Colaboraciones

La corrupción, el desafío de Lula - 'Con otro Acento' (Observatorio Latinoamericano)





En esta ocasión todo el carisma de Lula, el popular presidente brasileño, no ha podido contra el mayor enemigo que existe en América latina –después del de la flagrante desigualdad social- y que amenaza con derrumbar los pocos avances que se consiguen en el subcontinente: la corrupción. Tanto que no pudo alcanzar su gran objetivo en las pasadas elecciones presidenciales brasileñas: ganarlas en la primera vuelta.

pero no está solo en el escenario electoral, lo comparte sin ninguna duda con una mujer, Heloisa Helena, la candidata de P-Sol (Partido Socialismo y Liberta

Las encuestas, bastante elocuentes a pocos días de la trascendente cita democrática, le daban a Lula Da Silva algo más del 50 por ciento de los votos. No obstante, los nuevos escándalos de corrupción conocidos en los días precedentes a la jornada electoral hicieron mella en los ciudadanos brasileños, los cuáles, aún apoyando mayoritariamente a su carismático líder, comienzan a mostrar su hartazgo ante tanto “mangoneo” surgido del propio partido que apoya al Presidente, el Partido de los Trabajadores (PT).

Ahí es dónde han pegado fuerte sus dos contrincantes esenciales: Geraldo Alckmin –socialdemócrata- y Heloisa Helena, expulsada hace años del PT justamente por denunciar prácticas de corrupción y a la que muchos consideran “la auténtica izquierda de Brasil”.

Parece claro que Lula ha podido sortear a duras penas las denuncias por corrupción –algunos analistas habían anunciado peores resultados electorales-, aunque también lo es que es cuestión de tiempo el que deje de surtir efecto su ya recurrente mensaje en el que denuncia “haber sido traicionado” por algunos de los suyos.

La bolsa y los sectores financieros han reaccionado bien ante el resultado electoral, que hará que deban enfrentarse en una segunda vuelta Lula y Alckmin. No sería extraño que nuevos casos de corruptelas y “dossieres” aparezcan ante la sociedad brasileña, ensuciando más la imagen del partido de Lula. También habrá que ver qué hacen los partidarios de la combativa Helena (un 7 por ciento del electorado, cerca de 9 millones de votos): ante este panorama se podrían abstener e, incluso, votar en blanco.

Lo que sí es seguro es que Lula ya no respetará “el código de recomendaciones” de su partido y participará en un debate cara a cara con su mayor contrincante, Geraldo Alckim. Es tiempo de arriesgar y el brasileña Da Silva lo sabe perfectamente.


eduardo caldarola de bello

Franky  
Lunes, 9 de Octubre 2006
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