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La censura antidemocrática de Facebook



Con la excusa de que “se violan las normas comunitarias”, que ellos han elaborado, la red social Facebook ejerce una censura, muchas veces injusta y brutal, sobre los ciudadanos que utilizan esa red social de Internet para defender la verdad, la justicia, la limpieza y la democracia frente al delito, la maldad y las agresiones de un poder que muchas veces es inicuo y peligroso para las libertades y los derechos humanos.
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En una oficina sin ventanas, en Lisboa, Varsovia u otras ciudades, cientos de personas escudriñan una pantalla durante 8 horas al día para analizar, una a una, las informaciones e imágenes que intercambia la humanidad y determinar lo que puede ser visto y lo que no. Es uno de los 20 búnker de Facebook que existen en el mundo para administrar censura sobre los comentarios, vídeos y fotos que 2.271 millones de personas publican cada día. En esos centros, 15.000 personas contratadas, sin juicio ni posibilidad de defensa, censuran cada día miles de informaciones e imágenes y se practica una represión sin autoridad judicial alguna que la regule, que muchas veces viola los derechos fundamentales del ser humano.

Los pecados de Facebook son tan brutales que, siguiendo órdenes expresas de Donald Trump, la misma Casa Blanca ha tenido que habilitar, dentro de su web oficial, en Washington, una página para que los damnificados por la censura arbitraria de Facebook puedan denunciar a la empresa.

Esa página, cuya dirección es https://www.whitehouse.gov/techbias ésta hoy inhabilitada porque probablemente ha sido hakeada, nadie sabe por quién, aunque algunos sospechan de la propia Facebook, empresa poderosa acusada y condenada por otros delitos graves como el de comerciar con la información privada e inviolable de sus usuarios.

A Facebook le faltan muchos detalles para poder ser considerada una empresa decente y fiable: un código ético, un defensor del cliente, una supervisión de la censura independiente y cualificada, mecanismos para que las víctimas puedan defenderse y controles para que la empresa no venda información íntima de sus usuarios.

En Facebook puedes encontrar una galería de crímenes, escenas violentas, incitación a la prostitución y hasta promoción de abusos e irregularidades sexuales, pero si criticas al poder, si mencionas a Hítler o si condenas la invasión musulmana y los abusos de las autoridades, es muy probable que te castiguen sin publicar o que te cierren tu página. Aunque parezca increíble, a Stalin, un asesino más sanguinario y letal que el líder nazi, puedes alabarlo sin problemas.

El mecanismo funciona sin las necesarias cautelas ni garantías porque censura la basura y también contenidos de valor. La condena se produce por propia iniciativa de Facebook o porque la empresa se limita a castigar a todo el que es acusado, sin analizar antes si la acusación es o no razonable. La misma empresa justifica ese atentado a la libertad de expresión reconociendo que es prácticamente imposible investigar todo lo que se publica y denuncia.

Ante ese comportamiento frívolo y ajeno a los derechos fundamentales, los totalitarios de todo el planeta han organizado grupos y gabinetes que se dedican a denunciar a los que les molestan, sobre todo a los que les critican y combaten con la información y la crítica, logrando que Facebook reaccione castigando y censurando, aplastando de ese modo los derechos y libertades básicas de las victimas.

Quizás el drama de Facebook deba ser afrontado por el Parlamento Europeo, una de cuyas misiones principales es defender a los ciudadanos de las tiranías y de los abusos de los poderosos.

El comportamiento de Facebook merece ser denunciado y rechazado por toda persona que se considere demócrata o decente. El objetivo no es cerrar esa empresa, que presta un valioso servicio a la intercomunicación humana y al flujo informativo, sino obligarla a que establezca mayores y mas decentes niveles de ética, democracia y racionalidad en sus métodos.

Yo, que estoy censurado con un mes de castigo, sin poder publicar, voy a hacer llegar este artículo a La Casa Blanca, traducido al inglés, con la esperanza de que el espíritu de aquellos demócratas auténticos que fundaron los Estados Unidos de América como nación de hombres y mujeres libres, desde George Washington a Jefferson, Adams y Franklin, todavía permanezca vivo y los totalitarios atrincherados en Facebook sean obligados a cambiar sus métodos nazi-comunistas.

Ayúdenme a que esta denuncia se difunda, circule, consiga avergonzar a los censores y llegue hasta el corazón de América, donde todavía deben quedar restos vivos de democracia, dignidad y decencia.

Francisco Rubiales

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Viernes, 24 de Mayo 2019
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