La Justicia española, al igual que la política, está demostrando su decadencia y su colapso. La politización de los altos tribunales y del Consejo General del Poder Judicial les está llevando hasta la inoperancia y el caos, destruyendo la confianza de los ciudadanos y poniendo en evidencia que la democracia española es ya una de las de peor calidad en el mundo occidental.
Finalmente, no ha habido acuerdo entre los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre el anteproyecto de ley del aborto. Con 10 votos a favor, 10 en contra, y la abstención del vocal de CiU, Ramón Camp, no se consiguió aprobar el informe que refrendó la Comisión de Estudios del CGPJ y que apoyaba la iniciativa del Gobierno, según informó hoy la portavoz del Consejo, Gabriela Bravo, en rueda de prensa posterior al pleno. Con esta falta de acuerdo será la primera vez en la historia que una iniciativa legislativa del Ejecutivo no será informada por este órgano consultivo.
Algo parecido ocurre en el Tribunal Constitucional, donde sus miembros, nombrados por los partidos políticos, llevan tres años intentando emitir una sentencia sobre el nuevo Estatuto de Cataluña, evidentemente inconstitucional, sobre el que el gobierno Zapatero presiona para obtener una sentencia positiva.
A pesar de los dictámenes contrarios y de que las encuestas reflejan un rechazo muy importante en la sociedad, , la Ley del Aborto que impulsa el gobierno de Zapatero seguirá adelante, impulsada por un gobierno arrogante al que no le importa gobernar en contra de la opinión mayoritaria de la sociedad.
La ley del Aborto es un asunto clave porque ha conseguido dividir al país en dos bandos, uno patrocinado por el gobierno, que quiere facilitar el aborto para "ampliar derechos" y otro que considera esa ley como contraria a la vida y promotora de cientos de miles de asesinatos de futuros niños en gestación.
Los partidos políticos son los culpables del caos y la decadencia que están hundiendo a España. Los partidos y sus políticos profesionales se comportan ya como bandas callejeras que luchan por el dominio y son ya incapaces de despertar entusiasmo, de generar respeto o de unir a los españoles en torno a objetivos comunes. Más interesados en el control del poder, los privilegios y el despilfarro que en el bien común, tras haber impuesto la ineficiencia en el gobierno, la división en la vida política y la corrupción en el sector público y en la sociedad, ahora también están paralizando la Justicia y destruyendo la convivencia, toda una cascada de "fechorías" frívolas e irresponsables que ponen en peligro a España como nación y como proyecto común.
Finalmente, no ha habido acuerdo entre los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre el anteproyecto de ley del aborto. Con 10 votos a favor, 10 en contra, y la abstención del vocal de CiU, Ramón Camp, no se consiguió aprobar el informe que refrendó la Comisión de Estudios del CGPJ y que apoyaba la iniciativa del Gobierno, según informó hoy la portavoz del Consejo, Gabriela Bravo, en rueda de prensa posterior al pleno. Con esta falta de acuerdo será la primera vez en la historia que una iniciativa legislativa del Ejecutivo no será informada por este órgano consultivo.
Algo parecido ocurre en el Tribunal Constitucional, donde sus miembros, nombrados por los partidos políticos, llevan tres años intentando emitir una sentencia sobre el nuevo Estatuto de Cataluña, evidentemente inconstitucional, sobre el que el gobierno Zapatero presiona para obtener una sentencia positiva.
A pesar de los dictámenes contrarios y de que las encuestas reflejan un rechazo muy importante en la sociedad, , la Ley del Aborto que impulsa el gobierno de Zapatero seguirá adelante, impulsada por un gobierno arrogante al que no le importa gobernar en contra de la opinión mayoritaria de la sociedad.
La ley del Aborto es un asunto clave porque ha conseguido dividir al país en dos bandos, uno patrocinado por el gobierno, que quiere facilitar el aborto para "ampliar derechos" y otro que considera esa ley como contraria a la vida y promotora de cientos de miles de asesinatos de futuros niños en gestación.
Los partidos políticos son los culpables del caos y la decadencia que están hundiendo a España. Los partidos y sus políticos profesionales se comportan ya como bandas callejeras que luchan por el dominio y son ya incapaces de despertar entusiasmo, de generar respeto o de unir a los españoles en torno a objetivos comunes. Más interesados en el control del poder, los privilegios y el despilfarro que en el bien común, tras haber impuesto la ineficiencia en el gobierno, la división en la vida política y la corrupción en el sector público y en la sociedad, ahora también están paralizando la Justicia y destruyendo la convivencia, toda una cascada de "fechorías" frívolas e irresponsables que ponen en peligro a España como nación y como proyecto común.