Los ingleses y norteamericanos llevan siglos dividiendo y debilitando al mundo de habla hispana, comprando a sus líderes y provocando rencillas y guerras. De ese modo consiguieron la independencia de España, acontecimiento que más que una liberación fue un avance hacia la esclavitud y la pobreza para muchos países latinoamericanos, dependientes, empobrecidos y desmoralizados desde que Simón Bolívar y otros dirigentes fueron "comprados" por el dinero británico para que se enfrentaran a España en una guerra que más que independencia les trajo debilidad y dominio extranjero.
«Si a América hubiera llegado antes Inglaterra, los indios hubieran sido exterminados». Hay que repetirlo hasta que los imbéciles dirigentes de México, Perú y otros países de América Latina, llenos de odio, entiendan que si están vivos como raza es porque España los cuidó con las leyes mas justas y protectoras de su época. Basta echar una mirada a la Historia para descubrir que España construía universidades, escuelas y edificios civiles en sus tierras de América, a las que trató de manera similar a como trataba a las tierras de la misma España. Si hubieran sido conquistados y dominados por Inglaterra, habrían sido exterminados, como sucedió en el resto de sus viejas colonias. Si hubieran sido conquistados por Francia habrían sido alcoholizados primero y después exterminados. Si hubieran sido conquistados por Portugal, habrían sido esclavizados en masa, vendidos en los mercados de todo el mundo, dispersados y finalmente extinguidos.
En tiempos del Franquismo, el eje de la política exterior de España se orientaba a fortalecer la alianzas con los pueblos de América Latina. Se creó la Comunidad Iberoamericana de Naciones y España apostó por ella y por ayudar a los pueblos con los que comparte idioma, cultura, historia y otros sentimientos.
España, ajena hoy a su alianza natural con los pueblos latinoamericanos, la única que le aportaría fuerza y poder en el mundo, también ha sucumbido a las insidias, trampas y engaños anglosajones y ha sido empujada a unirse a una Europa donde recibe un trato de segunda y donde ha sido privada de su antigua potencia industrial y reducida a desempeñar el papel de agricultora, camarera, hotelera y cabaretera para que los ricos europeos se alimenten y diviertan.
Sólo los imperios que llevaron consigo cultura y prosperidad duraron en el tiempo. El Imperio Español duró más de tres siglos porque abrió caminos y construyó universidades, hospitales, puestos comerciales y todo tipo de estructuras para la prosperidad y la unión entre los pueblos, como es claramente visible si se analiza la Historia de América con mente limpia y desapasionada.
El 14 de enero de 1514, el rey Fernando el Católico legalizó el matrimonio interracial en América, fomentado ya por la reina Isabel desde 1503. Gracias a esa política y otras que prohibían que los indios fueran esclavizados y impuso que fueran tratados como vasallos libres de la Corona Española, existe hoy una raza mestiza que es la que puebla mayoritariamente el mundo hispano en América y los indígenas, como raza, siguen existiendo, mientras en las colonias británicas, francesas y portuguesas quedaron prácticamente extinguidos.
Estados Unidos, que siempre se ha presentado ante el mundo como patria de las libertades, no lo legalizó el matrimonio entre blancos y negros hasta 1967.
Francisco Rubiales
«Si a América hubiera llegado antes Inglaterra, los indios hubieran sido exterminados». Hay que repetirlo hasta que los imbéciles dirigentes de México, Perú y otros países de América Latina, llenos de odio, entiendan que si están vivos como raza es porque España los cuidó con las leyes mas justas y protectoras de su época. Basta echar una mirada a la Historia para descubrir que España construía universidades, escuelas y edificios civiles en sus tierras de América, a las que trató de manera similar a como trataba a las tierras de la misma España. Si hubieran sido conquistados y dominados por Inglaterra, habrían sido exterminados, como sucedió en el resto de sus viejas colonias. Si hubieran sido conquistados por Francia habrían sido alcoholizados primero y después exterminados. Si hubieran sido conquistados por Portugal, habrían sido esclavizados en masa, vendidos en los mercados de todo el mundo, dispersados y finalmente extinguidos.
En tiempos del Franquismo, el eje de la política exterior de España se orientaba a fortalecer la alianzas con los pueblos de América Latina. Se creó la Comunidad Iberoamericana de Naciones y España apostó por ella y por ayudar a los pueblos con los que comparte idioma, cultura, historia y otros sentimientos.
España, ajena hoy a su alianza natural con los pueblos latinoamericanos, la única que le aportaría fuerza y poder en el mundo, también ha sucumbido a las insidias, trampas y engaños anglosajones y ha sido empujada a unirse a una Europa donde recibe un trato de segunda y donde ha sido privada de su antigua potencia industrial y reducida a desempeñar el papel de agricultora, camarera, hotelera y cabaretera para que los ricos europeos se alimenten y diviertan.
Sólo los imperios que llevaron consigo cultura y prosperidad duraron en el tiempo. El Imperio Español duró más de tres siglos porque abrió caminos y construyó universidades, hospitales, puestos comerciales y todo tipo de estructuras para la prosperidad y la unión entre los pueblos, como es claramente visible si se analiza la Historia de América con mente limpia y desapasionada.
El 14 de enero de 1514, el rey Fernando el Católico legalizó el matrimonio interracial en América, fomentado ya por la reina Isabel desde 1503. Gracias a esa política y otras que prohibían que los indios fueran esclavizados y impuso que fueran tratados como vasallos libres de la Corona Española, existe hoy una raza mestiza que es la que puebla mayoritariamente el mundo hispano en América y los indígenas, como raza, siguen existiendo, mientras en las colonias británicas, francesas y portuguesas quedaron prácticamente extinguidos.
Estados Unidos, que siempre se ha presentado ante el mundo como patria de las libertades, no lo legalizó el matrimonio entre blancos y negros hasta 1967.
Francisco Rubiales