Colaboraciones

LAS “NIÑAS” DE ZAPATERO





El hombre vive prisionero de sus carencias y sus fobias. Zapatero con estos nombramientos, ufano y reafirmado, conservando en su puesto a esa ministra repudiada y ese ministro falto y descalificado, camuflados entre sus “niñas” jovencitas, novatas e inexpertas, ha dado un aldabonazo imperioso de afirmación temperamental. Es un aviso a navegantes, propios y extraños, de que el mando y dirección del timón está en sus manos.

Asentemos, y ya lo hemos dicho en ocasiones, que, allí, donde se ponga la dirección de una mujer preparada, consciente y experimentada, la gestión será siempre de gran efectividad, por su fino sentido previsor y reflexivo, por su delicada agudeza y por su capacidad de comprensión y diálogo.

Entre sus niñas figuran ministras de hondo calado intelectual y de recia formación y solvencia; pero, tal vez, les falte la obligada práctica y la consistencia que da la briega en los avatares del ejercicio de la responsabilidad en altos cargos civiles. El nombramiento de Chacón en Defensa no parece un acierto, no por ser mujer -el embarazo ni cuenta- y catalana. La cuestión estriba en su catalanismo acendrado, su antimilitarismo sabido y su pacifismo declarado, que autodesigna de color “rojiverde”. Será una innovación de tono muy moderno, pero extraño y problemático. Difícil asunto que, al tener que lucir su autoridad, colisiona con la tradición y cultura de nuestra acendrada y veterana milicia. Es inteligente y tiene experiencia política; ello puede hacerle actuar con el tacto y la finura que exige enfrentarse con la Institución y la cúpula del Ejército Español, que, tal vez, lo hayan considerado una provocación. No es una especialista en la materia, desconoce el complejo marco de la política militar y, aún más, está ajena y a mucha distancia del entramado de la OTAN.

No tiene tampoco buenos visos, el otro, el de B. Aído, en ese nuevo, diatópico y sorpresivo Ministerio de Igualdad. Esta niña, con treinta y un añitos, ha rondado la política gaditana y viene con la sola pericia de haber conducido la Agencia Andaluza de Flamenco. Un Ministerio de Igualdad es algo turbador, su creación produce cierto escalofrío; es un concepto que puede abocar en actitudes impositivas y distorsionantes, aunque nazca con intenciones de propaganda y modernidad.

Ya Berlusconi, ha dicho que el Ejecutivo Español es "demasiado rosa", en relación al número de mujeres que tiene; y que él va a dar prioridad "a la experiencia", pues, sólo quien conoce la acción gubernamental, "puede estar operativo de manera inmediata", para hacer frente a los "muchos problemas" que se presentan "con urgencia".

Se puede, pero no se debe colocar a nadie, en altos desempeños del Estado, por puros pruritos personales, cuyo mérito reside en la militancia de partido o en la imposición de las cápitas sectoriales. Por mucha “pedagogía social”, que el zapaterismo persiga con ello y se jacte de haber formado un gobierno ejemplar, no implica, que ese sea el más provechoso para España, que responda a las necesidades nacionales y que la elección responda sólo y exclusivamente a los méritos y maestría de los designados, para proveer los intereses de los españoles y el bien común. Único requisito en rigor que debe primar en tales nombramientos.


Camilo Valverde



   
Viernes, 18 de Abril 2008
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