Colaboraciones

LOS SISTEMAS DEMOCRÁTICOS DEL MUNDO ESTÁN CORROMPIDOS POR EL GRAN CAPITAL



La Humandad avanza con paso firme hacia la tiranía, conducida por el gran capital que domina el mundo y por las tribus de políticos corrompidos y esclavos de esos poderes en las sombras. El pueblo, víctima de la ingeniería social, está siendo conducido por sus líderes políticos hacia su matadero: un mundo sin libertades ni derechos, sojuzgado y dominado con mano de hierro por la alianza miserable entre los multimillonarios y los déspotas.

Publicamos hoy como artículo un interesante comentario de "Mentalmente" sobre los poderes oscuros, insertado en el blog Voto en Blanco, del que es seguidor asiduo.
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Los verdaderos poderosos se esconden en la oscuridad
La masa de la humanidad es presa fácil de la ingeniería social en favor de un sistema totalitario mundial. Todo comienza más o menos con el atentado a las torres gemelas del 11 de Septiembre de 2001.

Los medios de comunicación de masas han sido capaces de distorsionar esos hechos, de manera que una enorme masa de gente no sea capaz de darse cuenta de una mentira que es bastante evidente, que un niño de 5 años, desprovisto de lavado de cerebro, sería capaz de ver. Es imposible que un simple avión de pasajeros produzca una perfecta demolición, no solo de un edificio, sino del mayor de los rascacielos de EEUU. Y que lo haga dos veces. Por no citar muchas más incongruencias.

Todo esto quiere decir algo muy sencillo: ellos, los que mueven los hilos, controlan efectivamente lo que la gente piensa, lo que la gente ve y oye. Y pueden imponer cualquier relato a la población. Y negar cualquier crimen contra la humanidad, por más evidente que sea.

La debilidad de las masas está íntimamente relacionada con el motivo estructural del orden social: la falta de democracia real en los sistemas políticos que se consideran democracias. Y aquellos que no son democracias, que ni siquiera pretendan serlo en algún grado.

Los sistemas políticos partitocráticos son vulnerables a ser corrompidos por el mero capitalismo. Que los convierte en eso, en partitocracias, en capitalismos de ideas, donde hay una marca que vende un producto y otro que hace la competencia. Y las discrepancias fuera del consenso de todos esas marcas, no son ideas admisibles. Son censuradas.

El nuestro es un mundo en el que se acumulan masas ingentes de dinero por pocas personas, que pueden comprar países enteros, medios de comunicación, financiar partidos políticos, organizar propaganda y manifestaciones e infiltrarse en las agencias de inteligencia. Eso implica que quien manda es siempre el poder económico, escondido en las sombras y en paraísos fiscales. No es casualidad que ningún país del mundo se atreva a cuestionarlos, ni a meter mano a estos paraísos fiscales. Sin duda, ellos son los que mandan.

Quieran creerlo o no, la masa de la gente está enteramente en sus manos. El actual político tibio vive con sonrisas simpáticas y diciendo eufemismos para encubrir su trabajo sucio, contrario a los intereses de los ciudadanos. En cuanto pierde la credibilidad de las masas, es sustituido por otro tipo de charlatán, perfectamente adiestrado para ejecutar el mismo propósito, servil a intereses oscuros.

Solo un sistema basado en principios, que garantice la representatividad política de una nación soberana, con un método científico, puede representar una fuerza opuesta real, y con futuro. Y este sistema debe tener una base constitucional liberal, que limite el poder del Estado sobre el ciudadano.

Mentalmente


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Lunes, 23 de Noviembre 2020
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