No es que estemos pasando estos intrincados desfiladeros de la negada crisis económica ni que estemos sufriendo la recesión que nos cubre de negros nubarrones europeos, es que España no puede mantener este pesadísimo tinglado que la partitocracia con su carga de apandadores, aprovechados y nuevos caciques ha instalado en poltronas, despachos y lujos interminables. El gobierno admite ya la debacle. La Eurozona ha entrado en recesión; en opinión de Montoro “sufrimos una recesión de caballo”. España será el país con más paro y menor crecimiento en 2009, según la OCDE, con un periodo prolongado de debilidad económica; ya en enero augura, que tendremos los tres millones de parados.
El derroche galopante y golfante corroe las astillas de las arcas del erario. Las Autonomías en una nación pequeña, como esta, no caben, son una invención costosísima e innecesaria, no es posible mantener este ineficaz conglomerado y boato. A tenor de su preocupación por el colapso que padecen los juzgados españoles, F. de Rosa, vicepresidente del CGPJ dice: "España no puede tener diecisiete justicias distintas"; no tiene espera una la reforma eficaz de la Administración de Justicia. No existe la cohesión territorial; es intolerable que en España, varíen significativamente las condiciones laborales y sociales según el lugar de residencia, incluso, en el marco sanitario, se experimentan hirientes desigualdades en métodos de diagnóstico, tratamientos, acceso a nuevas terapias y en el desarrollo de las estrategias que entrañan distintas esperanzas y un diferente goce de supervivencia; no es tolerable esta clase política, empeñada en desmembrar las competencias esenciales del Estado para satisfacer el apetito insaciable de las diecisiete taifas que dividen a España. Se hace necesaria una cobertura integral y estatal, al menos, en Hacienda, Sanidad, Justicia y Educación y la supresión de las Diputaciones y gran parte de las concejalías municipales.
La Junta de Andalucía, según fuentes periodísticas y políticas, da unas cifras increíbles para rebajar el porcentaje de los designados a dedo; el PP la acusa de aumentar el gasto público de Canal Sur pese a la crisis. Chaves, en función de la filiación política, castiga a los municipios gobernados por el PP con la asfixia económica de sus ayuntamientos, haciendo que reciban menos dinero que el que les corresponde por su población y premia a los del PSOE con 67,19% de las subvenciones, frente al 14,40% del PP, lo que subraya la ausencia de una política de financiación municipal y el recorte del Fondo de Nivelación. Se constata que “todos los andaluces no tienen las mismas oportunidades”, pero se tildan y se tienen por socialistas.
Y en Galicia, Touriño, no sólo se construye un despacho faraónico, sino que se provee de cuatro Audi A-8 blindados; fuentes de su Gabinete cuentan que la Xunta tiene 355 coches oficiales que nos cuestan más de 166.000 euros al mes; ¡Crisis!, ¿dónde?, ¿qué crisis?
Aquí con los régulos de derroche, lujos y palacios tenemos lo que se vota y así, hemos de soportar esta denostada democracia, que no merecemos.
C. Mudarra
El derroche galopante y golfante corroe las astillas de las arcas del erario. Las Autonomías en una nación pequeña, como esta, no caben, son una invención costosísima e innecesaria, no es posible mantener este ineficaz conglomerado y boato. A tenor de su preocupación por el colapso que padecen los juzgados españoles, F. de Rosa, vicepresidente del CGPJ dice: "España no puede tener diecisiete justicias distintas"; no tiene espera una la reforma eficaz de la Administración de Justicia. No existe la cohesión territorial; es intolerable que en España, varíen significativamente las condiciones laborales y sociales según el lugar de residencia, incluso, en el marco sanitario, se experimentan hirientes desigualdades en métodos de diagnóstico, tratamientos, acceso a nuevas terapias y en el desarrollo de las estrategias que entrañan distintas esperanzas y un diferente goce de supervivencia; no es tolerable esta clase política, empeñada en desmembrar las competencias esenciales del Estado para satisfacer el apetito insaciable de las diecisiete taifas que dividen a España. Se hace necesaria una cobertura integral y estatal, al menos, en Hacienda, Sanidad, Justicia y Educación y la supresión de las Diputaciones y gran parte de las concejalías municipales.
La Junta de Andalucía, según fuentes periodísticas y políticas, da unas cifras increíbles para rebajar el porcentaje de los designados a dedo; el PP la acusa de aumentar el gasto público de Canal Sur pese a la crisis. Chaves, en función de la filiación política, castiga a los municipios gobernados por el PP con la asfixia económica de sus ayuntamientos, haciendo que reciban menos dinero que el que les corresponde por su población y premia a los del PSOE con 67,19% de las subvenciones, frente al 14,40% del PP, lo que subraya la ausencia de una política de financiación municipal y el recorte del Fondo de Nivelación. Se constata que “todos los andaluces no tienen las mismas oportunidades”, pero se tildan y se tienen por socialistas.
Y en Galicia, Touriño, no sólo se construye un despacho faraónico, sino que se provee de cuatro Audi A-8 blindados; fuentes de su Gabinete cuentan que la Xunta tiene 355 coches oficiales que nos cuestan más de 166.000 euros al mes; ¡Crisis!, ¿dónde?, ¿qué crisis?
Aquí con los régulos de derroche, lujos y palacios tenemos lo que se vota y así, hemos de soportar esta denostada democracia, que no merecemos.
C. Mudarra