Colaboraciones

LO MÁS PERENTORIO





Este nuevo PSOE, tozudo y persistente, no ceja; se ha propuesto eliminar los valores tradicionales y barrer la presencia católica en Nuestra Nación. Su interés es generalizar sus teorías relativistas, su rancio laicismo decimonónico, su vacua moral atea y el hedonismo sin trabas religiosas ni éticas. ¡Magnífica polémica estéril, propia del obtuso pasado, para distraer la Opinión Pública!

Ahora, tras el controvertido Congreso del PP, émulo, viene el PSOE a encerrarse, un largo fin de semana, para entablar profundas elucubraciones filosóficas, imprescindibles para la situación política y sobre todo, para solventar la grave crisis económica, que atraviesa la agobiada y atenazada ciudadanía española. Esta izquierda, acomodada en las complacencias del poder y jaleada por seguidores incondicionales, asistidos por esa gama de corifeos pagados y rasurados de mente, se asienta en su radicalismo y exhibe sin decoro sus contradicciones. Se declaran, con ínfulas, contra la pena de muerte y contra la guerra de Irak, con lo que montaron y hasta defienden los derechos de los animales, y vienen, nos meten en la de Afganistán, del Líbano y Kosovo, y, hoy, nos salen con que van a decretar la eutanasia y más aborto.

En lugar de sentarse a filosofar y decidir las medidas efectivas y contundentes que sanen nuestra economía, estos nuevos dioses del fundamentalismo van a legislar sobre el modo de aplicar la muerte al enfermo y cómo cortar el hálito vital del feto anidado. Cuestiones de una absoluta necesidad, en estos momentos atenazantes y en que la demografía española ha descendido a límites preocupantes e indecibles. Abstraídos por esta perentoriedad, no se han acordado de la crisis, ni de la urgente reforma del sistema judicial que exige total independencia, como tercer poder, mejor dotación de medios y la provisión de una red informática interconectada y puesta al día; ni de acometer las disposiciones legislativas pendientes contra los pederastas, los maltratadores y violadores y los pistoleros de las masacres y del tiro en la nuca.

Para estos socialistas, el “nasciturus”, que ni mencionan, no goza de ningún derecho; sólo contemplan el de la mujer, derecho que termina, donde empieza el del ser que vendrá. En España, el aborto es de hecho libre hace veintitrés años, el régimen de indicaciones se emplea ladina y dolosamente con total impunidad. Y, ni antes ni ahora, se ha previsto la consulta popular, como es habitual en Europa, entre líderes y gente de democracias asentadas. De paso, nos traen la Eutanasia camuflada bajo eufemísticas apariencias de “dignidad humana en el proceso de muerte”. Dicen que se precisa “mucha pedagogía”; tocados por el oráculo, se sienten solventes salvadores y pedagogos de esta sociedad.

El derecho a la vida es el primero de todos los derechos, sin el que los demás quedan invalidados. El nefando crimen de la eugenesia ya lo implantó la Alemania Nazi de Hitler, para preservar la pureza de la raza; la practicó Stalin en sus criminales persecuciones políticoreligiosas y todos los regímenes totalitarios. Estos intentan, por todos lo medios, establecer su caduca ideología. Es un sistema solapado de atacar y eliminar a la Iglesia Católica, cuya relevancia histórica, cultural y sociológica en España quieren equiparar con la musulmana. ZP, despreciando el parecer y el sentir de media España, se empeña en imponerle los cauces del exceso y del sectarismo, para postrarla y someterla a sus añejos preceptos sin entrar en diálogo ni procurar el acuerdo social.


C. V. Mudarra


   
Viernes, 18 de Julio 2008
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