Sin duda, estos resultados en Cataluña han sido la confirmación de que los ciudadanos siguen sin despertar, sin darse cuenta que lo que votan es el problema, no la solución. Se sigue con lo que hay; ahora se vota a unos y mañana a otros, pero todos pertenecen al sistema podrido y, por lo tanto, no están capacitados para regenerar.
En el resto de España ocurrirá lo mismo, puesto que no hay otra alternativa que no sean los partidos políticos corruptos incrustados dentro del sistema. Hoy, gracias a Wikileads, nos enteramos de algo que ya sospechábamos: que la Audiencia Nacional, con su fiscal general al frente (Conde Pumpido), se dejaba corromper por las autoridades norteamericanas para paralizar o hacer naufragar asuntos que implicaban a ese país. No es de extrañar que tipos con esa bajeza moral estén al servicio de lo putrefacto y sean el tapón que hace de este sistema una cloaca donde solo puedan sobrevivir las ratas.
Los ciudadanos libres están vetados para el acceso a la coparticipación política en sus instituciones, puesto que, con estos mimbres, cualquiera que entre a formar parte del tinglado, quedará manchado y ensuciado a los pocos minutos.
Ya no se necesitan reformas ni cambios de partidos, ni elecciones en las que salga otra de las alternativas del sistema. Lo que se necesita es una verdadera revolución, desde los ciudadanos, que pongan fin a ésta cloaca en la que han convertido a España y a sus instituciones. Alguien debería poner freno a esta llegada masiva de delincuentes a las instituciones y eso solo se puede hacer desde la base real de toda democracia, desde el pueblo.
Estigma
En el resto de España ocurrirá lo mismo, puesto que no hay otra alternativa que no sean los partidos políticos corruptos incrustados dentro del sistema. Hoy, gracias a Wikileads, nos enteramos de algo que ya sospechábamos: que la Audiencia Nacional, con su fiscal general al frente (Conde Pumpido), se dejaba corromper por las autoridades norteamericanas para paralizar o hacer naufragar asuntos que implicaban a ese país. No es de extrañar que tipos con esa bajeza moral estén al servicio de lo putrefacto y sean el tapón que hace de este sistema una cloaca donde solo puedan sobrevivir las ratas.
Los ciudadanos libres están vetados para el acceso a la coparticipación política en sus instituciones, puesto que, con estos mimbres, cualquiera que entre a formar parte del tinglado, quedará manchado y ensuciado a los pocos minutos.
Ya no se necesitan reformas ni cambios de partidos, ni elecciones en las que salga otra de las alternativas del sistema. Lo que se necesita es una verdadera revolución, desde los ciudadanos, que pongan fin a ésta cloaca en la que han convertido a España y a sus instituciones. Alguien debería poner freno a esta llegada masiva de delincuentes a las instituciones y eso solo se puede hacer desde la base real de toda democracia, desde el pueblo.
Estigma