El caso político español no tiene parangón en Europa; aquí las cosas son siempre más extremas y dramáticas, el PP no tiene ningún partido a su derecha, que lo obligue a ciertos formulismos y presiones; es cierto que ha habido que soportar un gran bajón en estos cuatro años por la política de ajustes y recortes y que el Gobierno no ha sabido aprovechar el tiempo en que fue bendecido con la mayoría absoluta con las reformas imprescindibles, como era la de la Ley Electoral con la segunda vuelta que hubiera servido, para evitar esta ruina de cuatro meses de hartazgo cansino y nocivo para la estabilidad y crecimiento y haber realizado una política de cercanía y comunicación activa con los ciudadanos y la Ley de Financiación de los Partidos Políticos, para poner coto a la corrupción y a los gastos escandalosos de las campañas electorales y suprimir las subvenciones a los partidos políticos y otros organismos, que se deben abastecer por sí mismos.
La política en España se ha convertido en un lodazal y un inconsistente caprichito de mimo. Aquí, es preciso desterrar el invento de la Memoria Histórica, enterrar el recuerdo de la Guerra Civil y revitalizar la concordia y reconciliación, el espíritu de la Ejemplar Transición. El PSOE actual no ha superado la Guerra Civil y el golpe de Estado a la República, de lo cual culpa, de alguna manera, a la que ellos llaman la derecha; este hecho obstaculiza sus relaciones con el PP de centro democrático. Esta Socialdemocracia tiene que presentar un candidato aceptable para la ciudadanía, centrarse y dejar de dar los bandazos que ha venido ofreciendo este Secretario General que hemos sufrido y abandonar las nocivas afecciones mostradas al partido de extrema izquierda leninista y fomentar el Socialismo de Felipe González sin hacer ascos ni rechazos a nadie y menos al partido más votado, junto con sus ya clásicos Noes tan perjudiciales para España y para él mismo, que lo han llevado al fracaso.
Ante esta auténtica chapuza de vueltas, revueltas, cuentos y cuentas que hemos presenciado durante estos cuatro meses, se ha de decir que la repetición de las elecciones es la mejor solución que el fiasco de inmadurez viene a ofrecer a los españoles; precisamente los comicios son la más clara constatación del fracaso de los nuevos politiquillos, al no saber alcanzar un acuerdo de gobierno; se necesitaba y se necesita un pacto lo más amplío posible, la gran coalición, sobre todo, por respeto a los votantes de cada partido; son los intereses de España los que han debido primar y, aunque la negociación no fuese de su agrado personal, debiera haber firmado con el PP por obligación nacional, ello, a la larga, le hubiera reportado prestigio por su significación política.
Pedro Sánchez se presenta como el dirigente político que lo ha intentado todo para conseguir la gobernación de España; y, en efecto, ha intentado mucho más de lo que la prudencia, el sentido común y los intereses de los españoles aconsejaban, por eso, Podemos ha maniobrado, para sabotear los innumerables esfuerzos del socialista, para alcanzar un pacto. Ahora es probable que la participación descienda y sea lo que sea, no podrá repetirse por segunda vez el clima político que hemos padecido durante estos meses; si, como pronostican los sondeos, el PP vuelve a ser la primera fuerza y el PSOE la segunda, o incluso la tercera, estará obligado a abandonar su cerrada, tediosa y reiterada negativa y habrá de pactar con el PP, porque los electores le empujarán y le pasarán factura y porque es palmario, que hoy vamos de nuevo a las urnas, porque el PSOE se ha negado al acuerdo con el partido que sacó más escaños. Y eso no se debe repetir.
C. Mudarra
La política en España se ha convertido en un lodazal y un inconsistente caprichito de mimo. Aquí, es preciso desterrar el invento de la Memoria Histórica, enterrar el recuerdo de la Guerra Civil y revitalizar la concordia y reconciliación, el espíritu de la Ejemplar Transición. El PSOE actual no ha superado la Guerra Civil y el golpe de Estado a la República, de lo cual culpa, de alguna manera, a la que ellos llaman la derecha; este hecho obstaculiza sus relaciones con el PP de centro democrático. Esta Socialdemocracia tiene que presentar un candidato aceptable para la ciudadanía, centrarse y dejar de dar los bandazos que ha venido ofreciendo este Secretario General que hemos sufrido y abandonar las nocivas afecciones mostradas al partido de extrema izquierda leninista y fomentar el Socialismo de Felipe González sin hacer ascos ni rechazos a nadie y menos al partido más votado, junto con sus ya clásicos Noes tan perjudiciales para España y para él mismo, que lo han llevado al fracaso.
Ante esta auténtica chapuza de vueltas, revueltas, cuentos y cuentas que hemos presenciado durante estos cuatro meses, se ha de decir que la repetición de las elecciones es la mejor solución que el fiasco de inmadurez viene a ofrecer a los españoles; precisamente los comicios son la más clara constatación del fracaso de los nuevos politiquillos, al no saber alcanzar un acuerdo de gobierno; se necesitaba y se necesita un pacto lo más amplío posible, la gran coalición, sobre todo, por respeto a los votantes de cada partido; son los intereses de España los que han debido primar y, aunque la negociación no fuese de su agrado personal, debiera haber firmado con el PP por obligación nacional, ello, a la larga, le hubiera reportado prestigio por su significación política.
Pedro Sánchez se presenta como el dirigente político que lo ha intentado todo para conseguir la gobernación de España; y, en efecto, ha intentado mucho más de lo que la prudencia, el sentido común y los intereses de los españoles aconsejaban, por eso, Podemos ha maniobrado, para sabotear los innumerables esfuerzos del socialista, para alcanzar un pacto. Ahora es probable que la participación descienda y sea lo que sea, no podrá repetirse por segunda vez el clima político que hemos padecido durante estos meses; si, como pronostican los sondeos, el PP vuelve a ser la primera fuerza y el PSOE la segunda, o incluso la tercera, estará obligado a abandonar su cerrada, tediosa y reiterada negativa y habrá de pactar con el PP, porque los electores le empujarán y le pasarán factura y porque es palmario, que hoy vamos de nuevo a las urnas, porque el PSOE se ha negado al acuerdo con el partido que sacó más escaños. Y eso no se debe repetir.
C. Mudarra