Informe de la Fundación COTEC para la innovación en España
Lo datos hablan por sí solos y España ya va por detrás incluso de algunos de los países con menor esfuerzo inversor histórico en I+D europeos, como Grecia, Polonia y Portugal. Y por si esto fuera poco, el Ejecutivo se muestra torpe e inepto, dejando sobre la mitad de lo presupuestado sin ejecutar.
España, que es todavía la quinta economía europea, se sitúa en la posición 18 de los 28 estados miembros de la UE (incluyendo al Reino Unido) en el 2019 en inversión en I+D respecto al PIB, lo que le sitúa como una de las últimas en la eurozona. En teoría destinó el 1,25% del PIB a I+D, según el INE (el 1,14% según la estimación de Eurostat). En cualquier caso, se coloca por debajo de los niveles medios europeos, que se sitúan en el 2,13%.
Pero la realidad es mucho peor que lo que indican esas cifras porque casi la mitad de los proyectos proyectados quedan sin ejecutarse por culpa de la torpeza y vagancia de un gobierno que sólo parece interesado en comprar poder, medios de comunicación, apoyos políticos y voluntades.
La dependencia del exterior aumenta peligrosamente y ese atraso, según los expertos, trae consigo “salarios precarios, inestabilidad laboral, desmantelamiento del estado del bienestar y emergencia del populismo”.
La decadencia y el retroceso son ya los mas potentes signos externos del gobierno de Sánchez, cuando se le analiza desde el extranjero, sin padecer las mentiras y engaños de la propaganda oficial y de los medios comprados.
En la fundación COTEC, la que estimula y estudia la evolución del I+D, están asustados. Aleix Pons, director de su área económica, afirma que “El gasto financiero concentra hoy más presupuesto que nunca, sobre el 60% del total, y su tasa de ejecución en el 2019 fue de sólo el 25,4% cuando partía de unas tasas superiores al 80% hace una década. La tasa de ejecución de los capítulos no financieros, históricamente mucho más estables y elevados, nunca ha bajado del 85%”.
Hablando en lenguaje no técnico, los gastos financieros se comen gran parte del dinero presupuestado y otra parte se deja de realizar por torpeza o por temor a gastar demasiado.
El atraso de España en ciencia, tecnología e innovación es escandaloso, afirman en distintos ámbitos de COTEC.
Una prueba del estado de las cosas podría ser la vacuna contra el coronavirus que en teoría iba a desarrollar España, anunciada a bombo y latillo por el ministro astronauta, un proyecto que padece retrasos muy agudos y del que ya ni siquiera se informa.
El gobierno de Pedro Sánchez está colocando a España en estado de emergencia y no sólo porque esté deteriorando seriamente la democracia, las libertades y el Estado de Derecho, sin porque está destrozando la economía en todos sus aspectos claves: comercio, industria, empresas, investigación, desarrollo y negocios de todo tipo, paralizados por problemas financieros, por falta de ayudas, por voracidad fiscal y, sobre todo, por torpeza a impericia de los gobernantes, que ni siquiera ha sido capaz de adelgazar el Estado en plena crisis y que tiene la desfachatez de incrementar sueldos públicos, privilegios y asesores en estos tiempos dramáticos, donde cierran miles de empresas arruinadas.
Francisco Rubiales.
España, que es todavía la quinta economía europea, se sitúa en la posición 18 de los 28 estados miembros de la UE (incluyendo al Reino Unido) en el 2019 en inversión en I+D respecto al PIB, lo que le sitúa como una de las últimas en la eurozona. En teoría destinó el 1,25% del PIB a I+D, según el INE (el 1,14% según la estimación de Eurostat). En cualquier caso, se coloca por debajo de los niveles medios europeos, que se sitúan en el 2,13%.
Pero la realidad es mucho peor que lo que indican esas cifras porque casi la mitad de los proyectos proyectados quedan sin ejecutarse por culpa de la torpeza y vagancia de un gobierno que sólo parece interesado en comprar poder, medios de comunicación, apoyos políticos y voluntades.
La dependencia del exterior aumenta peligrosamente y ese atraso, según los expertos, trae consigo “salarios precarios, inestabilidad laboral, desmantelamiento del estado del bienestar y emergencia del populismo”.
La decadencia y el retroceso son ya los mas potentes signos externos del gobierno de Sánchez, cuando se le analiza desde el extranjero, sin padecer las mentiras y engaños de la propaganda oficial y de los medios comprados.
En la fundación COTEC, la que estimula y estudia la evolución del I+D, están asustados. Aleix Pons, director de su área económica, afirma que “El gasto financiero concentra hoy más presupuesto que nunca, sobre el 60% del total, y su tasa de ejecución en el 2019 fue de sólo el 25,4% cuando partía de unas tasas superiores al 80% hace una década. La tasa de ejecución de los capítulos no financieros, históricamente mucho más estables y elevados, nunca ha bajado del 85%”.
Hablando en lenguaje no técnico, los gastos financieros se comen gran parte del dinero presupuestado y otra parte se deja de realizar por torpeza o por temor a gastar demasiado.
El atraso de España en ciencia, tecnología e innovación es escandaloso, afirman en distintos ámbitos de COTEC.
Una prueba del estado de las cosas podría ser la vacuna contra el coronavirus que en teoría iba a desarrollar España, anunciada a bombo y latillo por el ministro astronauta, un proyecto que padece retrasos muy agudos y del que ya ni siquiera se informa.
El gobierno de Pedro Sánchez está colocando a España en estado de emergencia y no sólo porque esté deteriorando seriamente la democracia, las libertades y el Estado de Derecho, sin porque está destrozando la economía en todos sus aspectos claves: comercio, industria, empresas, investigación, desarrollo y negocios de todo tipo, paralizados por problemas financieros, por falta de ayudas, por voracidad fiscal y, sobre todo, por torpeza a impericia de los gobernantes, que ni siquiera ha sido capaz de adelgazar el Estado en plena crisis y que tiene la desfachatez de incrementar sueldos públicos, privilegios y asesores en estos tiempos dramáticos, donde cierran miles de empresas arruinadas.
Francisco Rubiales.