de xenofobia entre una ciudadanía que tiene derecho a sentirse ultrajada e indignada por la política de inmigración del gobierno, incapaz de integrar a los nuevos vecinos y de filtrar a los canallas y delincuentes brutales que llegan a España para delinquir.
Muchos observadores están alarmados ante los altos índices de delincuencia entre la población inmigrante, síntoma no solo de la baja calidad humana y ética de los que llegan, sino también del fracaso de las políticas de integración. Esos mismos observadores y muchos expertos sospechan que hasta las estadísticas oficiales ocultan el fenómeno de la delincuencia extranjera en España.