La Justicia ha sido apaleada con dureza y tal vez haya muerto en España, víctima de los partidos políticos, del poder Judicial y de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Los ciudadanos, despojados de todo poder e influencia en el sistema y habituados a ser meros espectadores del desastre español, no han tenido ni el valor ni la decencia de salvarla de las garras de los corruptos y los antidemócratas.
Si la Fiscalía incumple su misión clave de defender la sociedad y defiende a sinvergüenzas y privilegiados; cuando el sistema legal español, como acaba de reconocer el mismo Presidente del Poder Judicial, está hecho para castigar mas a los robagallinas que a los grandes corruptos y delincuentes poderosos; cuando los ladrones y saqueadores del dinero público jamás devuelven el botín; cuando se permiten crímenes tan brutales como el saqueo de las cajas de ahorros y la estafa de cientos de miles de españoles con las participaciones preferentes y otros productos bancarios tóxicos, sin que la Justicia los defienda, entonces es evidente que la igualdad ante la ley ha sido liquidada y que la Justicia esta agonizando o en estado de coma.
Pero cuando los ciudadanos se llenan de estupor y de escándalo al comprobar que las sentencias judiciales de los mas altos tribunales son incumplidas, como acaba de ocurrir en la Cataluña de Mas y Pujol, y que a los que las incumplen no les ocurre nada, entonces la ciudadanía empieza a creer que la Justicia ya ha fallecido en España.
Millones de españoles creen con firmeza que en España no pagas tus abusos y crímenes si eres un político destacado que conoce secretos inconfesables, o la hija del rey o su yerno o cualquier protegido del sistema. Basta saber que en España hay mas de 17.000 aforados, mas que en todo el resto de Europa junta.
La falta de Justicia, mas que la misma corrupción o el abuso de poder, es el mayor drama de la España actual.
No hay mayor drama que una Justicia injusta porque la democracia ha concebido el sistema judicial como la última y mas segura salvaguardia de la limpieza del sistema. Conscientes de que la virtud es un bien escaso y que el poder corrompe, la misión de la Justicia es castigar e imponer miedo y respeto a aquellos que gobiernan para que se sometan a las reglas y no abusen ni se ensucien con crímenes y robos. Pero cuando esa Justicia deja de funcionar, los gobernantes pierden el miedo al castigo, se olvidan de los valores y principios, practican la caza libre y destrozan a los países con todos sus ciudadanos.
La Justicia injusta y desigual es el mayor escándalo de esta España que comprueba cada día, escandalizada, cómo quien roba un jamón en un supermercado ingresa en prisión y quien saquea y roba cientos de millones, desde la presidencia de un banco o desde un cargo público, ni recibe castigo ni devuelve el botín.
Deberían darse cuenta que los españoles están tan indignados que votarán a cualquier populista o tirano que les prometa que llenará las cárceles de ladrones con poder, aunque después lamenten su voto.
Si la Fiscalía incumple su misión clave de defender la sociedad y defiende a sinvergüenzas y privilegiados; cuando el sistema legal español, como acaba de reconocer el mismo Presidente del Poder Judicial, está hecho para castigar mas a los robagallinas que a los grandes corruptos y delincuentes poderosos; cuando los ladrones y saqueadores del dinero público jamás devuelven el botín; cuando se permiten crímenes tan brutales como el saqueo de las cajas de ahorros y la estafa de cientos de miles de españoles con las participaciones preferentes y otros productos bancarios tóxicos, sin que la Justicia los defienda, entonces es evidente que la igualdad ante la ley ha sido liquidada y que la Justicia esta agonizando o en estado de coma.
Pero cuando los ciudadanos se llenan de estupor y de escándalo al comprobar que las sentencias judiciales de los mas altos tribunales son incumplidas, como acaba de ocurrir en la Cataluña de Mas y Pujol, y que a los que las incumplen no les ocurre nada, entonces la ciudadanía empieza a creer que la Justicia ya ha fallecido en España.
Millones de españoles creen con firmeza que en España no pagas tus abusos y crímenes si eres un político destacado que conoce secretos inconfesables, o la hija del rey o su yerno o cualquier protegido del sistema. Basta saber que en España hay mas de 17.000 aforados, mas que en todo el resto de Europa junta.
La falta de Justicia, mas que la misma corrupción o el abuso de poder, es el mayor drama de la España actual.
No hay mayor drama que una Justicia injusta porque la democracia ha concebido el sistema judicial como la última y mas segura salvaguardia de la limpieza del sistema. Conscientes de que la virtud es un bien escaso y que el poder corrompe, la misión de la Justicia es castigar e imponer miedo y respeto a aquellos que gobiernan para que se sometan a las reglas y no abusen ni se ensucien con crímenes y robos. Pero cuando esa Justicia deja de funcionar, los gobernantes pierden el miedo al castigo, se olvidan de los valores y principios, practican la caza libre y destrozan a los países con todos sus ciudadanos.
La Justicia injusta y desigual es el mayor escándalo de esta España que comprueba cada día, escandalizada, cómo quien roba un jamón en un supermercado ingresa en prisión y quien saquea y roba cientos de millones, desde la presidencia de un banco o desde un cargo público, ni recibe castigo ni devuelve el botín.
Deberían darse cuenta que los españoles están tan indignados que votarán a cualquier populista o tirano que les prometa que llenará las cárceles de ladrones con poder, aunque después lamenten su voto.