Víctor García de la Concha, último presidente de la Real Academia Española de la Lengua, ha dicho antes de dejar la presidencia: “La Academia no tiene como misión dar normas para que las sigan los hablantes, sino oír a los hablantes para deducir las normas que hay que seguir.” Es decir, es el pueblo el que hace la lengua y no la Academia. Su misión es, por tanto, oír y observar cómo el pueblo da nombre a las cosas, expone las ideas, expresa los sentimientos, copia los sonidos que imita de la naturaleza o acude al uso de vocablos de otras lenguas. Pasada por el crisol popular, los académicos le dan entrada oficialmente en el Diccionario y razonan su normativa.
Los académicos han evolucionado. De aquella definición de la Academia, fundada en 1713, como “Institución creada para limpiar, fijar y dar esplendor a la lengua”, se ha pasado a otra mucho más dinámica y apasionante: “La lengua es un ser vivo que nace, se desarrolla y, a veces, muere por desuso; como todo ser vivo.” Es, por tanto, un ser evolutivo que se perfecciona y economiza con el uso. Actualmente, son 43 los académicos que integran la Academia y velan por la unidad del Español en el mundo. Los rige una Junta de Gobierno de nueve miembros.
La lengua española está experimentando una gran expansión. Eso no se le debe a la Academia, sino a los millones de hispano-parlantes en todo el planeta. Y fiel al pueblo que utiliza la lengua, la Academia ha expuesto como primer artículo de sus Estatutos: “La RAE. tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española, en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes, no se quiebre la unidad que mantiene en el mundo hispánico.”
Existió una polémica sobre el nombre que debe darse a la lengua que hablamos los españoles: ¿Español o Castellano?. Esa polémica ha quedado arcaica desde que la Academia declaró que eran sinónimos adaptables y que el léxico castellano se llama Diccionario de la Lengua Española. No existe ninguna preferencia por llamarla de una u otra manera: castellano se debe a la cuna donde tuvo su origen; y español, al pueblo que la adoptó como lengua oficial.
Actualmente, el español, después del chino o mandarín, es la lengua más hablada del mundo por el número de personas que la usan como lengua materna. Es también idioma oficial en las principales organizaciones político-económicas internacionales. Lo hablan, como primera y segunda lengua, unos 500 millones. Y es, además, el segundo idioma más estudiado, tras el inglés, con cerca de 46 millones de estudiantes en 90 países. Es, asimismo, la tercera lengua más usada en Internet. El núcleo principal de los hispano-parlantes vive en América, pero está en todos los continentes. Hablar español es una gran riqueza cultural.
JUAN LEIVA
Los académicos han evolucionado. De aquella definición de la Academia, fundada en 1713, como “Institución creada para limpiar, fijar y dar esplendor a la lengua”, se ha pasado a otra mucho más dinámica y apasionante: “La lengua es un ser vivo que nace, se desarrolla y, a veces, muere por desuso; como todo ser vivo.” Es, por tanto, un ser evolutivo que se perfecciona y economiza con el uso. Actualmente, son 43 los académicos que integran la Academia y velan por la unidad del Español en el mundo. Los rige una Junta de Gobierno de nueve miembros.
La lengua española está experimentando una gran expansión. Eso no se le debe a la Academia, sino a los millones de hispano-parlantes en todo el planeta. Y fiel al pueblo que utiliza la lengua, la Academia ha expuesto como primer artículo de sus Estatutos: “La RAE. tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española, en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes, no se quiebre la unidad que mantiene en el mundo hispánico.”
Existió una polémica sobre el nombre que debe darse a la lengua que hablamos los españoles: ¿Español o Castellano?. Esa polémica ha quedado arcaica desde que la Academia declaró que eran sinónimos adaptables y que el léxico castellano se llama Diccionario de la Lengua Española. No existe ninguna preferencia por llamarla de una u otra manera: castellano se debe a la cuna donde tuvo su origen; y español, al pueblo que la adoptó como lengua oficial.
Actualmente, el español, después del chino o mandarín, es la lengua más hablada del mundo por el número de personas que la usan como lengua materna. Es también idioma oficial en las principales organizaciones político-económicas internacionales. Lo hablan, como primera y segunda lengua, unos 500 millones. Y es, además, el segundo idioma más estudiado, tras el inglés, con cerca de 46 millones de estudiantes en 90 países. Es, asimismo, la tercera lengua más usada en Internet. El núcleo principal de los hispano-parlantes vive en América, pero está en todos los continentes. Hablar español es una gran riqueza cultural.
JUAN LEIVA