Los fondos reservados han servido para que muchos políticos se hagan millonarios. Miles de políticos españoles han cobrado sobresueldos desde que se instauró la falsa democracia, en 1978. Esas prácticas se dispararon y se convirtieron en política de gobierno con Felipe Ganzález y después fueron asumidas por los gobiernos del PP. Esos fondos sin control han compensado el aparentemente escaso sueldo de los altos cargos institucionales españoles y han servido también para llenar sobres de dinero que los mismos políticos ocultaban al fisco.
Oficialmente, los fondos reservados se emplean en engrasar la maquinaria oscura y siniestra que los gobiernos dicen que necesitan para operar en el mundo, donde se incluyen operaciones de inteligencia, compra de colaboradores enemigos y pago a agentes y espías encubiertos, pero la realidad es mucho mas compleja y delictiva porque esos fondos han servido también para pagar sobresueldos ilegales a los políticos, regalar joyas, comprar voluntades, pagar dinero al enemigo, comprar a partidos y para enriquecer a muchos altos cargos. Esos fondos han permitido que los salarios visibles de los políticos españoles en la cumbre del poder se mantengan sorprendentemente bajos. Son los que explican, por ejemplo, que los presidentes de los gobiernos abandonen sus mandatos con un patrimonio alto, imposible de justificar sumando su sueldo oficial.
Las declaraciones de Luis Roldán, el ex director general de la Guardia Civil condenado por malversar fondos de la institución armada, lo confirman, pero existen muchos mas testimonios y pruebas que demuestran que la política española, incluso en sus niveles mas delicados y altos, es una verdadera pocilga.
Conocí a un agente de los servicio secretos españoles que me confesó un día que si los españoles conocieran lo que los políticos hacen con los fondos reservados se echarían a la calle para expulsar a los políticos del poder. Le pedí algunos ejemplos y me dijo: "desde enriquecer a políticos y corromper a amigos y enemigos a financiar accidentes aparentes y hasta muertes que parecen naturales".
Confieso que entonces pensé que eran exageraciones y no le creí, quizás porque eran los años en los que los españoles, estúpidamente, pensábamos que vivíamos en una democracia más o menos decente y creíamos que los políticos eran personas íntegras, pero hoy me lo creo con total firmeza. Por aquella época, cuando era corresponsal de prensa en Italia, un alto comisario de la policía de Roma me contó cosas parecidas, que dejaron muy dañada mi fe en el sistema democrático.
La existencia de fondos opacos y sin controles parlamentarios a disposición de los gobiernos es un abuso incompatible con la democracia, un sistema que exige transparencia y verdad, justo lo contrario de lo que esos fondos representan: oscuridad y mentira. Los fondos reservados sin control constituyen una de las peores vergüenzas del sistema y una de las piezas que sustentan la corrupción y el abuso de poder de los gobernantes. Igualmente, son vicios canallas tolerados incomprensiblemente por un pueblo que lo soporta todo sin rechistar y que es culpable de que el poder, en España, esté detentado por una clase política inepta, corrupta y de comportamiento antidemocrático y vergonzante.
Francisco Rubiales
Oficialmente, los fondos reservados se emplean en engrasar la maquinaria oscura y siniestra que los gobiernos dicen que necesitan para operar en el mundo, donde se incluyen operaciones de inteligencia, compra de colaboradores enemigos y pago a agentes y espías encubiertos, pero la realidad es mucho mas compleja y delictiva porque esos fondos han servido también para pagar sobresueldos ilegales a los políticos, regalar joyas, comprar voluntades, pagar dinero al enemigo, comprar a partidos y para enriquecer a muchos altos cargos. Esos fondos han permitido que los salarios visibles de los políticos españoles en la cumbre del poder se mantengan sorprendentemente bajos. Son los que explican, por ejemplo, que los presidentes de los gobiernos abandonen sus mandatos con un patrimonio alto, imposible de justificar sumando su sueldo oficial.
Las declaraciones de Luis Roldán, el ex director general de la Guardia Civil condenado por malversar fondos de la institución armada, lo confirman, pero existen muchos mas testimonios y pruebas que demuestran que la política española, incluso en sus niveles mas delicados y altos, es una verdadera pocilga.
Conocí a un agente de los servicio secretos españoles que me confesó un día que si los españoles conocieran lo que los políticos hacen con los fondos reservados se echarían a la calle para expulsar a los políticos del poder. Le pedí algunos ejemplos y me dijo: "desde enriquecer a políticos y corromper a amigos y enemigos a financiar accidentes aparentes y hasta muertes que parecen naturales".
Confieso que entonces pensé que eran exageraciones y no le creí, quizás porque eran los años en los que los españoles, estúpidamente, pensábamos que vivíamos en una democracia más o menos decente y creíamos que los políticos eran personas íntegras, pero hoy me lo creo con total firmeza. Por aquella época, cuando era corresponsal de prensa en Italia, un alto comisario de la policía de Roma me contó cosas parecidas, que dejaron muy dañada mi fe en el sistema democrático.
La existencia de fondos opacos y sin controles parlamentarios a disposición de los gobiernos es un abuso incompatible con la democracia, un sistema que exige transparencia y verdad, justo lo contrario de lo que esos fondos representan: oscuridad y mentira. Los fondos reservados sin control constituyen una de las peores vergüenzas del sistema y una de las piezas que sustentan la corrupción y el abuso de poder de los gobernantes. Igualmente, son vicios canallas tolerados incomprensiblemente por un pueblo que lo soporta todo sin rechistar y que es culpable de que el poder, en España, esté detentado por una clase política inepta, corrupta y de comportamiento antidemocrático y vergonzante.
Francisco Rubiales