Hace falta algo más que energía e ilusión para salir del pozo hacia el que caminamos: dinero para pagar las deudas. Sí, ese y no otro es el principal remedio para poder evitar lo inevitable, una Gran Depresión. Los que bebemos en el agua cristalina de la Escuela Económica Austríaca ya llevamos desde hace casi 8 años advirtiendo del destino de las empresas y particulares que viven y se endeudan muy por encima de sus posibilidades: la quiebra. Todo lo que estamos viviendo no es resultado de los últimos meses o años, sino que viene incubándose desde hace casi 20 años, aunque incluso podríamos remontarnos a principios de los años 70 cuando Nixon cerró la ventana de un relativo patrón oro (en realidad se imprimía más papel moneda que el oro depositado en Fort Knox). Desde ese momento ya no se guardaron ni las formas, se empezó a imprimir papelitos con unos determinados caracteres, a los que la gente llama dinero, con los que engrasaron las correas de transmisión de la economía, es decir, créditos para todos. Los políticos henchidos de gozo celebraron haber descubierto la piedra filosofal para crear riqueza. Como el dinero se convirtió en deuda, pues no había más que endeudarse para que todos fuésemos ricos. Y aquí estamos en estos momentos, con medio país dedicando casi el 50% de su renta a pagar el pisito, con muchísimas familias refinanciando la hipoteca que no pueden pagar y que supondrá alargar el plazo a un periodo de 40-50 años, ya que la media de tiempo de pago de hipotecas está en 28 años. Es decir, familias que dedicarán toda una vida a pagar la vivienda con la mitad de lo que ganan. Eso supone que los que paguen en 30-33 años en realidad habrán pagado el precio de 2 pisitos, los que lo hagan en 50 años habrán pagado 3 pisitos. Por mucho que hagan los políticos esto es una losa difícil de levantar.
Para que los ciudadanos pudieran pagar mejor lo adeudado lo primero que habría que hacer es dejar de trabajar más de 5 meses al año para el Estado, esa es la cota de la presión fiscal. Esto es pura esclavitud.
Hace un par de años le decía a mi mujer que cuando viniera lo que se estaba incubando, la recaudación del Estado se desplomaría, pero los políticos, es decir, la casta, no estaría dispuesta a ceder un milímetro en sus chollos, sus cargos, sus privilegios, sus canonjías, sus trinques, en reducir el gigantesco Estado que padecemos y nos chupa la sangre, no, que va, y entonces pasarían a lo que saben hacer muy bien: aumentar los impuestos y emitir deuda. Bingo, en esas estamos. Deuda, deuda y más deuda. Intentamos solucionar el exceso de deudas con más endeudamiento, o dicho de otra manera, apagamos el fuego con gasolina. El verbo ahorrar ya solo somos capaces de conjugarlo cuatro pelagatos. Una nota que define a la casta: en Castilla-León parece que quieren fusionar 4 o 5 Cajas de Ahorros, pero eso sí, de una manera un tanto particular, formando una especie de federación. ¿Por qué? Se trata de mantener todas las Cajas existentes con sus respectivos Consejos llenos de políticos. Una sola Caja con un solo consejo supondría perder un montón de ociosos y multimillonarios puestos para los políticos. Un paso atrás, ni en bromas. El Bunker se hace fuerte en sus palacios para defender lo que fuere menester.
Que nadie se engañe, esto no ha hecho más que empezar y la Casta, poco o nada puede hacer. La Deuda que está emitiendo el Estado (Letras del Tesoro y Bonos) la pagaremos los ciudadanos con sus respectivos intereses, aunque el caradura de Solbes tenga la desfachatez de decir que no nos costará nada. Entonces, ¿quién la va a pagar? Una nota para describir cómo están muchas empresas. Las cuatro principales constructoras, ACS, Ferrovial, Acciona y Sacyr, deben cada una más de 3 billones de las antiguas pesetas. ¿Cómo se paga esto cuando los ingresos de alguna ya no dan para pagar ni los intereses? Todo lo focalizamos y encomendamos a los políticos, ¿y la responsabilidad personal?
España lo tiene muy crudo para salir de la crisis por varios factores:
- La bajísima productividad de nuestras empresas y trabajadores, lo cual se traduce en una decreciente competitividad como demuestra el déficit por cuenta corriente más alto del mundo.
- La concentración económica en el sector construcción y turismo. Si fallan, caemos a plomo. Y no tenemos alternativas. Llenar el país de inmigrantes sin cualificar para trabajar mayoritariamente en estos sectores cuando van a desplomarse es de locura y disparate. En un mundo globalizado, una economía de bajo valor añadido no puede llenarse de inmigrantes so pena de quebrar.
- La baja cualificación de los trabajadores, producto de una enseñanza muy progresista que iguala a todos por abajo y persigue la excelencia y el mérito.
