Si ha habido alguna nación en la Tierra capaz de llegar hasta las últimas consecuencias para el cumplimiento de sus fines a través de los valores como el honor, el valor y la grandeza de espiritu, esa es España. Los españoles conquistaron el mundo y no se achantaron por nada ni ante nada, las hazañas y toda la epopeya histórica de la grandeza de sus gentes están sembradas por el mundo. Anoche precisamente escuché con atención como aquellos guerreros de la Armada Invencible que se propusieron conquistar Inglaterra y que, debido a los elementos, fracasaron al hundirse la flota. Algunos llegaron a tierra firme y tuvieron que sortear al enemigo inglés y al irlandés muerto de hambre y dispuesto a robar las pocas pertenencias e incluso a matar en la mayoría de los casos por temor a la represalia inglesa. Pero algunos como el Capital Francisco de Cuellar logra burlar heroicamente Irlanda y llegar a Holanda tras tres naufragios más y escribirle al Rey Felipe II para contarle su aventura. como siempre el Rey y sus secuaces ni caso.
Tambien aquellos héroes que se dejaron sus vidas en América de las formas más inhumanas, desde el empalamiento hasta troceados sin rechistar, o aquellos como Blas de Lezo que, tras numerosas amputaciones de guerra lograron ganar a la entonces mayor Armada de la Historia frente a las costas de Cartagena de Indias, dando un ejemplo de raza ante los ingleses. Pues bien, todos estos y algunos más tenian pendientes por parte de las autoridades españolas condenas que llegaban incluso a la condena a muerte en su mayoria por desobedecer las ordenes de los politicastros y burócratas de la Corte.
Parece que la maldición nos persigue, ahora no van contra los héroes, van contra los ciudadanos y a favor de los bancos. La desgracia de los españoles fue la llegada de las ideologias y el abandono de los valores tradicionales antes mencionado. Fue la primera causa de división de un pueblo por la manipulación, la ideologia, ese gran invento sociológico que divide en tribus a las hordas y acaba con el pensamiento fue la responsable de la guerra civil entre hermanos y la responsable de que estemos en las actuales circunstancias.
Pero también es verdad que no nos ha hecho falta nunca que seamos una mayoria para acabar con lo que creemos que se debe acabar. Unos pocos fueron los que acabaron con 800 años de invasión islámica y unos pocos han sido siempre los que han sacado las castañas del fuego, sólo hay que esperar a que se harten.
En cualquier otro país, a Blas de Lezo lo tendrían en un pedestal. Aqui se dan subvenciones para los gays de Zimbawe y nos olvidamos de descubrir donde está enterrado uno de nuestros grandes héroes. Lo mismo pasó con Francisco de Cuellar. Se sabe que murió en Madrid, pero no se sabe donde fue enterrado.
El olvido y la crueldad con que la historia ha tratado a los grandes no tiene parangón con como tratará a Zapatero, Rajoy y sus huestes corruptas, estoy seguro.
Carlos RH
Tambien aquellos héroes que se dejaron sus vidas en América de las formas más inhumanas, desde el empalamiento hasta troceados sin rechistar, o aquellos como Blas de Lezo que, tras numerosas amputaciones de guerra lograron ganar a la entonces mayor Armada de la Historia frente a las costas de Cartagena de Indias, dando un ejemplo de raza ante los ingleses. Pues bien, todos estos y algunos más tenian pendientes por parte de las autoridades españolas condenas que llegaban incluso a la condena a muerte en su mayoria por desobedecer las ordenes de los politicastros y burócratas de la Corte.
Parece que la maldición nos persigue, ahora no van contra los héroes, van contra los ciudadanos y a favor de los bancos. La desgracia de los españoles fue la llegada de las ideologias y el abandono de los valores tradicionales antes mencionado. Fue la primera causa de división de un pueblo por la manipulación, la ideologia, ese gran invento sociológico que divide en tribus a las hordas y acaba con el pensamiento fue la responsable de la guerra civil entre hermanos y la responsable de que estemos en las actuales circunstancias.
Pero también es verdad que no nos ha hecho falta nunca que seamos una mayoria para acabar con lo que creemos que se debe acabar. Unos pocos fueron los que acabaron con 800 años de invasión islámica y unos pocos han sido siempre los que han sacado las castañas del fuego, sólo hay que esperar a que se harten.
En cualquier otro país, a Blas de Lezo lo tendrían en un pedestal. Aqui se dan subvenciones para los gays de Zimbawe y nos olvidamos de descubrir donde está enterrado uno de nuestros grandes héroes. Lo mismo pasó con Francisco de Cuellar. Se sabe que murió en Madrid, pero no se sabe donde fue enterrado.
El olvido y la crueldad con que la historia ha tratado a los grandes no tiene parangón con como tratará a Zapatero, Rajoy y sus huestes corruptas, estoy seguro.
Carlos RH