La OTAN ya califica abiertamente a Rusia de "enemigo" y ha decidido prepararse seriamente para una posible guerra con el Kremlin. La OTAN incluso ha activado sus mecanismos de defensa ante un hipotético ataque de Rusia con armas nucleares, radiológicas, biológicas o químicas en Ucrania que pueda afectar a uno de los países aliados del Este.
Los actuales 30 países aliados de la OTAN han concluido que la invasión de Ucrania por Rusia constituye “la amenaza más grave para la seguridad euroatlántica en décadas”
El ambiente en la cumbre de Madrid es pre bélico y para el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la reunión de Madrid no solo tiene que replantear los conceptos estratégicos que han marcado la actuación de la OTAN desde la caída del muro de Berlín, también debe ser una demostración “de fuerza y unidad” frente a Rusia y también frente a China.
La cumbre de Madrid es considerada como crucial e histórica por Jens Stoltenberg y lo será porque representa el inicio de una nueva Guerra Fría con el bloque que encabeza Rusia, un conflicto que cambiará el mundo que conocemos del que ya se sienten los primeros efectos: inflación mundial, peligro de recesión, nuevos aliados que se incorporan a la Alianza, como Finlandia y Suecia y una Rusia enfurecida y nerviosa que odia a los occidentales, ha suspendido pagos por vez primera en más de un siglo y que ya está inmersa en una economía de guerra y supervivencia.
En Madrid, la OTAN intenta lanzar al mundo la imagen de ser el bloque bueno, el de las democracias que se enfrentan de nuevo a las naciones autoritarias y sin respeto a los derechos humanos.
Pero esta vez las cosas no están tan claras y el bloque ruso cuenta con fuerzas muy importantes y aliados como China, de enorme peso.
Tres grandes rasgos se perfilan como el núcleo de la cumbre de la OTAN en Madrid, una cita de los socios de la Alianza que está marcada por el ambiente de guerra real: un impulso general al rearme, la ampliación a países tradicionalmente neutrales como Suecia y Finlandia y la respuesta conjunta reclamada por España a las nuevas amenazas que llegan por el llamado "flanco sur".
Pero el corazón del encuentro madrileño es la guerra con Rusia, un conflicto que por ahora está limitado en Ucrania, donde Occidente envía armas cada vez más sofisticadas para matar rusos, que ya funciona en la economía y la propaganda y que, poco a poco, se calienta peligrosamente en las fronteras con Rusia del este de Europa.
La gran incógnita de la cumbre es el trato que los aliados reservan para China, a la que algunos quieren presionar con sanciones para romper su cada día más sólida alianza con Moscú.
La Madrid blindada y ocupada por mas de 50 delegaciones internacionales y decenas de miles de policías es el escenario apropiado para una cumbre pre bélica llena de temores y miedos, sobrevolada por el fantasma de una guerra total.
Francisco Rubiales
Los actuales 30 países aliados de la OTAN han concluido que la invasión de Ucrania por Rusia constituye “la amenaza más grave para la seguridad euroatlántica en décadas”
El ambiente en la cumbre de Madrid es pre bélico y para el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la reunión de Madrid no solo tiene que replantear los conceptos estratégicos que han marcado la actuación de la OTAN desde la caída del muro de Berlín, también debe ser una demostración “de fuerza y unidad” frente a Rusia y también frente a China.
La cumbre de Madrid es considerada como crucial e histórica por Jens Stoltenberg y lo será porque representa el inicio de una nueva Guerra Fría con el bloque que encabeza Rusia, un conflicto que cambiará el mundo que conocemos del que ya se sienten los primeros efectos: inflación mundial, peligro de recesión, nuevos aliados que se incorporan a la Alianza, como Finlandia y Suecia y una Rusia enfurecida y nerviosa que odia a los occidentales, ha suspendido pagos por vez primera en más de un siglo y que ya está inmersa en una economía de guerra y supervivencia.
En Madrid, la OTAN intenta lanzar al mundo la imagen de ser el bloque bueno, el de las democracias que se enfrentan de nuevo a las naciones autoritarias y sin respeto a los derechos humanos.
Pero esta vez las cosas no están tan claras y el bloque ruso cuenta con fuerzas muy importantes y aliados como China, de enorme peso.
Tres grandes rasgos se perfilan como el núcleo de la cumbre de la OTAN en Madrid, una cita de los socios de la Alianza que está marcada por el ambiente de guerra real: un impulso general al rearme, la ampliación a países tradicionalmente neutrales como Suecia y Finlandia y la respuesta conjunta reclamada por España a las nuevas amenazas que llegan por el llamado "flanco sur".
Pero el corazón del encuentro madrileño es la guerra con Rusia, un conflicto que por ahora está limitado en Ucrania, donde Occidente envía armas cada vez más sofisticadas para matar rusos, que ya funciona en la economía y la propaganda y que, poco a poco, se calienta peligrosamente en las fronteras con Rusia del este de Europa.
La gran incógnita de la cumbre es el trato que los aliados reservan para China, a la que algunos quieren presionar con sanciones para romper su cada día más sólida alianza con Moscú.
La Madrid blindada y ocupada por mas de 50 delegaciones internacionales y decenas de miles de policías es el escenario apropiado para una cumbre pre bélica llena de temores y miedos, sobrevolada por el fantasma de una guerra total.
Francisco Rubiales