“Amigos míos, retened esto: no hay malas hierbas ni hombres malos. No hay más que malos cultivadores”.
Victor Hugo
Sí, ciertamente, la ley del mínimo esfuerzo, implantada e/o instalada hace un par de décadas en las escuelas y los institutos españoles, ahora está de moda (o sea, dando sus frutos o réditos bochornosos, sus resultados indignantes) en todos los ámbitos, predios o terrenos; no sólo en las redacciones de los periódicos, donde la dichosa (urdido con ironía) y susodicha ley ha hecho furor mediante esa estratagema que cabalga al galope o treta que va al trote que es el “cortar y pegar”, sino incluso en las “cocinas” de los partidos políticos (en unos más que en otros, bien es cierto). Última y/o recientemente, el estado de cosas parece haberse agravado o ido a más, pues, si hasta hace algunos años los “cocineros” se conformaban con plagiar el eslogan de la campaña, ahora calcan el programa entero de otra formación o plataforma política y se quedan tan anchos, tan campantes, tan frescos, tan panchos.
Esto es, grosso modo, lo que ha hecho el PSOE canario, al elaborar su programa electoral. Las “Cien propuestas para mejorar Cataluña” que Ciutadans de Catalunya acopiaron y presentaron con ocasión de las elecciones autonómicas catalanas de noviembre del año pasado han servido para conformar las “125 medidas para el primer año de Gobierno Socialista: por el cambio en Canarias”. Y, en verdad, cambio ha habido, pero mínimo, “Canarias” por “Cataluña”, o “canarios” por “catalanes”, es decir, “ca” por “ca”, esto es, una caca (por el olor nauseabundo y el vapor estomagante que exhala el calco) como una casa de grande.
El plagio, circunstancia incontrovertible, irrefutable, del programa es del 92%. Ergo, a nadie debe extrañar lo más mínimo (cuánto socialista convencido, canario o no, habrá pensado o dicho para sus adentros “tierra, trágame”) que el candidato a la Presidencia de Canarias por el PSOE, el ex ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar, haya reconocido estar “abochornado” por haber hecho las cosas tan mal, por la poca catadura moral de quien llevó a cabo (y cobró por ello, se supone) la burda copia. López Aguilar ha pedido disculpas y ha asegurado que el máximo responsable del “desaguisado” del copión (más que copista) Juan Romero Pi, presidente de la Zona Especial Canaria (ZEC), ha sumido su responsabilidad dimitiendo (¿de presidente de la ZEC?).
Ah; por cierto, olvidábaseme decir que en el caso que nos ocupa (embrollo que nos preocupa) los únicos que han salido bien parados, ganando bastantes enteros (por el excelente trabajo que hicieron, sin duda), han sido Ciutadans de Catalunya.
E. S. O., un andoba de Cornago
Victor Hugo
Sí, ciertamente, la ley del mínimo esfuerzo, implantada e/o instalada hace un par de décadas en las escuelas y los institutos españoles, ahora está de moda (o sea, dando sus frutos o réditos bochornosos, sus resultados indignantes) en todos los ámbitos, predios o terrenos; no sólo en las redacciones de los periódicos, donde la dichosa (urdido con ironía) y susodicha ley ha hecho furor mediante esa estratagema que cabalga al galope o treta que va al trote que es el “cortar y pegar”, sino incluso en las “cocinas” de los partidos políticos (en unos más que en otros, bien es cierto). Última y/o recientemente, el estado de cosas parece haberse agravado o ido a más, pues, si hasta hace algunos años los “cocineros” se conformaban con plagiar el eslogan de la campaña, ahora calcan el programa entero de otra formación o plataforma política y se quedan tan anchos, tan campantes, tan frescos, tan panchos.
Esto es, grosso modo, lo que ha hecho el PSOE canario, al elaborar su programa electoral. Las “Cien propuestas para mejorar Cataluña” que Ciutadans de Catalunya acopiaron y presentaron con ocasión de las elecciones autonómicas catalanas de noviembre del año pasado han servido para conformar las “125 medidas para el primer año de Gobierno Socialista: por el cambio en Canarias”. Y, en verdad, cambio ha habido, pero mínimo, “Canarias” por “Cataluña”, o “canarios” por “catalanes”, es decir, “ca” por “ca”, esto es, una caca (por el olor nauseabundo y el vapor estomagante que exhala el calco) como una casa de grande.
El plagio, circunstancia incontrovertible, irrefutable, del programa es del 92%. Ergo, a nadie debe extrañar lo más mínimo (cuánto socialista convencido, canario o no, habrá pensado o dicho para sus adentros “tierra, trágame”) que el candidato a la Presidencia de Canarias por el PSOE, el ex ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar, haya reconocido estar “abochornado” por haber hecho las cosas tan mal, por la poca catadura moral de quien llevó a cabo (y cobró por ello, se supone) la burda copia. López Aguilar ha pedido disculpas y ha asegurado que el máximo responsable del “desaguisado” del copión (más que copista) Juan Romero Pi, presidente de la Zona Especial Canaria (ZEC), ha sumido su responsabilidad dimitiendo (¿de presidente de la ZEC?).
Ah; por cierto, olvidábaseme decir que en el caso que nos ocupa (embrollo que nos preocupa) los únicos que han salido bien parados, ganando bastantes enteros (por el excelente trabajo que hicieron, sin duda), han sido Ciutadans de Catalunya.
E. S. O., un andoba de Cornago