- La pésima enseñanza, incluida la Universidad, que tenemos. Ésta se ha convertido en un reducto progre que la controla como una mafia. Para entrar como profesor lo que más se tiene en cuenta no es el currículum y el mérito, sino el enchufe y la pertenencia a la secta. Tenemos muchas más Universidades de las que necesitamos y ninguna está entre las 200 mejores del mundo. La Autónoma de Madrid es la primera que aparece en la lista, en el puesto 248.
http://www.elconfidencial.com/cache/2008/10/18/sociedad_59_universidad_premia_mediocres.html
- Y lo ya reseñado sobre el tamaño del Estado, o acabamos con el disparate de las autonomías, que son una auténtica ruina, o ellas acaban con nosotros. Aquí no cerramos ningún chiringuito donde quepa un político para chupar del bote, tenemos autonomías y diputaciones. Si hay unas, ¿para qué necesitamos las otras?
Javierito
Para que los ciudadanos pudieran pagar mejor lo adeudado lo primero que habría que hacer es dejar de trabajar más de 5 meses al año para el Estado, esa es la cota de la presión fiscal. Esto es pura esclavitud.
Hace un par de años le decía a mi mujer que cuando viniera lo que se estaba incubando, la recaudación del Estado se desplomaría, pero los políticos, es decir, la casta, no estaría dispuesta a ceder un milímetro en sus chollos, sus cargos, sus privilegios, sus canonjías, sus trinques, en reducir el gigantesco Estado que padecemos y nos chupa la sangre, no, que va, y entonces pasarían a lo que saben hacer muy bien: aumentar los impuestos y emitir deuda. Bingo, en esas estamos. Deuda, deuda y más deuda. Intentamos solucionar el exceso de deudas con más endeudamiento, o dicho de otra manera, apagamos el fuego con gasolina. El verbo ahorrar ya solo somos capaces de conjugarlo cuatro pelagatos. Una nota que define a la casta: en Castilla-León parece que quieren fusionar 4 o 5 Cajas de Ahorros, pero eso sí, de una manera un tanto particular, formando una especie de federación. ¿Por qué? Se trata de mantener todas las Cajas existentes con sus respectivos Consejos llenos de políticos. Una sola Caja con un solo consejo supondría perder un montón de ociosos y multimillonarios puestos para los políticos. Un paso atrás, ni en bromas. El Bunker se hace fuerte en sus palacios para defender lo que fuere menester.
Que nadie se engañe, esto no ha hecho más que empezar y la Casta, poco o nada puede hacer. La Deuda que está emitiendo el Estado (Letras del Tesoro y Bonos) la pagaremos los ciudadanos con sus respectivos intereses, aunque el caradura de Solbes tenga la desfachatez de decir que no nos costará nada. Entonces, ¿quién la va a pagar? Una nota para describir cómo están muchas empresas. Las cuatro principales constructoras, ACS, Ferrovial, Acciona y Sacyr, deben cada una más de 3 billones de las antiguas pesetas. ¿Cómo se paga esto cuando los ingresos de alguna ya no dan para pagar ni los intereses? Todo lo focalizamos y encomendamos a los políticos, ¿y la responsabilidad personal?
España lo tiene muy crudo para salir de la crisis por varios factores:
- La bajísima productividad de nuestras empresas y trabajadores, lo cual se traduce en una decreciente competitividad como demuestra el déficit por cuenta corriente más alto del mundo.
- La concentración económica en el sector construcción y turismo. Si fallan, caemos a plomo. Y no tenemos alternativas. Llenar el país de inmigrantes sin cualificar para trabajar mayoritariamente en estos sectores cuando van a desplomarse es de locura y disparate. En un mundo globalizado, una economía de bajo valor añadido no puede llenarse de inmigrantes so pena de quebrar.
- La baja cualificación de los trabajadores, producto de una enseñanza muy progresista que iguala a todos por abajo y persigue la excelencia y el mérito.
- La pésima enseñanza, incluida la Universidad, que tenemos. Ésta se ha convertido en un reducto progre que la controla como una mafia. Para entrar como profesor lo que más se tiene en cuenta no es el currículum y el mérito, sino el enchufe y la pertenencia a la secta. Tenemos muchas más Universidades de las que necesitamos y ninguna está entre las 200 mejores del mundo. La Autónoma de Madrid es la primera que aparece en la lista, en el puesto 248.
http://www.elconfidencial.com/cache/2008/10/18/sociedad_59_universidad_premia_mediocres.html
- Y lo ya reseñado sobre el tamaño del Estado, o acabamos con el disparate de las autonomías, que son una auténtica ruina, o ellas acaban con nosotros. Aquí no cerramos ningún chiringuito donde quepa un político para chupar del bote, tenemos autonomías y diputaciones. Si hay unas, ¿para qué necesitamos las otras?
Javierito