Si eres de Senegal, Marruecos, Argelia, Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil o cualquier otro país africano y vienes a España violando nuestras leyes y entrando de forma violenta y absolutamente ilegal, no sólo tendrás acceso gratuito a nuestro sistema sanitario en cualquier Hospital, sino que incluso entrarás en la lista de transplantes en mejores condiciones que cualquier español que quisiera hacerlo fuera de su Comunidad Autónoma (porque, a diferencia de los inmigrantes ilegales, a nosotros sí nos piden tarjetas de desplazados en Euskadi, Navarra, Galicia, etc, y hasta nos exigen empadronarnos para ciertos tratamientos).
Exigir reciprocidad no es racismo. Exigir control de fronteras no es xenofobia. Exigir una inmigración acorde a la ley no es ser nazi. Exigir racionalización en su uso no es ser fascista. Dar facilidades y más privilegios a los inmigrantes que a los españoles, además de una estupidez es una canallada, no sólo porque otorga a los extranjeros e invasores derechos que los españoles no tienen, sino porque impones un criterio, desde el poder, en contra de la voluntad mayoritaria de los españoles. A ver si se atreven a plantear la Sanidad Universal en un referéndum. No lo hacen porque lo perderían y millones de españoles que conocen el deterioro de la Sanidad Española y las colas y masificación en las urgencias votarían que "NO" con indignación.
Fomentar la inmigración ilegal para ser solidario con el dinero de los demás, mientras se dispara la delincuencia y se colapsan todavía más nuestras ciudades, nuestra policía y nuestros servicios públicos equivale a ser un completo analfabeto moral y un imbécil carente del más mínimo sentido común.
El gobierno, al imponer la Sanidad Universal, hace propaganda y practica el buenismo con fines publicitarios, además de enfrentarse, una vez más, a la voluntad popular, que está en contra de esa medida porque deteriora y colapsa la sanidad para los españoles. Además, el gobierno podría haber experimentado otros caminos que protegen a los extranjeros, pero sin colapsar y deteriorar el sistema, como limitar la atención en el tiempo, atender solo los casos urgentes o otorgar prioridad a los españoles en las listas de espera para operaciones y trasplantes, algo que sería justo y decente.
La sanidad universal, impuesta a los españoles por la fuerza, es básicamente injusta porque equipara a los que con su esfuerzo y dinero contribuyen a construir la nación con vagos, maleantes, delincuentes y recién llegados, muchos de los cuales se niegan a insertarse, a trabajar y se convierten en expertos parásitos que aprenden pronto a vivir de los subsidios y a exprimir ventajas como los servicios sanitarios avanzados en nuestros hospitales.
Francisco Rubiales
(Este artículo está inspirado en un texto que circula por Internet y se ha hecho viral, en el que se rechaza con argumentos convincentes la implantación de la Sanidad Universal en la España buenista y despilfarradora de Pedro Sánchez y sus amigos desleales a España).
Exigir reciprocidad no es racismo. Exigir control de fronteras no es xenofobia. Exigir una inmigración acorde a la ley no es ser nazi. Exigir racionalización en su uso no es ser fascista. Dar facilidades y más privilegios a los inmigrantes que a los españoles, además de una estupidez es una canallada, no sólo porque otorga a los extranjeros e invasores derechos que los españoles no tienen, sino porque impones un criterio, desde el poder, en contra de la voluntad mayoritaria de los españoles. A ver si se atreven a plantear la Sanidad Universal en un referéndum. No lo hacen porque lo perderían y millones de españoles que conocen el deterioro de la Sanidad Española y las colas y masificación en las urgencias votarían que "NO" con indignación.
Fomentar la inmigración ilegal para ser solidario con el dinero de los demás, mientras se dispara la delincuencia y se colapsan todavía más nuestras ciudades, nuestra policía y nuestros servicios públicos equivale a ser un completo analfabeto moral y un imbécil carente del más mínimo sentido común.
El gobierno, al imponer la Sanidad Universal, hace propaganda y practica el buenismo con fines publicitarios, además de enfrentarse, una vez más, a la voluntad popular, que está en contra de esa medida porque deteriora y colapsa la sanidad para los españoles. Además, el gobierno podría haber experimentado otros caminos que protegen a los extranjeros, pero sin colapsar y deteriorar el sistema, como limitar la atención en el tiempo, atender solo los casos urgentes o otorgar prioridad a los españoles en las listas de espera para operaciones y trasplantes, algo que sería justo y decente.
La sanidad universal, impuesta a los españoles por la fuerza, es básicamente injusta porque equipara a los que con su esfuerzo y dinero contribuyen a construir la nación con vagos, maleantes, delincuentes y recién llegados, muchos de los cuales se niegan a insertarse, a trabajar y se convierten en expertos parásitos que aprenden pronto a vivir de los subsidios y a exprimir ventajas como los servicios sanitarios avanzados en nuestros hospitales.
Francisco Rubiales
(Este artículo está inspirado en un texto que circula por Internet y se ha hecho viral, en el que se rechaza con argumentos convincentes la implantación de la Sanidad Universal en la España buenista y despilfarradora de Pedro Sánchez y sus amigos desleales a España).